Idiocia moral y psiquiatr¨ªa
En las p¨¢ginas de EL PA?S, primero, con una r¨¦plica posterior, y a mi entender tard¨ªa (la noticia debi¨® ser contrastada desde el primer momento), y en un programa del viernes noche en televisi¨®n, unos padres airados propagaron una denuncia sobre malos tratos a un hijo deficiente en un hospital p¨²blico. La entrevista, previamente grabada conmigo, como director de los servicios, no pod¨ªa de ninguna manera contrarrestar las opiniones hechas p¨²blicas en directo por los denunciantes. ?Cu¨¢nta gente crey¨® en sus palabras, sancionadas; indirectamente por los hacedores del programa? ?Cu¨¢nta gente acept¨® una querulancia que compromete a profesionales e instituciones? Y, por otra parte, qu¨¦ importa ya que ma?ana un juez condene por calumnias al pobre hombre que all¨ª se exhib¨ªa. Lo que est¨¢ bien y lo que est¨¢ mal fue decidido en el plat¨® televisivo. Las historias cuelan bien, sobre todo si van arropadas con la evidencia social de cierta indefensi¨®n de la supuesta v¨ªctima -es m¨¢s f¨¢cil dar credibilidad, en casos de malos tratos, a los familiares de un preso, de un enfermo o de un retrasado mental-, m¨¢s f¨¢cil escamotear la ausencia de verificaci¨®n de los hechos.Cada vez son m¨¢s frecuentes y pienso que peligrosos para la conciencia moral de nuestra sociedad noticias o programas de televisi¨®n que exploran el lado morboso de las cosas, exhibiendo imp¨²dica -y a veces falazmente- las oscuras y tristes miserias humanas, y dando cr¨¦dito, si es necesario, para mantener la audiencia o la tirada, a sospechas o vindicaciones particulares con af¨¢n de notoriedad. Quiz¨¢ esta ausencia de sensibilidad moral, la idiocia moral de la que habla Bilbeny, sea el mal de nuestra ¨¦poca. Sin duda: un caldo de cultivo pernicioso.
Desgraciadamente, la pr¨¢ctica psiqui¨¢trica, todo lo relacionado con la enfermedad mental y su tratamiento, es un tema que se presta a este mercadeo con la emotividad, la intimidad o los m¨¢s ancestrales miedos y prejuicios. El antecedente de tratamiento psiqui¨¢trico de un asesino magn¨ªfica la noticia. Un accidente en una unidad psiqui¨¢trica multiplica la sospecha. Se busca la alarma social. Hay noticias y reportajes que provocan aquello que en apariencia denuncian.
Al menos ayudan a formar una sensibilidad, un gusto por la violencia, por las im¨¢genes de casquer¨ªa, por la morbosidad y la miseria emocional en el imaginario social. Al final, es la pescadilla que se come la cola.-
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.
Archivado En
- Opini¨®n
- Esquizofrenia
- ?tica period¨ªstica
- Centros salud
- Agresiones f¨ªsicas
- Atenci¨®n primaria
- Personas con discapacidad
- Cl¨ªnicas
- Discapacidad
- Periodismo
- Personal sanitario
- Enfermedades mentales
- Integridad personal
- Hospitales
- Asistencia sanitaria
- Enfermedades
- Medicina
- Sanidad
- Delitos
- Sucesos
- Salud
- Medios comunicaci¨®n
- Sociedad
- Justicia
- Comunicaci¨®n