El Celta sentencia a los diez minutos
El Celta de esta temporada se mueve a golpe de rachas. Fernando Santos cerr¨® la primera cuando cogi¨® al equipo y Eusebio sac¨® ayer a sus compa?eros del peligroso camino abierto en siete jornadas sin conocer victoria. El ex azulgrana firm¨® su mejor partido con la camiseta celeste y dio a los suyos el aire necesario para diseccionar a un rival relajado. Camacho aprendi¨® tambi¨¦n ayer que las rachas son caprichosas y que la suya no la cerr¨® el equipo ante el Athletic, ni con Ha exhibici¨®n de la final de la Copa catalana.La conclusi¨®n que sus jugadores pudieron aprender del entrenador es que en el f¨²tbol el amor propio es tanto o m¨¢s importante que la clasificaci¨®n, filosof¨ªa que dio vida a un segundo tiempo que el Espanyol afrontaba en condiciones espantosas.
El Espanyol se ahog¨® en medio de la presi¨®n. Cedi¨® el bal¨®n y nunca lo recuper¨® en condiciones de lanzar el contraataque. Para terminar de justificar semejante acumulaci¨®n de goles en 38 minutos, s¨®lo basta a?adir las imprecisiones de la zaga blanquiazul en uno de sus fuertes, los balones altos, y el intenso trabajo que realiz¨® Eusebio por todo el campo. Es el Celta de las ¨²ltimas jornadas un equipo excesivamente dependiente, de las digestiones del ex azulgrana. La de ayer fue ligera. Goz¨® por primera vez de libertad de movimientos y ¨¦l lo agradeci¨® apareciendo por todas las esquinas.
A los 10 minutos del partido, el Espanyol ten¨ªa dos goles en su contra. Otros 10 minutos despu¨¦s encajaba el tercero, y a falta de siete para el descanso, Gudelj amenaz¨® con convertir el partido en una humillaci¨®n. Camacho, acostumbrado a apagar a gritos los incendios, asisti¨® pasivo al espect¨¢culo.
Cuando se revolvi¨® en la caseta, aquello parec¨ªa no tener remedio. El entrenador se adelant¨® unos metros, separ¨® levemente las meti¨® las manos en piernas y los bolsillos, pero no abri¨® la boca hasta llegar a los vestuarios.
Acert¨® en el descanso, porque Bernovic funcion¨® mucho mejor al lado de Pacheta que en compa?¨ªa de un desinteresado Francisco. Lard¨ªn adelant¨® su posici¨®n y fue un delantero mucho m¨¢s peligroso que Ben¨ªtez. El contraataque al que tanto tem¨ªa Santos funcion¨® en dos errores defensivos casi consecutivos y el Celta vivi¨® la segunda parte con la sensaci¨®n de que un nuevo error le podr¨ªa costar el partido.
Pero el Espanyol ten¨ªa ayer enfrente a un grupo, con media docena de jugadores expertos en tareas defensivas, as¨ª que Santos ech¨® el cerrojo.
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