"Ensayamos estrategias para el Tour"
Manolo Saiz y las ambiciones de un equipo ONCE que arrasando "crea p¨¢nico en los rivales"
En una curiosa simbiosis, el ONCE ha llegado a conseguir una imagen global en la que los protagonistas son intercambiables. No se puede saber, es imposible, qui¨¦n representa m¨¢s el esp¨ªritu del equipo ciclista espa?ol, n¨²mero uno de la clasificaci¨®n mundial: Laurent Jalabert -su corredor estrella, n¨²mero uno del mundo- y su ambici¨®n y alma guerrera; Manolo S¨¢iz -su director- y su ambici¨®n e inconformismo, o, incluso, el reci¨¦n llegado ??igo Cuesta, ambicioso y trabajador. Es el dilema del huevo y la gallina.A favor del peso del c¨¢ntabro Manolo S¨¢iz est¨¢n los ocho a?os de historia del ONCE. Antes de la llegada de Jalabert, el ONCE ya era un equipo ambicioso y rompedor; lograba triunfos a principios de temporada, como actualmente, pero sus ¨¦xitos se quedaban como an¨¦cdota de alcance nacional y sin continuidad a lo largo de la temporada.
Jalabert cuenta tambi¨¦n con unos cuantos argumentos. El lema actual del conjunto -"se hacen cosas porque son posibles; antes a nadie se le ocurr¨ªa que pudieran triunfar ataques desde m¨¢s de 100 kil¨®metros para la meta"- nace de las posibilidades abiertas por el estilo del corredor franc¨¦s, art¨ªfice de las mejores victorias del equipo, a partir del a?o pasado,. Evidentemente, tambi¨¦n se puede argumentar que antes de llegar al ONCE Jalabert no era m¨¢s que un sprinter tirando a lento. Su transformaci¨®n se produjo en la forja madrile?a de Manolo S¨¢iz.
El caso de ??igo Cuesta ser¨ªa el de la confirmaci¨®n de los argumentos de los dos pesos pesados. El corredor vasco -una gran esperanza que no Ileg¨® a descollar en el modesto ambiente del Euskadi- se da cuenta actualmente de que los l¨ªmites a la imaginaci¨®n no, existen porque- tiene a su lado el ejemplo de Jalabert y el aliento de S¨¢iz.
O posiblemente, todo el asunto ONCE no. sea cuesti¨®n de nombres sino de camisetas, de una influencia entretejida en los maillots que transforma a quien los porta. "El peligro amarillo", que dicen los titulares.
El valor de ese virus -sea influencia de S¨¢iz, de Jalabert, de Cuesta y dem¨¢s reci¨¦n llegados, o de las camisetas- es, en todo caso, lo que queda por determinar. ?Es, como avisan sus promotores, el anuncio de una nueva epoca en el ciclismo? ?O, como piensa los rivales, un m¨¦todo que triunfa ahora porque los dem¨¢s equipos se plantean la temporada a largo plazo?
La situaci¨®n actual la definen un par de frases. "Se van, se van, siempre tres o cuatro del equipo, y los dem¨¢s s¨®lo podemos quedarnos mirando c¨®mo se escapan", dice- el director de un equipo rival. "La gente le tiene p¨¢nico al ONCE", dice S¨¢iz. "Atacamos y todos se quedan". ?S¨®lo el ONCE, entre los m¨¢s de 50 equipos profesionales, hace las cosas bien? S¨®lo una cita puede aclararlo: el Tour. Y de la carrera francesa es de lo que habla Manolo S¨¢iz.
"El pasado Tour, lo que hizo Z¨¹lle en La Plagne y lo de Jalabert en Mende nos hicieron perder el respeto a la carrera", dice S¨¢iz. "Ahora estamos ensayando' t¨¢cticas jara el Tour. S¨®lo corriendo' en bloque podemos poner en peligro el Tour a los otros, o, dicho en positivo, lo podemos poner en nuestro punto de mira".
No es que S¨¢iz est¨¦ postulando su candidatura, es, que vive en un debate! interno entre las ganas y las circustancias: el nuevo ciclismo, el del fin del conformismo, el de ata que, el del rescate de la ¨¦pica y la haza?a, tiene que llegar, pero todav¨ªa est¨¢ Indur¨¢in por delante. "Jalabert a¨²n no ha alcanzado su techo. Para ganar el Tour creo que nos falta a¨²n un a?o de madurez, pero este a?o s¨®lo podemos salir a ganarlo. Nuestro catecismo dice que tenemos que mejorar a?o a a?o, y si en 1995 logramos en Francia un 2? un 4? y un 6? puestos, ?c¨®mo vamos a mejorar si no ganamos? Quedar de nuevo segundos s¨®lo ser¨¢ suficiente si hemos, luchado para ser primeros y no lo hemos logrado"
Para destronar a Indur¨¢in luchar¨¢n tambi¨¦n unos cuantos pesos pesados. El viejo ciclismo que dir¨ªan los renovadores. Y en su preparaci¨®n para el asalto imitan la norma Indur¨¢in: concentraci¨®n en el objetivo a lo largo de la temporada sin desperdiciar esfuerzos. Cada vez hay m¨¢s que lo hacen: Berzin, Olano, Rominger... Lo que podr¨ªa dar tambi¨¦n parte de la clave del dominio del ONCE: arrasan al principio porque m¨¢s rivales fuertes que nunca est¨¢n a¨²n hibernando en carreras preparatorias.
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