Urzaiz reconcilia al Espanyol con el gol

El Espanyol se reencontr¨® ayer con el gol y revalid¨® ayer su candidatura a conseguir una plaza para la UEFA. Despu¨¦s de tres jornadas sin conocer la victoria -derrota en Vigo y dos empates- los blanquiazules superaron al M¨¦rida, un equipo inc¨®modo y especialista en ara?ar puntos a los grandes pese a ser el compa?ero del colista. El conjunto de Camacho tard¨® en reaccionar -los tres goles los marc¨® en la segunda mitad- pero puede ahora ver el futuro con m¨¢s optimismo. Sigue siendo cuarto y ha aumentado su ventaja sobre el Betis, su inmediato perseguidor.El Espanyol empez¨® nervioso. Camacho hab¨ªa impartido doctrina: dijo antes del encuentro que la diferencia entre los buenos y los malos resid¨ªa en que los primeros sab¨ªan derrotar c¨®modamente a los conjuntos sin cartel. El M¨¦rida es uno de ellos. Hac¨ªa dos partidos que los de Sarri¨¤ no marcaban.

La ley la empez¨® dictando el M¨¦rida. Cuando solo hab¨ªan transcurrido cuatro minutos, Torres Mestre perdi¨® un bal¨®n, que acab¨® a los pies de Guerrero. El colombiano, posiblemente, no habr¨¢ tenido en su carrera futbol¨ªstica muchas ocasiones tan claras. Solo ante Ton?, en el ¨¢rea peque?a, donde no crece casi ni el c¨¦sped, envi¨® un bal¨®n a las nubes. Quiz¨¢s eso tambi¨¦n marca la diferencia entre los grandes y los peque?os equipos. La jugada marc¨® el ritmo del partido. El fallo de Guerrero asust¨® a los blanquiazules e insult¨® vida al M¨¦rida. Los extreme?os vieron entonces que, quiz¨¢s, pod¨ªan repetir haza?as pasadas como las de amargar el d¨ªa al mismo l¨ªder o al Bar?a: en ambos casos sac¨® un empate.

El M¨¦rida dispuso una muralla numantina -tres centrales y dos laterales- y un poblado centro campo que rompi¨® el ritmo de los blanquiazules. El equipo de gala de Camacho, al que regresaban Francisco, Lard¨ªn y Brnovic, no carburaba. Las noticias tampoco eran demasiado halag¨¹e?as: el Betis, uno de los rivales del Espanyol para subir al tren europeo, ganaba en Anoeta. Sin abrir el campo por las bandas, sin tener su d¨ªa ni Lard¨ªn ni Ben¨ªtez, la bater¨ªa ofensiva blanquiazul no fue especialmente feliz. Un solo corner, un chut de falta de Arteaga y s¨®lo alguna incursi¨®n de Urzaiz hizo concebir esperanzas de marcar un gol.

Camacho exprimi¨® al. m¨¢ximo los 15 minutos que tuvo para hablar con sus hombres. Las consignas debieron de quedar claras y el Espanyol empez¨® a leer el partido. Francisco puso el acelerador, dio pases en profundidad a Ben¨ªtez y Urzaiz. La imaginaci¨®n volvi¨® a Sarri¨¤. Fue el navarro, el hombre m¨¢s incisivo, quien de cabeza, tranquiliz¨® a la grader¨ªa. El gol tuvo efectos bals¨¢micos y el Espanyol mejor¨® de forma notable y dibuj¨® un juego r¨¢pido y vertical similar al de sus mejores partidos de la temporada.

El M¨¦rida se fue diluyendo. Quique Mart¨ªn, un hombre de refresco en la segunda mitad, no pudo coronar el par de jugadas que inici¨® y frustr¨® el aplomo de Ton?. No intimid¨® entonces el M¨¦rida. No se intu¨ªa que pudieran empatar. Urzaiz desequilibr¨® el choque con una jugada calcada a la primera y Sarri¨¤ termin¨® su desaz¨®n.