Cuallad¨® y Plossu, leicas y c¨¢maras de juguete
Los dos fot¨®grafos exponen en Madrid las im¨¢genes m¨¢s personales y cotidianas
Gabriel Cuallad¨® y Bemard Plossu coinciden en presentar en Madrid antolog¨ªas de sus trabajos fotogr¨¢ficos, con la misma intenci¨®n de registrar los instantes familiares y cotidianos. Cuallad¨® selecciona 150 copias registradas entre los a?os 1957 y 1995, donde incorpora su ¨²ltima estancia como observador en el museo Thyssen, y Plossu, viajero por Mali, M¨¦xico o el S¨¢hara, ha preferido mostrar sus tres a?os de permanencia en Almer¨ªa a trav¨¦s de unas 120 fotos con c¨¢maras elementales.
Es evidente el respeto mutuo que ambos profesan por sus respectivas producciones, porque ninguno de ellos lo oculta y -desde viejo- no han dejado pasar ocasi¨®n alguna para manifestarlo. Ahora, cada uno por su lado, coinciden en Madrid con sus respectivas exposiciones: las Im¨¢genes cotidianas 1957-1995, en el antiguo MEAC (hasta el 16 de junio) del fot¨®grafo valenciano Gabriel Cuallad¨®, y la retrospectiva del vietnamita, residente en Francia, Bernard Plossu, Nuage-Soleil los a?os almerienses con c¨¢maras de juguete (Canal de Isabel II, hasta el 2 de junio).Ambos hacen una fotograf¨ªa que la podr¨ªamos incluir en un apartado est¨¦tico muy pr¨®ximo a la imagen dom¨¦stica: a la instant¨¢nea amateur, que nace con la belleza de lo ingenuo, registrada aparentemente sin otra vocaci¨®n que la confecci¨®n de un ¨¢lbum de lo m¨¢s ¨ªntimo, equivalente en lo literario a la redacci¨®n caligr¨¢fica de un diario. Tomas que padecen cierta alergia con la espectacularidad a la que estamos habituados con las f¨®tonoticias de primera plana.
La peque?a diferencia entre uno y otro radica m¨¢s en la t¨¦cnica que en la intenci¨®n de lo que pretenden, captar al apretar el disparador. Plossu trabaja con c¨¢maras de juguete de esas de una sola utilizaci¨®n, las de usar y tirar, cuyo precio no alcanza las 2.000 pesetas, y Cuallad¨®, con la precisi¨®n de la cl¨¢sica Leica. De aqu¨ª que Pl¨®ssu titule un apartado de esta muestra -que realmente agrupa dos exposiciones en una- Nuage-Soleil (Nube-Sol) y sus tomas almerienses, con unas 20 fotos en total, evocando con aquel gen¨¦rico los ind¨ªcativos de la nubecita y el sol con los que se ajustaba de forma simplista el diafragma de aquellas modestas c¨¢maras de los a?os sesenta, regalo habitual en las primeras comuniones. Ambos coinciden en una id¨¦ntica clave est¨¦tica: su obsesi¨®n por registrar, de una forma u otra, las atm¨®sferas y las circunstancias de los sujetos que retratan o los paisajes hacia los que apuntan sus objetivos, m¨¢s preocupados en ello que en la obtenci¨®n de un fiel documento que los refleje.
La exposici¨®n de Gabriel Cuallad¨® -con 150 fotos- cuenta, entre los tres que la conforman, con un interesante apartado de obra in¨¦dita, donde se rescata una serie de retratos tomados desde los a?os cincuenta a los noventa. Los otros dos cap¨ªtulos de esta retrospectiva se corresponden con su colecci¨®n de im¨¢genes m¨¢s cl¨¢sicas y ensayos, como ¨¦l denomina a sus colaboraciones en proyectos fotogr¨¢ficos tales como los realizados para Arco, la Fundaci¨®n Thyssen, el Rastro, La Real Sociedad Fotogr¨¢fica de Madrid, la Cervecer¨ªa Alemana, Photokina, la Albufera o el proyect¨® Imagina. Completan la muestra una serie de retratos de fot¨®grafos que comenz¨® a mediados de siglo, con la escuela de Madrid, e incluye autores contempor¨¢neos. El conjunto cuenta con una selecci¨®n de copias de ¨¦poca realizadas por ¨¦l mismo. Cuallad¨® ha revelado personalmente casi todos los materiales expuestos.
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