El Celta regresa a la vulgaridad ante el Valladolid

El Celta regres¨® a la vulgaridad que le ha acompa?ado durante parte del campeonato. Le bast¨® poco; fue suficiente con encontrarse con una defensa m¨¢s poblada de lo habitual y con perder a un abrelatas como S¨¢nchez para recuperar su peor imagen. Lo hizo en una de las citas m¨¢s esperadas por Bala¨ªdos, ante el Valladolid que lo pudo enviar a Segunda B durante la crisis de los avales. En un final de temporada sin apenas alicientes era una exigencia de sus seguidores vengar a los de Cantatore. No fue as¨ª, pero silenciosamente los de Vigo van sumando jornadas sin perder en su feudo. Ya son 13. No ocurr¨ªa algo semejante desde hace 25 a?os.La propuesta de Cantatore fue tan antigua c¨®mo eficaz. El chileno superpobl¨® el entorno del ¨¢rea y busc¨® en su banda derecha una v¨¢lvula de escape para las acciones ofensivas. Logr¨® su objetivo, porque el Valladolid sed¨® el juego y fue minando la moral c¨¦ltica. El planteamiento que sirvi¨® a los de Santos para golear al Espa?ol y al Athletic se demostr¨® ineficaz ante un equipo especulativo como el que ayer tuvo en frente. Durante todo el partido el Celta fue un grupo excedentario en el centro del campo y en minor¨ªa en el ataque. Adem¨¢s, el Celta a?or¨® a S¨¢nchez.

Tan malo era el aspecto del encuentro que Santos revolucion¨® el equipo antes de la media hora. Cambi¨® a Aguirretxu de banda para frenar la salida del Valladolid y adelant¨® a Ratkovic a colaborar con Gudelj. Se equivoc¨®. Con la nueva disposici¨®n t¨¢ctica el Valladolid se sinti¨® m¨¢s c¨®modo, agarr¨® el bal¨®n y excit¨® su ambici¨®n. Pero cuando mayor era la debilidad c¨¦ltica lleg¨® su gol. Fue el de la ¨²nica forma posible, desde fuera del ¨¢rea, al otro lado de la infranqueable barrera pucelana. Y fue del hombre de mayor progresi¨®n en los ¨²ltimos partidos: Merino, que viene saliendo a gol por partido. Agarr¨® un bal¨®n suelto y lo peg¨® al palo izquierdo de C¨¦sar.

No tuvo el tanto el efecto psicol¨®gico que se le atribuye a los logrados al filo del descanso. El Valladolid reclam¨® mayor protagonismo en la segunda mitad y lo encontr¨® por las dos bandas. El gol de Guti¨¦rrez fue fruto de un despeje desafortunado y justific¨® el mejor argumento blanquivioleta: su inagotable insistencia hasta el gol.