La informaci¨®n incompleta en los mercados
ERNESTO MATAEl autor propone medidas para que las entidades financieras gestionen mejor el riesgo asumido en los mercados, que hoy es mayor que el riesgo crediticio
Son tantas las exigencias que Modigliani y Merton Miller (MM) han puesto para definir la perfecci¨®n de los mercados que ha llegado a decirse que un mercado es perfecto si cumple las condiciones de estos dos autores.Nadie cree que los modelos de eficienc¨ªa y perfecci¨®n de los mercados descritos por MM sean una descripci¨®n exacta de lo que se denomina el mundo real, considerando la asignaci¨®n de riesgos y la informaci¨®n incompleta como las caracter¨ªsticas m¨¢s relevantes de los mercados financieros actuales.
El uso de derivados tiene diversas ventajas en este mundo de informaci¨®n imperfecta, que ha originado que, de entre todos los tipos de riesgos de los que hay que defenderse, sea el riesgo de mercado el que ha cobrado mayor importancia.
Este riesgo, como es sabido, hace referencia a las potenciales p¨¦rdidas que un inversor ha de sufrir con una posici¨®n en activos financieros (o en derivados) ante un movimiento adverso en los mercados o en los precios de los activos subyacentes que sirven de base al establecimiento de los precios de los derivados.
La capacidad de los derivados para aumentar el apalancamiento financiero (al exig¨ªrseles menos desembolso, sus posibilidades de ganancia o p¨¦rdida relativa son mucho mayores que en las inversiones en los bienes subyacentes) de los agentes hace que una incorrecta percepci¨®n de los riesgos sea la fuente principal de las p¨¦rdidas sufridas por los operadores de estos mercados.
?sta es la causa de los resultados negativos de muchas compa?¨ªas, de las que se puede destacar, por haber tenido una enorme publicidad, un banco tan tradicional como el Barings Brothers. ?ste y anteriores casos han producido un movimiento que propugna el incremento de medidas para reforzar la capacidad de resistir choques de las instituciones financieras individuales con el reconocimiento interno de controles que les permitan detectar en todo momento los riesgos asumidos. Igualmente importantes son las medidas para ajustar los requisitos m¨ªnimos de capital necesario para cubrir los riesgos de mercado en las carteras de las instituciones financieras.
En concreto, me estoy refiriendo a las piropuestas del Comit¨¦ de Supervisi¨®n Bancaria de Basilea que pro ponen la cobertura de los riesgos de cr¨¦dito y las derivadas de los cambios en los precios de los activos ne gociables y de modificaciones en los tipos de cambio de las monedas.
Estas recomendaciones y casos como el de Barings est¨¢n produciendo unos controles m¨¢s estrictos sobre sus operadores.
Los riesgos, de informaci¨®n (de mala informaci¨®n) se derivan del nivel imperfecto de las informaciones de los mercados financieros o de la incapacidad de los agentes para valorar e interpretar la informaci¨®n disponible. Este riesgo se ve influido claramente por varios factores, de los que cabe destacar la falta de transparencia de los mercados financieros, la abundancia de operaciones fuera de balance, el a¨²n escaso conocimiento y educaci¨®n de las altas direcciones de las empresas para asimilar la problem¨¢tica de los derivados y el dise?o incorrecto de algunas operaciones que no correlacionan bien el binom¨ªo riesgo-rentabilidad.
En este ¨²ltimo sentido es necesario destacar los grandes esfuerzos que han llevado a cabo importantes instituciones para proveer a los agentes del mercado de medios de an¨¢lisis del riesgo. Estos m¨¦todos, basados en la premisa fundamental de que las actividades con un mayor riesgo requieren un mayor capital para tener el mismo nivel de solidez financiera, est¨¢n produciendo unos buenos resultados en la clarificaci¨®n y en la transparencia de los balances de las compa?¨ªas.
