El miedo a la basura industrial

El pueblo de Nerva (7.000 habitantes), en Huelva, est¨¢ tomado por la Guardia Civil. La oposici¨®n de ecologistas y una parte de los vecinos a la construcci¨®n de un vertedero de seguridad para residuos t¨®xicos-industriales de la Junta de Andaluc¨ªa tiene a esta localidad totalmente alterada desde hace medio a?o, con manifestaciones y caceroladas a diario, que el fin de semana llegaron a Sevilla. La gobernadora civil decidi¨® el mi¨¦rcoles prohibir toda manifestaci¨®n contra el vertedero. La Confederaci¨®n Ecologista Pacifista de Andaluc¨ªa (CEPA) ha planteado una queja ante la Comisi¨®n Europea. Sin embargo, el vertedero, tambi¨¦n de residuos t¨®xicos industriales, que se est¨¢n proyectando en Pamplona apenas ha levantado protestas hasta ahora. Ambas instalaciones son lo mismo, y ambas son necesarias en un pa¨ªs con in dustrias, aunque los respectivos Gobiernos aut¨®nomos tambi¨¦n han seguido unos pasos bien distintos. Seg¨²n el inventario del Ministerio de Obras P¨²blicas, Transportes y Medio Ambiente, el 60% de estas peligrosas basuras no reci be todav¨ªa tratamiento en Espa?a. La red de instalaciones de este tipo es a¨²n muy peque?a en Espa?a, muy por detr¨¢s de Alemania, Francia, Holanda, Italia, Reino Unido y Suecia. Hay dep¨®sitos de seguridad en San Fernando de Henares (Madrid), Santa Ubenia de Pisuerga (Valladolid), Ser¨ªn (Asturias) y Somozas (La Coru?a). Catalu?a tambi¨¦n cuenta con alguna instalaci¨®n, y, sobre todo, tiene en marcha la construcci¨®n en Constant¨ª (Tarragona) de la primera incineradora de residuos industriales. Los vecinos han reaccionado de forma diametralmente opuesta; en ning¨²n siti¨® con la crispaci¨®n de Nerva.

El dep¨®sito proporcionar¨¢ 45 millones (le pesetas anuales al Ayuntamiento de Nerva. La planta costar¨¢ 1.102 millones, de los que la Junta subvencionar¨¢ el 30%, y quedar¨¢ situada en los terrenos conocidos como Zarandas, a dos kil¨®metros del n¨²cleo urbano. Crear¨¢ un centenar de empleos, en una localidad con un 50% de parados. El anterior consejero de medio ambiente, Manuel Pezzi, calific¨® de "salvajada y barbaridad" las fotocopias con ni?os convalecientes de malformaciones cong¨¦nitas supuestamente provocadas por este tipo de instalaciones, que "algunos han hecho circular por Nerva". El dep¨®sito re¨²ne todas las garant¨ªas, "no produce ni un estornudo, su peligro es cero", seg¨²n el departamento de Salud de la Junta. Pero la situaci¨®n se hace cada vez m¨¢s complicada y dif¨ªcil.

Por el contrario, el proyecto para convertir las antiguas minas salinas de Potasas de Subiza (Posusa), a 10 kil¨®metros de Pamplona, en un dep¨®sito de residuos industriales t¨®xicos y peligrosos avanza en Navarra por un pausado camino legal marcado por el Plan Gestor de Residuos Especiales, aprobado por el Ejecutivo aut¨®nomo el pasado marzo.

La luz verde dada por el Gobiemo aut¨®nomo al almac¨¦n no ha suscitado el rechazo ciudadano y, salvo la opini¨®n contraria de Pedro Jos¨¦ Erice, alcalde del municipio donde se ubicar¨ªa el proyecto, La Cendea de Galar, y la de algunos t¨¦cnicos que opinan que una soluci¨®n en superficie podr¨ªa ser m¨¢s adecuada y barata, lo cierto es que, de momento, las asociaciones ecologistas y la mayor¨ªa de los partidos pol¨ªticos no han mostrado su rechazo.

El consejero de Medio Ambiente del Gobierno navarro, Javier del Castillo, considera "un reto para Navarra" llevar a buen puerto el proyecto. El comit¨¦ de empresa de Posusa, que durante tres a?os ha animado el debate, estima que "las condiciones geol¨®gicas de la mina pueden ser interesantes y seguras".