"La UEM puede empezar sin Espa?a"
Rijnhard van Tets est¨¢ convencido de que el euro contribuir¨¢ al crecimiento econ¨®mico en Europa, y aunque existen dudas acerca de qu¨¦ pa¨ªses podr¨¢n ser miembros fundadores de la UEM a principios de 1998, considera que hay que evitar tanto un aplazamiento como relajar los criterios. En su opini¨®n, que la uni¨®n monetaria empezara sin Espa?a e Italia no ser¨ªa un desastre ni para el euro ni para los que quedaran fuera.
Pregunta. Seg¨²n el informe de su banco, no parece que Espa?a pueda cumplir los requisitos de Maastricht en el plazo establecido. ?Podr¨ªa explicar por qu¨¦?
Respuesta. No hemos llegado a la conclusi¨®n de que Espa?a no pueda lograrlo, pero el hecho es que existen unos criterios econ¨®micos muy estrictos en el Tratado de Maastricht, el m¨¢s estricto de los cuales es el relativo al d¨¦ficit p¨²blico, un 3% del PIB, y, dado que el d¨¦ficit p¨²blico espa?ol es todav¨ªa m¨¢s alto [5,8%], Espa?a tendr¨¢ que trabajar muy duro para lograrlo.Tampoco hay que olvidar que la decisi¨®n de qu¨¦ pa¨ªses van a estar en la primera fase de la UEM es una decisi¨®n pol¨ªtica. Los pol¨ªticos pueden decidir en el ¨²ltimo momento un compromiso en algunos de los criterios. Hoy por hoy, muchos pa¨ªses, incluso los del n¨²cleo duro, tienen problemas para cumplir todas las exigencias, y la duda es si podr¨¢n hacerlo para febrero o marzo de 1998.
P. Entonces, ?el problema son las fechas?
R. El problema es si todos van a poder cumplir los criterios en 1997. De momento, s¨®lo dos: Luxemburgo e Irlanda. Incluso Alemania, en 1995, tuvo un d¨¦ficit superior al requerido. Tambi¨¦n est¨¢ claro que no vamos a tener una uni¨®n monetaria sin Francia o sin Alemania. Francia y Alemania tiene que estar; los pa¨ªses del Benelux podr¨ªan estar; Austria, tambi¨¦n. As¨ª que ya tenemos seis. En cuanto a Dinamarca y el Reino Unido, que podr¨ªan estar, no parece que exista la voluntad pol¨ªtica. Probablemente, Finlandia tambi¨¦n alcance los requisitos, pero en todo caso se necesita un n¨²cleo duro de cinco o seis pa¨ªses.
P. ... En el que parece que Espa?a no va a estar. Sin embargo, el Gobierno saliente ha venido dando una imagen m¨¢s optimista en el sentido de que las tendencias en la evoluci¨®n de los distintos par¨¢metros eran buenas...
R. Las tendencias son importantes en lo que se refiere a la relaci¨®n entre la deuda y el PIB, ya que el propio tratado admite que podr¨¢n participar en la UEM aquellos pa¨ªses cuyo endeudamiento se est¨¦ reduciendo de manera suficiente y acerc¨¢ndose al 60% con un ritmo satisfactorio. Creo que la exigencia m¨¢s estricta del tratado es el d¨¦ficit inferior al 3%, pero incluso ah¨ª existe la posibilidad de que se aplique ese criterio de la tendencia... Una de las razones por las que nadie quiere
hablar de ello hoy, especialmente en Alemania, es porque la opini¨®n p¨²blica alemana teme que el euro no sea tan fuerte como el actual marco. S¨®lo si se cumple el requisito del d¨¦ficit tienen la garant¨ªa de una moneda fuerte.
P. ?Cree que las actuales dificultades para formar un Gobierno estable van a alejar a¨²n m¨¢s nuestra posibilidad de estar en la primera fase de la UEM?