Es obvio que la reducci¨®n de estos riesgos necesita de acciones concretas. Aumentar la calidad de la informaci¨®n, emprender una fuerte campa?a de comunicaci¨®n financiera con todos los agentes econ¨®micos que les haga conocer a fondo la gesti¨®n financiera que se est¨¢ llevando a cabo, mejorar la formaci¨®n de los decisores sobre las posibilidades de utilizaci¨®n de estos instrumentos, dise?ar instrumentos de control, expresar las cuentas anuales en relaci¨®n con el riesgo" asumido, etc¨¦tera, han de ser acciones fundamentales en el futuro pr¨®ximo.
El legislador deber¨ªa solicitar a las compa?¨ªas la comunicaci¨®n o publicidad de su situaci¨®n de exposici¨®n al riesgo y cobertura con fondos propios suficientes para evitar sobresaltos. El Banco de Espa?a ha creado una comisi¨®n de riesgos que est¨¢ en l¨ªnea con la ya comentada del Banco de, Pagos Internacionales de Basilea y con las creadas en otros pa¨ªses. Para la actividad bancaria, esto es fundamental, ya que hoy puede afirmarse que el riesgo de mercado ha desplazado al riesgo crediticio como el riesgo m¨¢s importante de su actividad.
Las transformaciones que han registrado los mercados financieros en los ¨²ltimos a?os les han hecho m¨¢s competitivos, eficaces y transparentes, pero esto engendra, a su vez, una mayor vulnerabilidad. La proliferaci¨®n, por otra parte, de los instrumentos perni¨ªte a los agentes desplazar los riesgos en su globalidad, aunque en la particularidad permita eliminarlos.
Adem¨¢s, la mayor competencia ha introducido una mayor sofisticaci¨®n y ha generado un deseo cada vez m¨¢s grande de realizar operaciones fuera de balance, que muchas veces degeneran los riesgos y suscitan problemas de valoraci¨®n que producen opacidades en mercados que deb¨ªan tender, por definici¨®n, a la transparencia. Las aventuras fuera de balance suelen producir una relaci¨®n rentabilidad-riesgo demasiado arriesgada. No obstante, se est¨¢n notando en los mercados unos controles m¨¢s estrictos y un enfoque, por parte de los operadores, hacia f¨®rmulas m¨¢s conservadoras, en detrimento del crecimiento de los mercados.
No obstante, y para que tengan una idea del tama?o de estos mercados, un reciente estudio del Banco de Basilea ha puesto de manifiesto dicho tama?o. Efectivamente, el Banco de Pagos Internacionales de Basilea (banco central de bancos centrales), en 1995, y por primera vez, acometi¨® la tarea de cuantificar el tama?o y la composici¨®n de los mercados en los que se negocian instrumentos derivados (futuros, opciones, forwards, swaps, fras, caps, collar, floor, etc¨¦tera), tanto en los mercados organizados como fuera de ellos (OTC, fuera de mostrador), y que ¨²ltimamente han crecido de una manera es-' pectacular. El tama?o global de estos mercados OTC, que hacen instrumentos a medida del consumidor, puede valorarse en la astron¨®mica cifra de 40,7 billones de d¨®lares, valoraci¨®n hecha por su valor nocional y a 31 de marzo del a?o pasado.
Estos instrumentos de cobertura suelen efectuarse por dos motivos: o para especular o para cubrirse de los riesgos de variaciones de los tipos de inter¨¦s, de los tipos de cambio, de los precios de los bienes subyactentes o de los precios de las materias primas. Su utilizaci¨®n especulativa o su mala utilizaci¨®n est¨¢ provocando reacciones contrarias a su uso. Es cierto que el desconocimiento provoca a veces falta de control, pero tambi¨¦n es cierto que el uso de los derivados no provoca inestabilidad en el mercado; al contrario, supone una diversificaci¨®n y, como tal, reduce la volatilidad. El autocontrol, el control de las autoridades monetarias y, fundamentalmente, la contrataci¨®n de los expertos en el tema son acciones que han de ser tomadas para el correcto uso de dichos instrumentos.
El problema de la medici¨®n de riesgo y de su cobertura no puede solamente solucionarse con unas exigencias legales m¨¢s altas. El desarrollo de nuevas tecnolog¨ªas podr¨¢ ayudar a evitar los errores cometidos, ya que el verdadero problema est¨¢ en los errores, no en los derivados.Ernesto Mata es consejero secretario general financiero de Uni¨®n Fenosa
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