Salta por los aires el segundo alto el fuego entre las facciones liberianas
Los combates con armas pesadas volvieron a atronar el cielo de Monrovia, despu¨¦s de que saltara por los aires el segundo alto el fuego entre las facciones tras una semana de saqueos, tiroteos, bombardeos y huida masiva de extranjeros. Las escasas horas de calma se desvanecieron cuando fuerzas leales a Charles Taylor, el principal se?or de la guerra liberiano y miembro de la presidencia colegiada, atacaron con granadas de mortero el campo de entrenamiento de Barclay, en el centro de Monrovia, donde sigue atrincherado el general rebelde Roosevelt Johnson, apoyado por miles de guerrilleros de la etnia krahn, que tienen en sus manos a unos 600 rehenes.
La evacuaci¨®n de ciudadanos estadounidenses y extranjeros sigue a ritmo febril. El presidente de EE UU, Bill Clinton, advirti¨® ayer que la operaci¨®n de sus tropas en Liberia tiene una "duraci¨®n limitada" y est¨¢ destinada a garantizar la protecci¨®n de los "ciudadanos estadounidenses". Hasta el momento han sido evacuados a la vecina Sierra Leona, que trata de sellar una guerra civil igualmente devastadora, 1.400 residentes extranjeros, entre ellos 330 estadounidenses.A pesar de los 1.200 soldados que toman parte en la misi¨®n y de que hacia la zona navegan tres buques de guerra, Clinton asegur¨® que "en ning¨²n caso intentar¨¢n modificar o preservar la situaci¨®n pol¨ªtica existente en Liberia". Una situaci¨®n delicuescente. Liberia corre a marchas forzadas hacia su extinci¨®n como Estado. El peque?o pa¨ªs de ?frica occidental padece los traumas de una de las m¨¢s encarnizadas guerras civiles de Africa -150.000 muertos- que en agosto pasado cuaj¨® un incierto acuerdo de paz.
Tras una semana de combates, Monrovia es una ciudad arrasada, con cad¨¢veres en las calles, centenares de incendios y tiroteos. "Estamos muriendo aqu¨ª. ?D¨®nde est¨¢ la comunidad internacional?", clam¨® ayer Joseph Johnnson, uno de los 20.000 refugiados en el campo de Graystone, donde se encuentra la Embajada de EE UU. El grueso de las organizaciones humanitarias ha evacuado Monrovia. Sus locales han sido saqueados y sus veh¨ªculos robados. Varios testigos hablan de unas 60.000 personas vagando desesperadas por las calles en busca de alimentos mientras los soldados del Ecomog (fuerza de interposici¨®n africana) "van y vienen sin hacer nada". Paul Koulen, vicedirector del Programa de la ONU para el Desarrollo, vio en su huida a pie por las calles numerosos cad¨¢veres abandonados a su suerte, muchos de ellos con las manos atadas a la espalda.
Liberia, la m¨¢s antigua rep¨²blica del continente negro, debe su existencia a la American Colonization Society, que en 1821 instal¨® en una peque?a franja de tierra a esclavos negros libertos. En 1847 los afroamericanos proclamaron la independencia. No ha sido una historia f¨¢cil y el despotismo brill¨® durante casi un siglo. La discriminaci¨®n hist¨®rica entre los freemen (descendientes de los antiguos esclavos) y los nativos se ha mantenido hasta hoy. Taylor, que en 1989 desencaden¨® desde Sierra Leona la guerra contra el dictador Samuel Doe, desciende de aquellos freemen. Liberia ha hecho honor a su nombre y ha experimentado como pocos los efectos del capitalismo salvaje en medio de la dejadez gubernamental. El 90% de los activos econ¨®micos ha estado durante d¨¦cadas en manos de empresas extranjeras. El caso de la compa?¨ªa Firestone -un Estado dentro del Estado- ha sido paradigm¨¢tico desde que logr¨® la concesi¨®n de una finca de 36.000 hect¨¢reas para obtener caucho.
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