Miguel Vargas, un maestro

?Qu¨¦ buen cante el de Miguel Vargas! Este hombre serio, que lleva muchos a?os (m¨¢s de treinta) en el cante sin alharacas de ninguna especie, discretamente instalado en un gran saber y en un buen hacer que no dan ¨¦xitos de alboroto pero s¨ª la profunda estimaci¨®n de los aficionados de ley, dio un recital ejemplar en Fuenlabrada, reencontr¨¢ndose con la guitarra rancia y delicada de Perico el del Lunar, un compa?ero de juventud.La sole¨¢ y la siguiriya son los g¨¦neros de mayor respeto en el flamenco, verdaderas columnas vertebrales de lo jondo, piedras de toque indiscutibles para cantaores con ambici¨®n de grandeza y verdad. Miguel Vargas los hizo en maestro, rozando constantemente la perfecci¨®n. Pero, adem¨¢s, Vargas es cantaor que frecuenta con acierto estilos tan poco cantados hoy como la mariana, la ca?a, la liviana y la serrana, la ronde?a -una aut¨¦ntica delicia- y la petenera.

Los Losadas son una larga familia gitana y flamenca de Madrid, que comandan los hermanos Tito, Diego y Vaky. Est¨¢n haciendo, con la colaboraci¨®n del cantaor ?ngel G¨¢barre y la bailaora Charo Espino, una m¨²sica moderna, a veces ya distante del flamenco original, pero de indudable atractivo, sobre todo para p¨²blicos j¨®venes.

Juan Ram¨ªrez hizo en sus bailes -sole¨¢ y alegr¨ªas- un formidable alarde de maestr¨ªa en el zapateado.