M¨¢s all¨¢ de las fuentes
Sucedi¨®, si mal no recuerdo, en Elche, en el verano de 1965 y en el transcurso de un homenaje que se le rend¨ªa: Camilo Jos¨¦ Cela se sumergi¨® en la fuente que conmemoraba el evento. Aquello sali¨® en el No-Do y fue noticia d¨¦ comentario nacional. Desde entonces (y a¨²n desde antes) Cela se ha sumergido en muchas fuentes muchas veces, en ocasiones con gracia y en otras sin ella. Y eso est¨¢ condicionando el juicio sobre su obra.Hay quienes le niegan al autor el pan y la sal, hasta el pan y la sal del Pascual Duarte, La colmena y el Viaje a la Alcarria. Cela, dicen, no ha creado ning¨²n personaje perdurable, su Espa?a es t¨®pica, pintoresca: carece de inter¨¦s: Otros, m¨¢s comedidos, reconocen los m¨¦ritos del Pascual..., La colmena y el Viaje..., para detenerse ah¨ª porque ah¨ª se termin¨® Cela. Lo que vino despu¨¦s no vale nada, aunque su castellanao -precisan- siga siendo excelente. La renovaci¨®n experimentalista del escritor -a?aden- ha sido un truco, un cuento para continuar existiendo, peto nada m¨¢s, Entr¨¦ esos trucos hay aut¨¦nticas tomaduras de pelo, como Oficio de tinieblas 5, o Cristo versus Arizona, meras logomaquias verbales para uso de cuatro esnobs pasados de moda.
Creo que algunos de estos juicios no se emitir¨ªan si Cela no hubiera hecho demasiadas veces el n¨²mero de la fuente. Pero no deja de sorprender que sigamos confundiendo sin m¨¢s hombre y obra, identificando el valor literario y el existencial. La abundante obra de Cela alberga, sin duda, territorios prescindibles, zonas indecisas y espacios brumosos, pero el Cela narrador ha articulado una obra novelesca -me ce?ir¨¦ a ella en estas l¨ªneas- que no resulta derogable.
El Pascual... es una hermosa f¨¢bula de desamor y crueldad que trasciende los modelos que su autor pudo. tener en cuenta; La colmena fue la primera novela antifranquista que se escribi¨® en Espa?a. Sin estos dos t¨ªtulos otro hubiera sido el rumbo de nuestra narrativa despu¨¦s de la guerra civil. La catira, es una prodigiosa novela de idioma y materia americanos, y si se parece a la Do?a B¨¢rbara de R¨®mulo Gallegos, es que se parece para dejarla inservible.
M¨¢s, y ahora hablo del segundo Cela; San Camilo 36 es una de las mejoras novelas que se han escrito sobre la guerra civil, donde se exhibe un dominio vertiginoso de las t¨¦cnicas narrativas de la vanguardia. Como "una purga de mi coraz¨®n" defini¨® Cela su Oficio de tinieblas, desoladora meditatio mortis que algunos despachan como "surrealismo" mientras se embeben con cualquier poema surrealizante. Una haza?a del o¨ªdo es Mazurca para dos muertos, memorial de dolor y venganza que se dir¨ªa inspirado por el alma de un vate antiguo. Y Cristo..., como El asesinato del perdedor, representa la fidelidad de Cela a sus genuinos or¨ªgenes vanguardistas. Decir que no son novelas es albergar no s¨®lo una concepci¨®n metaf¨ªsica del g¨¦nero, sino una concepci¨®n absolutista de los g¨¦neros literarios. Lo que importa de una obra es su literariedad. Y esto vale todo para producto verbal de pretensiones art¨ªsticas, incluidos los de este Camilo Jos¨¦ Cela que en 1965 se sumergi¨® en una fuente de Elche.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.