Tensi¨®n en el paralelo

KIM IL Jong asumi¨® te¨®ricamente el poder en Corea del Norte en julio de 1994 tras la muerte de su padre, Kim II Sung, pero no ha sido a¨²n nombrado presidente de la rep¨²blica ni tampoco l¨ªder del Partido de los Trabajadores, y se sospecha que est¨¢ en manos del Ej¨¦rcito y de su sector m¨¢s extremista. A esa incertidumbre sobre qui¨¦n ejerce en realidad el liderazgo en Corea del Norte se a?ade la agudizaci¨®n de la cr¨®nica crisis econ¨®mica del pa¨ªs tras las graves inundaciones del pasado verano, que le llevaron a solicitar por primera vez la ayuda internacional para hacer frente a sus necesidades alimentarias. En ese confuso y explosivo contexto, el Ej¨¦rcito norcoreano lleva varios d¨ªas realizando una serie de provocaciones al irrumpir en la zona desmilitarizada establecida en torno al Paralelo 38 tras la guerra de 1950-1953.Las relaciones de Corea del Norte con su hermano del Sur est¨¢n en uno de sus momentos m¨¢s bajos. Las negociaciones para la reunificaci¨®n de la pen¨ªnsula est¨¢n suspendidas desde la muerte de Kim II Sung. Desde entonces daba la impresi¨®n de que el Norte, consciente del deterioro de su amistad con Rusia y China, buscaba un entendimiento con Estados Unidos. Pyongyang anunciaba su intenci¨®n de terminar con el armisticio de 1953 e intentar negociar directamente con Estados Unidos un acuerdo de paz y de reunificaci¨®n de las dos Coreas. Ese intento de abrir una cu?a en las relaciones privilegiadas entre Washington y Se¨²l hab¨ªa sido ya rechazado por Clinton.

Las provocaciones norcoreanas coinciden con la campana para las elecciones legislativas surcoreanas del pr¨®ximo jueves, que se celebran en un momento dif¨ªcil para el presidente Kim Young Sam por las acusaciones de corrupci¨®n vertidas contra el partido gobernante y las protestas estudiantiles. Asimismo, lo que no es casual, se producen tambi¨¦n a pocas fechas de la visita de Clinton a Corea, prevista para el 16 de abril, y a Jap¨®n, inmediatamente despu¨¦s.

Un ataque de Corea del Norte contra Corea del Sur ser¨ªa una verdadera locura. Pyongyang tiene alrededor de 1,2 millones de soldados frente a los 700:000 de Se¨²l, pero est¨¢n deficientemente preparados y su armamento, ruso y chino, es muy anticuado. No obstante, como lo demuestran ejemplos como el del iraqu¨ª Sadam Husein, nunca puede saberse cu¨¢l puede ser la huida hacia adelante de un r¨¦gimen autoritario con dificultades internas y externas.