Desafuero argelino

EL SECUESTRO ayer de siete religiosos franceses en Argelia confirma una vez m¨¢s que las facciones m¨¢s extremistas del islamismo argelino son capaces de violar la propia religi¨®n musulmana y todo c¨®digo de humanidad para sembrar el terror. Pero tambi¨¦n ratifica la impresi¨®n de que, pese a las reiteradas afirmaciones del propio r¨¦gimen en el sentido de que sus fuerzas armadas y policiales tienen controlada la situaci¨®n, esto est¨¢ lejos de ser cierto.La condena del secuestro que con energ¨ªa hizo desde el exilio la ejecutiva del Frente Isl¨¢mico de Salvaci¨®n (FIS) es un dato importante a tener en cuenta. En un comunicado, el FIS pidi¨® la liberaci¨®n inmediata de los religiosos y record¨® a los secuestradores que su acci¨®n es "contraria a los preceptos y pr¨¢cticas de la religi¨®n musulmana".

Cierto es que las fuerzas armadas y policiales argelinas realizan ya desde hace meses con relativo ¨¦xito una intensa contraofensiva contra los grupos islamistas. Pero tambi¨¦n lo es que, pese a la abundancia de medios humanos y materiales y a la contundencia desplegada, la guerrilla islamista se mantiene activa.

El de ayer es el m¨¢s importante secuestro colectivo de extranjeros en los cuatro a?os que dura ya el conflicto argelino, qu¨¦, seg¨²n estimaciones occidentales, ha causado ya entre 30.000 y 50.000 muertes. Los autores de esta criminal acci¨®n parecen ser miembros de un comando del Grupo Isl¨¢mico Armado (GIA), la m¨¢s violenta de las facciones islamistas surgidas de la ilegalizaci¨®n del FIS en enero de 1992.

El Gobierno franc¨¦s reiter¨® ayer el llamamiento a la inmediata repatriaci¨®n de todos sus ciudadanos presentes en el pa¨ªs magreb¨ª. Como ocurre siempre en este tipo de situaciones, tal llamamiento es f¨¢cil de hacer desde una capital europea, pero dif¨ªcil de seguir para los occidentales que viven en el pa¨ªs en conflicto. All¨ª tienen sus casas, sus negocios, sus familias o, como en el caso de los religiosos franceses, su vocaci¨®n y existencia. Par¨ªs teme que el secuestro de los religiosos sea el principio de. una nueva fase en la lucha contra Francia decretada por el GIA, que se tradujo el pasado a?o en una oleada de atentados en ciudades francesas. Los islamistas acusan a Francia de ser el principal soporte pol¨ªtico, econ¨®mico y financiero de lo que llaman la junta argelina. Se basan en que Par¨ªs no ha dado excesivas muestras de favorecer el di¨¢logo y ha demostrado tendencias a apoyar la v¨ªa represiva de los sectores m¨¢s duros del r¨¦gimen.

Argelia sigue en estado de guerra cuatro meses despu¨¦s de las elecciones presidenciales que otorgaron una amplia victoria al general Liam¨ªn Zerual. En aquellos comicios los argelinos expresaron su deseo de paz y apostaron porque Zerual ser¨ªa capaz de mantener el orden y, al mismo tiempo, dialogar con todas las fuerzas de la oposici¨®n, incluidos los islamistas moderados del FIS. Por desgracia, pocos pasos se han dado en este sentido y el desafuero de que son v¨ªctimas los religiosos franceses no es, en este sentido, sino un tr¨¢gico s¨ªntoma a?adido.