Los traficantes de "¨¦xtasis" disponen de pisos francos en Madrid para distribuir las p¨ªldoras
Los traficantes de drogas de dise?o han conquistado el mercado madrile?o. Los distribuidores de esta nueva generaci¨®n de estupefacientes han superado los estrechos l¨ªmites de la denominada ruta del bakalao -ya en v¨ªas de extinci¨®n- y han iniciado, la venta en masa en otros locales nocturnos, seg¨²n fuentes policiales. Esta expansi¨®n ha sido posible gracias a la diversificaci¨®n del producto -se han registrado m¨¢s de seis derivados del ¨¦xtasis- y a la consolidaci¨®n de una s¨®lida infraestructura basada en pisos francos -denominados caletas-, redes de importaci¨®n internacional y hombres de paja. Todo un entramado listo para servir al consumidor y tendente a minimizar las repercusiones de las redadas e incautaciones policiales.
La idea de que el consumo de las drogas de dise?o se limita a los locales que jalonan la ruta del bakalao ya ha pasado a la, historia. No s¨®lo estos establecimientos han entrado en decadencia, sino que el ¨¦xtasis y sus derivados han saltado a otros lugares de ocio y multiplicado sus ventas. Este hecho, que no es ajeno a la aparici¨®n de los primeros enganchados al ¨¦xtasis en los centros de acogida de drogodependientes, responde a una ampliaci¨®n de mercado cuidadosamente desarrollada por los narcotraficantes.La investigaci¨®n de este fen¨®meno, cuya vanguardia corresponde al Grupo de Drogas de Dise?o de la Brigada de Polic¨ªa Judicial, apunta a que las organizaciones han desarrollado su plan en dos etapas. La primera corresponde al afianzamiento de las redes de importaci¨®n.
La mayor parte de las metanfetaminas o derivados del. ¨¦xtasis se producen en laboratorios clandestinos de Holanda y B¨¦lgica. Las dos v¨ªas habituales de entrada a Espa?a, aparte del transporte terrestre por carretera, corresponden a Gij¨®n e lbiza, desde donde pasan a Madrid.
Los cargamentos pueden alcanzar el mill¨®n de pastillas. El precio de f¨¢brica de cada gragea ronda las 350 pesetas. Una vez en la capital, la droga es distribuida por motivos de seguridad en pisos francos o caletas, de tal modo que ninguno almacene una cantidad excesiva. Esta medida atempera los efectos pena' les de las redadas -en febrero pasado fueron aprehendidas un total de 8.000 pastillas- Desde cada piso se reparten los estupefacientes a los camellos, quienes los sacan al mercado por unas 2.000 pesetas, es decir, seis veces m¨¢s que su precio de compra.
La segunda etapa consiste en diversificar la oferta. Esto ha sido posible gracias a las caleidosc¨®picas variaciones que permite la mol¨¦cula de la metilendioxi-metanfetamina o ¨¦xtasis. A partir de estos cambios, los narcotraficantes han lanzado al mercado, seg¨²n fuentes policiales, al menos siete productos nuevos.
Para diferenciar las pastillas, similares a una aspirina, cada una lleva grabada una marca distintiva, ya sea el rostro de un personaje infantil -Pedro Picapiedra, Pablo M¨¢rmol, Casper-, animales -p¨¢jaro de alas abiertas, buey- o simplemente s¨ªmbolos como la calavera.
La compra del material en el extranjero, a diferencia de las grandes mafias internacionales, responde en algunas ocasiones a la iniciativa de unos cuantos amigos que deciden juntar entre todos el dinero. Este factor y su desvinculaci¨®n de los c¨ªrculos de la hero¨ªna y la coca¨ªna explica por que la mayor¨ªa de los detenidos por esta causa carecen de antecedentes.
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