Bruselas quiere tener m¨¢s poder sobre la pol¨ªtica econ¨®mica de los pa¨ªses que no accedan al euro en 1998
La Comisi¨®n Europea puso ayer sobre la mesa una propuesta que puede acabar provocando una tempestad comunitaria. Su presidente, Jacques Santer, propuso que los planes de convergencia de los pa¨ªses que no puedan entrar en el euro sean pactados con el Ecofin antes de ser aprobados por cada Gobierno, y no despu¨¦s como se hace ahora. El cambio puede parecer un matiz banal, pero para algunos supone dar a los Quince un poder decisorio que ahora no tiene sobre la pol¨ªtica econ¨®mica de un pa¨ªs.La propuesta persigue dar credibilidad ante los mercados a las monedas que se queden fuera del curo y reforzar la poda de sus finanzas p¨²blicas hasta el punto de que cuando el curo salga realmente a la calle, en el verano del 2002, incluya a casi todas las monedas.
La idea de Santer tiene especial importancia para los pa¨ªses cuyos criterios de convergencia se encuentran entre Pinto y Valdemoro. Es, desde luego, el caso de Espa?a, pero tambi¨¦n de Italia, de Portugal, de Suecia, de Finlandia o hasta de B¨¦lgica. Pero la acogida ha sido dispar. Para Pedro Solbes es "una idea interesante", es "positiva porque su objetivo es intentar integrar en el euro a las monedas que pueden quedarse fuera", pero "se ha de estudiar con m¨¢s detenimiento" antes de calibrarla en todas sus consecuencias. Para el brit¨¢nico Kenneth Clarke se tratar¨ªa de "una ingerencia absolutamente intolerable en la soberan¨ªa nacional", algo innegociable. El portugu¨¦s Antonio Sousa Franco reneg¨® de ella hasta el punto de amenazar con ir al Tribunal de Luxemburgo si se llega a aplicar.
El respeto a la "soberan¨ªa nacional" es el principal escollo con que puede tropezar la propuesta de la Comisi¨®n Europea, aunque para Bruselas esa soberan¨ªa queda a salvo "porque cada pa¨ªs sigue manteniendo la capacidad de aplicar o no ese plan de convergencia y porque esta nueva modalidad no estar¨ªa acompa?ada de nuevas sanciones para el que incumpla".
Seg¨²n el plan de Santer, el s¨®lo hecho de que los planes de convergencia hayan sido pactados previamente a nivel comunitario otorgar¨¢ a las divisas de esos pa¨ªses mayor credibilidad ante los mercados y por lo tanto disminuir¨¢ el riesgo de que sean atacadas por los especuladores; al mismo tiempo, los objetivos de austeridad ser¨¢n m¨¢s rigurosos ya que no depender¨¢n s¨®lo del voluntarismo de los Gobiernos nacionales, sino de la capacidad de estos para superar la presi¨®n del Ecofin en favor de una pol¨ªtica de rigor.
Los cr¨ªticos a este proyecto se?alan que contribuir¨¢ a separar al ciudadano del proyecto europeo al achacar a las amplias espaldas de Bruselas las decisiones de recorte de gasto o los aumentos de impuestos que sean consecuencia de unos planes de convergencia especialmente rigurosos.
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