Menem y la Iglesia discrepan del coste social del milagro econ¨®mico argentino
El obispo de Mor¨®n ya no reza por el presidente Carlos Menem, el em¨¦rito de Viedma compara al Gobierno con los escribas y fariseos pret¨¦ritos, se santiguan las almas y se suceden en Argentina apercibimientos, admoniciones y convocatorias al sosiego, pues se crisparon, como pocas veces antes, las relaciones entre la Iglesia y el Ejecutivo. A petici¨®n propia, y para calmar la insurrecci¨®n de los cualificados p¨²lpitos, el jefe de Estado recib¨ªa ayer a ocho obispos de la Comisi¨®n Social de Pastoral.
Todo comenz¨®. a gritos. "Son necios e hip¨®critas", hab¨ªa denunciado Menem cuando Justo Laguna y Miguel Hesayne, en Mor¨®n y Viedma, saltaron recientemente a la yugular para protestar por un piropo subido de tono del secretario de Estado, Warren Christopher, al ministro de Econom¨ªa, Domingo Cavallo. "Es un h¨¦roe", exager¨® el funcionario estadounidense. "H¨¦roe (le la desocupaci¨®n y el hambre", simplificaron los obispos.De la forma, al fondo y a un careo p¨²blico que descubre el nuevo perfil del episcopado argentino. Su sometimiento, cobarde o c¨®mplice, durante la ¨²ltima dictadura militar (1976-1983) ha sido sustituido en democracia por la progresiva contestaci¨®n de los prelados m¨¢s liberales o el activismo de curas de parroquia que hubieran sido arrojados al Atl¨¢ntico e incluidos en la lista de desaparecidos de haber desarrollado su labor pastoral en los a?os de la inquisici¨®n castrense.
Uno de ellos es el franciscano malague?o Francisco Oliveira, de 30 a?os, en huelga de hambre en enero, con otros ocho sacerdotes, para impedir el desalojo municipal de mil familias del barrio banaerense de La Matanza: "Est¨¢bamos hartos de que nos enga?aran".
El aumento del desempleo y otras consecuencias negativas de la apertura econ¨®mica y privatizaciones ejecutadas por el Gobierno atraen las principales protestas eclesiales, pero tambi¨¦n indignan la corrupci¨®n y el caudillismo.
Para actuar con mayor libertad, la Iglesia cat¨®lica busca la manera de renunciar a los ocho millones de d¨®lares (unos mil millones, de pesetas) anuales recibidos del Estado, pero, en tanto puede hacerlo, los 10 obispos del noroeste difundieron una pastoral contra la corrupci¨®n, la impunidad, la dependencia judicial o el deterioro de la educaci¨®n p¨²blica en sus provincias.
Los rezos para Menem
Y Justo Laguna, de 66 a?os, que rezaba diariamente dos veces por Menem, interrupi¨® las preces al escuchar ¨¢ un mensajero con instruciones presidenciales en ese sentido: prosiga, monse?or, siempre que no hable mal de m¨ª. "No puedo aceptar condicionamientos".
El gobernante neoperonista ya no est¨¢ presente en las oraciones del obispo arremangado contra el secretario de Estado norteamericano, su ministro argentino favorito y la pol¨ªtica exterior del pa¨ªs: "Son expresiones de un Gobierno [EE UU] con el que mantenemos relaciones de sujeci¨®n. Sin duda se se?alan ¨¦xitos notables en cuanto al reordenamiento de la econom¨ªa, ?pero a qu¨¦ precio!". Hesayne, de 68 a?os, se le uni¨® pronto, y despu¨¦s otros obispos: "H¨¦roes para el Evangelio son los que dan de comer a los hambrientos, de vestir a los desnudos. y trabajo a los desocupados".
El cruce de reproches -casi anecd¨®tico en sus comienzos-, los comentarios period¨ªsticos y los editoriales han proseguido, pese a los apaciguadores intentos del jesu¨ªtico jefe de gabinete, Eduardo Bauz¨¢, quien atribuy¨® los denuestos de su jefe a un momento de calentura.
Pero a su primera respuesta Menem agreg¨® otra al afirmar que le causan risa los denunciantes de la injusticia social, porque nunca como ahora se han dedicado tantos recursos para solucionar esos problemas. "No tienen la mejor idea de lo que es justicia social". El prelado de Viedma volvi¨® a la carga: "O no conoce el estado de los habitantes de Argentina, o se mata de risa de los que padecen miseria".
La ¨¢cida confrontaci¨®n de ahora, que aporta datos sobre las serias divergencia. entre el grueso del episcopado y el Gobierno, sigue a los recientes pronunciamientos de destacados miembros de la prelatura, poco beligerantes cuando la envergadura del ¨¦xito econ¨®mico ocult¨® su factura.
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