Las ONG hacen autocr¨ªtica y asumen fracasos en la cooperaci¨®n con el Tercer Mundo
Diversas organizaciones, contra el modelo de desarrollo de la l¨®gica occidental
Mientras las ¨²ltimas cifras destacan las 3.375 muertes en Burkina-Faso por meningitis, Damiano Sartori, coordinador de Medicus Mundi, argumenta con vehemencia: "El problema no es ¨¦se. Es la gasolina". Hay vacunas, pero no electricidad para guardarlas en neveras, ni combustible para trasladarlas en el moderno todoterreno que ha llevado el cooperante blanco. Hoy las ONG hacen autocr¨ªtica sobre los m¨¦todos de ayuda al Tercer Mundo, basados m¨¢s en la l¨®gica del donante que en la realidad del receptor. A algunos proyectos sin continuidad se va buena parte de la ayuda mundial -7,6 billones de pesetas en 1994-, pero tambi¨¦n a comprar armas que siegan cualquier intento de desarrollo.
Expertos en cooperaci¨®n y representantes de ONG han coincidido esta semana en una jornadas organizadas en Madrid por la organizaci¨®n Prosalus, en la necesidad de replantear el actual sistema de cooperaci¨®n internacional. Coincid¨ªa el debate con la aguda cr¨ªtica al informe sobre la ayuda oficial espa?ola al desarrollo del a?o pasado (el 0,25% del PIB) y, sobre todo, a la estructura gubernamental de la cooperaci¨®n.El dardo no afecta s¨®lo a c¨®mo se organiza la cooperaci¨®n desde los Gobiernos de los pa¨ªses desarrollados, sino tambi¨¦n a c¨®mo se hace en el otro lado. Ya sobre el terreno. "Hay que adaptar el sistema a las posibilidades de cada pa¨ªs. Y si no tienen presupuesto, hay que hacer lo m¨¢s sencillo. Si no se pueden hacer las cosas con un toyota se hace en un burro", dec¨ªa Damiano Sartori, coordinador de M¨¦dicus Mundi en Espa?a, profundamente descre¨ªdo de las grandes alharacas solidarias del mundo rico.
Tecnolog¨ªas sin posibilidad de recambio o grandes hospitales vac¨ªos por falta de recursos del propio pa¨ªs receptor para que funcionen son algunas de las herencias que ha dejado hasta hoy la cooperaci¨®n. No se ha contado con ellos. Se ha exportado un modelo paternalista de desarrollo frente al que han actuado con "resistencia pasiva", insisti¨® Sartori. "Ellos piensan: 'Bueno, ¨¦ste viene aqu¨ª a poner esto, ya descansaremos de su ¨²ltima genial idea de desarrollo cuando se vaya'. El resultado de todo esto es la desconfianza en ellos mismos. 'El hospital con blanco funciona y. sin ¨¦l no', se dicen".
Proyectos sostenibles
Porque el cooperante blanco termina la mayor¨ªa de las veces march¨¢ndose, pese a que las ONG suelen plantear ya sus trabajos con organizaciones y voluntarios locales, que siempre se quedan. Por eso, Ignacio Merediz, experto en cooperaci¨®n internacional y antiguo colaborador de Naciones Unidas en programas de desarrollo, abog¨® por discutir sobre la "sostenibilidad" de los proyectos emprendidos en el Tercer Mundo. "?Qu¨¦ pasar¨¢ cuando no estemos?", plante¨®. "La apropiaci¨®n del proyecto por parte de sus destinatarios es la mejor garant¨ªa de sostenibilidad", apost¨®.Axel Kroeger, cooperante y especialista de la Escuela de Medicina Tropical de Liverpool, constat¨® c¨®mo los proyectos que desarrolla en Latinoam¨¦rica sobre control de enfermedades end¨¦micas "siempre han funcionado mejor cuando desde el principio participa la poblaci¨®n en la toma de decisiones, en el control y en la evaluaci¨®n de los resultados" "El peligro de la cooperaci¨®n externa es que imponemos de forma, paternalista nuestros modelos sin darnos cuenta de que ellos tienen los suyos".
Para Merediz, el proceso de desarrollo exige un giro importante, "un giro en cuanto a poner en crisis los instrumentos que estamos utilizando". Su visi¨®n, riada optimista sobre los resultados obtenidos hasta ahora, le llev¨® a afirmar con contundencia: "Estamos asistiendo a la materializaci¨®n de la derrota, estamos llegando a la grave conclusi¨®n de que un 20% de los pa¨ªses ya no tienen remedio. Hemos convertido el desarrollo en asistencia permanente".
Merediz invit¨® a las ONG a evaluar sus proyectos dos o tres a?os despu¨¦s de concluidos: "Se asombrar¨ªan de la cantidad de cosas que han dejado de funcionar". El objetivo no es el cumplimiento de plazos, insisti¨®, "ni la rapidez para salir en la foto", seg¨²n Sartori. Para Merediz, la empresa es mucho m¨¢s ardua. "Cada vez estoy m¨¢s convencido de que hay que luchar por un cambio social".
La realidad es que la propia situaci¨®n social de muchos pa¨ªses aboca al fracaso. "Es cierto que tenemos que replantearnos si lo queestamos haciendo lo hacemos bien. Pero, en definitiva, es un aspecto positivo: no es la causa por la cual sufren estos pa¨ªses, sino los fondos que reciben para comprar armas", hizo hincapi¨¦ Rogelio L¨®pez V¨¦lez, cooperante fuera y dentro de Espa?a con inmigrantes y especialista en medicina tropical en el hospital Ram¨®n y Cajal, de Madrid. "La guerra vuelve a machacar una y otra vez las esperanzas que tienen los habitantes de ?frica. Si fu¨¦ramos capaces de evitar esto, quiz¨¢ no tendr¨ªamos que estar debatiendo sobre la cooperaci¨®n. S¨®lo tendr¨ªamos que a actuar en casos de sequ¨ªas o hambrunas".
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