R. Me resulta muy dif¨ªcil juzgar... Creo que si lleva mucho tiempo, formar un nuevo Gobierno, no va a ayudar. La fecha de 1997 est¨¢ muy cercana... El mercado necesita percibir que el Gobierno act¨²a para satisfacer los requisitos. .
P. Ha mencionado la necesidad de que un n¨²cleo duro de pa¨ªses logre la uni¨®n monetaria en los plazos previstos, pero en ese caso, ?no se distanciar¨¢n a¨²n m¨¢s de aquellos relegados a una segunda fase, cuyas monedas podr¨ªan ser
objeto de especulaci¨®n o incluso caer en la tentaci¨®n de devaluaciones competitivas?
R. En primer lugar, no creo que sea un desastre no estar en la primera fase. En segundo lugar, el tiempo entre la primera fase y , la segunda queda casi a la discreci¨®n de cada pa¨ªs. Si no se alcanzan los criterios en 1997, se pueden alcanzar en 1998 o en 1999. En tercer lugar, los mercados estar¨¢n muy atentos a ver la resoluci¨®n de los Gobiernos de seguir, intentando estar en la uni¨®n. En ese contexto, cualquier intento de especulaci¨®n tendr¨¢ un efecto limitado. Adem¨¢s, pueden articularse f¨®rmulas de cooperaci¨®n entre el euro y las monedas de los pa¨ªses que hayan quedado fuera. La uni¨®n puede empezar sin Espa?a y sin Italia. Lo que es esencial es ese n¨²cleo duro en el que tienen que estar Alemania y Francia.
P. Una encuesta publicada en Francia asegura que un 49% de los
franceses quieren utilizar el euro para el a?o 2000, frente a un 42% que se muestra reacio. ?Cree que se trata de una actitud extrapolable al resto de la Uni¨®n Europea?
R. S¨ª, el nivel de aceptaci¨®n en B¨¦lgica es muy alto, en Holanda tambi¨¦n. En Alemania, sin embargo, es sorprendentemente bajo, porque mucha gente teme que el euro sea m¨¢s d¨¦bil que el marco. Francia, ya lo ha mencionado, y creo que la situaci¨®n es parecida en Espa?a. En la mayor¨ªa de los pa¨ªses clave, la gente est¨¢ a favor. Tambi¨¦n creo que no se ha hecho suficiente para explicar la importancia de este paso para el futuro. La Comisi¨®n Europea ha iniciado una campa?a informativa y se han creado convites nacionales de coordinaci¨®n para explicar el euro.
P. La banca espa?ola ha evaluado en 120.000 millones de pesetas el coste de la implantaci¨®n de la moneda ¨²nica, y se estima entre 1,2 y 1,5 billones para todo el sistema bancario de la UE. ?Es realmente un coste elevado o va a verse compensado a medio plazo por los beneficios de la uni¨®n?
R. Se trata de una inversi¨®n en nuevos sistemas (inform¨¢ticos, de formularios, de moneda, etc¨¦tera). La cuesti¨®n es qui¨¦n deber¨ªa pagarlo. ?La banca? ?Los consumidores? ?Las empresas? ?O lo ideal ser¨ªa dividirlo entre esos tres agentes? No estoy seguro, y creo que va a ser dif¨ªcil resolverlo. El sistema bancario es tan competitivo en la actualidad que va a resultar dif¨ªcil cargar esos gastos a nuestros clientes. Sin embargo, tendremos un mercado mucho mayor en Europa, lo que significa un mayor potencial de ingresos. Creo que el euro va a convertirse en una divisa de reserva para los bancos centrales extranjeros. El segundo beneficio que esperamos se refiere a la sobrecapacidad del sistema bancario. De momento soy muy esc¨¦ptico sobre la posibilidad de uniones transnacionales [crossborder merger].Tales uniones ser¨¢n mucho m¨¢s f¨¢ciles una vez que tengamos una moneda com¨²n.
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