Espa?oles evacuados de Monrovia en helic¨®ptero aseguran que "en Liberia se mata por nada"
"Lo que peor sabor de boca te deja en la guerra de Liberia es que todos luchan contra todos y por nada. La ideolog¨ªa est¨¢ completamente al margen. Las facciones combaten por el poder, pero la verdad es que los guerrilleros destrozan y queman las casas de los civiles como por pura diversi¨®n, asaltan y matan por nada". Evacuada de Monrovia en un helic¨®ptero estadounidense en la tarde del mi¨¦rcoles, as¨ª habla desde Freetown, la capital de Sierra Leona, In¨¦s Pascual, barcelonesa de 23 a?os y administradora de la organizaci¨®n no gubernamental Acci¨®n Contra el Hambre (ACH) en Liberia.
"No s¨¦ lo que buscan. La mayor¨ªa de la poblaci¨®n est¨¢ completamente al margen de los combates, huye de sus casas para ponerse a salvo y esperar a que vuelva la calma", dice In¨¦s Pascual, que apenas tuvo tiempo de aclimatarse al enrarecido ox¨ªgeno de Monrovia, la capital de un pa¨ªs pensado como tierra de promisi¨®n para los esclavos libertos de Estados Unidos y que parece condenado a regresar a las tinieblas de la guerra civil y el pillaje generalizado ocho meses despu¨¦s de que las seis principales facciones en armas hubieran firmado un dudoso acuerdo de paz. El espectro de Somalia se cierne sobre Liberia: un pa¨ªs sin Estado en manos de se?ores de la guerra entregados al pillaje donde 150.000 cad¨¢veres abonan los campos y la selva."S¨®lo ahora me salen la tensi¨®n y los nervios por todo lo vivido. Al principio oyes las balas y los ca?onazos, y te agachas
buscas d¨®nde esconderte, pero despu¨¦s sigues trabajando, ocupas la cabeza para no pensar en el miedo", relata In¨¦s Pascua
que se siente sobre todo embargada por un sentimiento de impotencia. El s¨¢bado comenzaron a llegar a la sede de Acci¨®n Contra el Hambre -situada en el barrio diplom¨¢tico de Mamba Point, un lugar que al principio parec¨ªa a salvo de la codicia de los se?ores de la guerra- las familias de los trabajadores de esta organizaci¨®n no gubernamental francesa. "Buscaban refugio en nuestra sede. La gente no sabe ad¨®nde acudir, vaga de un lado a otro de la ciudad, entre disparos, controles y humo. Cuando nos fuimos", recuerda In¨¦s Pascual, "hab¨ªa unas doscientas personas, que llegaron con lo poco que hab¨ªan podido salvar. Les dimos mantas y les instalamos como pudimos. Yo regal¨¦ casi toda mi ropa. Era impresionante. Se quedaban tendidos todo el d¨ªa, en silencio, sin quejarse, a esperar que acabaran los disparos, como si estuvieran acostumbrados a la guerra". En la sede de ACH en Monrovila queda el jefe de la misi¨®n, un franc¨¦s, y tres enferme ras de la misma nacionalidad.
In¨¦s Pascual y sus dos compa?eros evacuados el mi¨¦rcoles, el hidr¨®logo Curro Gonz¨¢lez, de 27 a?os, y el logista ?lvaro Parages, de 30, madrile?os ambos, s¨®lo esperan que las armas se callen para regresar. Curro Gonz¨¢lez se estrenaba con la misi¨®n en Liberia y hab¨ªa comenzado a abrir pozos y letrinas, y lamenta que "el recrudecimiento del conflicto bajo banderas ¨¦tnicas har¨¢ m¨¢s dif¨ªcil atajar la guerra civil".
El asesinato como pretexto
?lvaro Parages, que hab¨ªa llegado a Monrovia un poco antes de la ¨²ltima Navidad, recuerda que la nueva fase del conflicto se inici¨® hace dos semanas: "Quer¨ªan arrestar al general Roosevelt Johnson, al que apoyan varias facciones de la etnia krahn. Le acusaban de asesinato, pero no era m¨¢s que un pretexto para apartarle del poder, porque todos han cometido asesinatos". Frente a Roosevelt, se han aliado Charles Taylor, el principal jefe guerrillero, y Alhaji Kromah, a quien respaldan miembros de la etnia mandinga, de religi¨®n musulmana. "La noche del s¨¢bado, nuestra ambulancia no dej¨® de transportar heridos de bala. La violencia fue escalando en intensidad y las facciones comenzaron a enviar a la capital a sus hombres acantonados en la selva. ECOMOG [la fuerza de paz interafricana] intent¨® abrirse paso con tanques y restaurar la paz a ca?onazos, pero no lo consigui¨®".
Desde la propia sede de ACH en Mamba Point, cuya entrada bloquearon con camiones y alambre de espino para evitar un saqueo que ya han sufrido M¨¦dicos sin Fronteras y la ONU, ?lvaro Parages pod¨ªa ver un local de la milicia de Taylor, el Frente Nacional Patri¨®tico de Liberia, el m¨¢s nutrido grupo guerrillero. "Entraban sin nada y sal¨ªan armados. Era un arsenal".
La Embajada de Estados Unidos les hizo saber el plan de evacuaci¨®n por si quer¨ªan sumarse. El mi¨¦rcoles por la ma?ana abandonaron la sede de ACH y recorrieron a pie los 300 metros que distaban de la legaci¨®n diplom¨¢tica norteamericana. "Hab¨ªa muchos combatientes con Kal¨¢shnikov que nos observaron, m¨¢s curiosos que hostiles". Tuvieron suerte, fueron evacuados antes de que el recrudecimiento de los combates obligara a suspender el vuelo de los helic¨®pteros. Detr¨¢s dejaron un pa¨ªs en sombras al que, a pesar de todo, quieren regresar.
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