Excusatio non petita
Los tres peritos designados por el decano del Colegio de Economistas de Madrid en el caso Banesto -Leandro Ca?ibano, Joaqu¨ªn D¨ªez Fuentes y Miguel Angel Garrido- se han sentido molestos por una informaci¨®n publicada en ¨¦ste peri¨®dico sobre sus informes, y la ratificaci¨®n de los mismos en vanas sesiones en el juzgado n¨²mero 3 de la Audiencia Nacional. Por esa raz¨®n han querido "rectificarlos" seg¨²n reza, un carta publicada el pasado mi¨¦rcoles en EL PA?S.Se supone que cuando uno rectifica debe exponer, como m¨ªnimo, lo que se dec¨ªa en el art¨ªculo en cuesti¨®n y que se pretende enmendar. Sin embargo, los peritos rectifican aquello que "dicen" que dice mi informaci¨®n, cuando en realidad no es as¨ª. Como el lector no puede ni tiene por qu¨¦ memorizar las informaciones y art¨ªculos, este tipo de rectificaci¨®n puede ser un instrumento de confusi¨®n.
1. Dicen los peritos: "No es cierto que nuestro nombramiento se haya efectuado a dedo por los querellados [Mario Conde y compa?¨ªa]".
Dec¨ªa la informaci¨®n de EL PA?S (16 de marzo): "Los tres peritos fueron designados a dedo, seg¨²n rezaba la propuesta del entonces abogado de Mario Conde, Mariano G¨®mez de Lia?o... No hubo insaculaci¨®n o rito de extraer al azar los nombres de una lista... Era el decano del Colegio quien deb¨ªa hacer la designaci¨®n".
2. Dicen los peritos: Agradecemos el valor que el articulista atribuye a nuestro informe, que lo valora en 100 millones... El importe percibido no es, desafortunadamente para nosotros, tan elevado como el valor que el citado comentarista atribuye a nuestro informe".
He aqu¨ª la informaci¨®n: "Entre abogados, auditores y banqueros se le conoce con un nombre sugestivo el 'Informe 100'... La cifra de 100 millones es contestada por fuentes amigas de los autores. Dicen que son 54".
3. Los peritos afirman: "Por lo que se refiere al procedimiento de cobro y a las fuentes originarias destinadas a nuestra retribuci¨®n hemos actuado en todo momento de acuerdo con las instrucciones recibidas por el magistrado-juez, que nos fueron comunicadas por medio de la secretaria judicial. El firmante del art¨ªculo puede dirigirse a ellos en solicitud de las aclaraciones que estime oportunas".
Seg¨²n la informaci¨®n cuestionada "a primeros de septiembre, Mariano G¨®mez de Lia?o intent¨® vender gato por liebre: propuso hacer llegar el dinero al juzgado y que fuera ¨¦ste quien pagase a los tres pobres economistas. ?Por qu¨¦? Hombre, la opini¨®n p¨²blica no dar¨ªa credibilidad a unos informes pagados por Mario Conde. Raz¨®n no le faltaba".
4. Los peritos explican: "En cuanto a la afirmaci¨®n relativa a ocultaciones o mentiras por nuestra parte, queremos pensar que es producto de una falta de reflexi¨®n de quien las emite. Nosotros podemos cometer errores como cualquier otro ser humano, pero nunca ha sido nuestro prop¨®sito mentir ni ocultar".
La informaci¨®n dec¨ªa: "Los peritos intentaron ocultar un hecho relevante sobre la vinculaci¨®n entre Mario Conde y su presunto grupo oculto Euman-Valyser... La mentira existe en el sumario una primera carta de garant¨ªa de 20 de julio de 1990 que apoy¨® la petici¨®n de un pr¨¦stamo de 300 millones al Banco de Progreso, seg¨²n advirti¨® ¨¦ste peri¨®dico el s¨¢bado 9- tuvo patas cortas... El mi¨¦rcoles 13, a rega?adientes, los peritos dijeron: 'Evidentemente s¨ª existe".
Los peritos afirman que se pueden "cometer errores como cualquier ser humano" y que "nunca ha sido su prop¨®sito mentir o ocultar". Esto, indudablemente, parece aceptable. Tanto como que ¨¦ste peri¨®dico advirtiera el hecho.
En Derecho, cuando justifica algo que nadie le ha pedido, se suele decir: "Excusatio non petita, acusatio manifesta". Nadie dijo que los querellados hayan nombrado a dedo a los tres peritos a trav¨¦s del Decano del Colegio de Economistas de Madrid. Seg¨²n la propuesta de Conde, los peritos deb¨ªan ser designados por el decano, Gerardo Ortega. La carta enviada por ¨¦ste al juzgado, de fecha 30 de agosto de 1995, demuestra que as¨ª se hizo.
Aunque los peritos mencionan una informaci¨®n de ¨¦ste peri¨®dico del 1 de febrero parecen ignorar que se daba cuenta en ella de un acontecimiento evocado m¨¢s tarde en el art¨ªculo presuntamente objeto de rectificaci¨®n. Se trata de la visita de los peritos, a primeros de septiembre, a la secretaria del juzgado, Paloma Salcedo de Mingo.
Tomaron asiento en su despacho y le pidieron una provisi¨®n de fondos para iniciar su trabajo. Una morena, elegante y tranquila secretaria les dijo que se trataba de un peritaje de parte y que los fondos deb¨ªan pedirlos a quienes hab¨ªan solicitado el traba o. Eso hicieron.
Y, poco despu¨¦s, Mariano G¨®mez de Lia?o se present¨® en ese despacho. Ten¨ªa una excelente idea: se pondr¨ªa a disposici¨®n del juzgado los fondos para que ¨¦ste fuese quien pagara a los peritos. La secretaria dijo que no pod¨ªa ser. El juzgado no pod¨ªa pagar algo que no hab¨ªa encargado. G¨®mez de Lia?o: el informe perder¨ªa credibilidad al ser vox populi que los querellados lo pagaban.
No deja, pues, de tener gracia que los peritos remitan ahora al periodista a la secretaria del juzgado.
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