"Nunca se llega tarde a ning¨²n sitio"

La entrega del Cervantes a Camilo Jos¨¦ Cela, dotado con 15 millones de pesetas, cerr¨® ayer una de las situaciones m¨¢s parad¨®jicas de la cultura espa?ola. El Nobel de Literatura de 1989, a punto de cumplir 80 a?os, no ahorr¨® emoci¨®n y la voz se le quebr¨® mientras le¨ªa el discurso protocolario en la Universidad de Alcal¨¢ de Henares; un discurso que arrancaba diciendo: "Merece la pena esperar los a?os que Dios disponga para recibir este premio". La ministra de Cultura en funciones, Carmen Alborch, dijo que se entregaba un premio que se ha tardado en conceder "m¨¢s de lo que todos habr¨ªamos querido".

La ceremonia del Cervantes celebrada ayer en Alcal¨¢ tuvo poco que ver con las anteriores. De entrada, un premio Nobel, recib¨ªa el Cervantes. Pero la gran diferencia estaba en las bancas de la sala, en las que se acusaba el vac¨ªo de los anteriores galardonados (Torrente Ballester, Buero Vallejo, Francisco Ayala, Miguel Delibes o Mario Vargas Llosa), de compa?eros de profesi¨®n e incluso de familiares tan pr¨®ximos como su hijo, Camilo Jos¨¦ Cela Conde. La representaci¨®n familiar corri¨® a cargo de las hermanas del escritor, de su mujer, Marina Casta?o y de la hija de ¨¦sta, Laura.El ¨²nico rastro de emoci¨®n corri¨® a cargo del premiado. El autor m¨¢s provocador y pol¨¦mico de las letras espa?olas, inici¨® su discurso con un nudo en la garganta que, al principio, dificultaba la comprensi¨®n de sus palabras. Los constantes pitidos de los telefonillos m¨®viles contribu¨ªan lo suyo en a?adir dificulta des al sonido.

En su texto, plagado de citas de Cervantes, Cela neg¨® que el premio le llegara a destiempo, porque "nunca se llega tarde a ning¨²n sitio". Cont¨® que en la espera, "eso tan parecido al vicioso naipe solitario, jam¨¢s perd¨ª la esperanza, aunque a veces la vi tan huidiza como una liebre en campo abierto". Atribuy¨® el estado de tranquilidad a los 80 a?os que est¨¢ a punto de cumplir, "¨²ltimo recodo de la vida en el que se hacen sinceras las humildades, honestos los prop¨®sitos y circunstanciadas y serenas hasta las vanidades".

La ministra de Cultura en funciones, Carmen Alborch, asumi¨® en su discurso el retraso del premio ("ha tardado mas de lo que todos habr¨ªamos querido") y elogi¨® el espiritu rompe dor de Cela, demostrado a lo lar go de medio siglo dedicado a la escritura. Alborch afirm¨® que el itinerario de Cela ha sido el de quien no ha adulado a su p¨²blico, "sino que se ha hecho con ¨¦l abri¨¦ndoles ventanas que antes estaban clausuradas".

Carmen Alborch a?adi¨® que Cela no se qued¨® en el realismo puro y simple en el que ya hab¨ªa triunfado y prefiri¨® lanzarse a lo desconocido "en virtud de su inquietud, de su libertad, de su deseo de descubrir aquello que permanec¨ªa oculto".

El rey Juan Carlos se encarg¨® de cerrar la ceremonia recordando que se trataba de una ocasi¨®n especial porque "la envergadura universal ya ha sido reconocida hace algo m¨¢s de seis a?os con el Nobel de Literatura". A?adi¨® que Cela "es una parte consustancial de nuestra naturaleza, de nuestro paisaje, que sin ¨¦l estar¨ªa incompleto". El Monarca repas¨® la obra literaria del autor galardonado y le record¨® los deberes pendientes. "Nos quedamos esperando como siempre sus nuevos libros. Por ejemplo, ese siguiente Turno de r¨¦plica que culminar¨¢ sus memorias o esa Madera de boj, tantas veces prometida".

Entre los invitados a la entrega del Cervantes no pod¨ªa faltar el director de la Real Academia Espa?ola, Fernando L¨¢zaro Carreter, que mostr¨® su satisfacci¨®n por la entrega del premio a Cela, que "ha corregido una injusticia". Precis¨® que ha participado en dos ocasiones en el jurado del Cervantes y las dos veces vot¨® al autor gallego. "No me explico tanto retraso", apostill¨® el acad¨¦mico.

En casa

La agente literaria Carmen Balcells, paseaba entre los invitados con expresi¨®n m¨¢s que satisfecha. Tambi¨¦n en esta ocasi¨®n, uno de los suyos (el a?o pasado fue Mario Vargas Llosa) recib¨ªa lo que se considera el m¨¢ximo galard¨®n de las letras espa?olas.Alfonso Esc¨¢mez, presidente de la Fundaci¨®n Central Hispano, tampoco quiso perderse la ceremonia. "Somos. amigos desde hace muchos a?os, he le¨ªdo sus obras varias veces y me parece que era obligado este reconocimiento a su trayectoria literaria". El veterano banquero tuvo tambi¨¦n elogios para la ministra de Cultura, "su discurso me ha sorprendido muy favorablemente".

Al final, durante el c¨®ctel que habitualmente se celebra en el patio universitario, Cela reconoci¨® haberse emocionado durante su discurso, una emoci¨®n superior -a la que vivi¨® cuando en 1989 recibi¨® el premio Nobel de Literatura en Suecia. "Aqu¨ª me he sentido en casa y all¨ª no estaba tan c¨®modo".

Sonriente y feliz, Cela cont¨® a los periodistas que en los pr¨®ximos d¨ªas realizar¨¢ alg¨²n viaje y que despu¨¦s de la fiesta de cumplea?os que su mujer le prepara en Guadalajara, est¨¢ dispuesto a sumergirse definitivamente en Madera de boj, la novela interrumpida cuando le concedieron el Nobel y que ahora tendr¨¢ que reescribir.