El 'caso GAL', en su recta final

EL MAGISTRADO del Tribunal Supremo Eduardo M¨®ner, instructor del caso GAL, ha decidido no citar a Felipe Gonz¨¢lez como inculpado porque entiende, en coincidencia con el fiscal, que no hay indicios que permitan sostener una acusaci¨®n, contra ¨¦l. Id¨¦ntica resoluci¨®n, ha adoptado respecto al ex vicepresidente del Gobierno Narc¨ªs Serra y al dirigente socialista, Txiki Benegas. La acusaci¨®n por el secuestro de Segundo Marey se detiene, a la luz de las pruebas disponibles, en el ex ministro del Interior Jos¨¦ Barrionuevo.El caso entra as¨ª en su fase definitiva. Una vez que se resuelvan los recursos que originar¨¢ sin duda este nuevo auto de M¨®ner, s¨®lo cabe esperar que termine cuanto antes la instrucci¨®n y se celebre un juicio justo para todos los acusados. No falta quien sugiere, o amenaza con desvelar pruebas de nueva factura. Son tantos los meandros que ha seguido este sumario desde su apertura que nada puede descartarse. Pero llegados a estas alturas habr¨ªa que hacer la invocaci¨®n que precede al matrimonio cat¨®lico: si alguien tiene algo en contra, hable ahora o calle para siempre.

Cualquier testimonio que pueda alterar la acusaci¨®n, cualquier prueba adicional en cualquier sentido deben ser aportados de inmediato para que de una vez por todas pueda dictarse sentencia sobre este caso que ha alterado profundamente la vida pol¨ªtica de los ¨²ltimos a?os. En cualquier caso y mal que les pese a algunos, lo que el juez M¨®ner viene a dictaminar es que el testimonio de Ricardo Garc¨ªa Damborenea implicando en la creaci¨®n de los GAL al todav¨ªa presidente no le merece cr¨¦dito suficiente como para citar a declarar a Gonz¨¢lez.

La disminuci¨®n de la tensi¨®n pol¨ªtica desde las elecciones del 3 de marzo ha contribuido sin duda a que esta decisi¨®n del juez se haya recibido sin clamores de indignaci¨®n por parte de las fuerzas pol¨ªticas. Tan s¨®lo algunos agitadores medi¨¢ticos, prisioneros de su propia ret¨®rica, lamentan que no se vayan a cumplir sus deseos de ver a Felipe Gonz¨¢lez sentado en el banquillo de los acusados.

Algunos de los que repetidamente han se?alado a Gonz¨¢lez como el se?or X de los GAL tienen ahora una buena oportunidad para hacer un ejercicio p¨²blico de responsabilidad, algo m¨¢s que improbable dados los h¨¢bitos pol¨ªticos que se han instalado entre nosotros. El caso GAL, en general la guerra sucia contra el terrorismo de ETA, que este peri¨®dico conden¨® en su d¨ªa y condena hoy, ha sido utilizado sin pudor y con ingente demagogia no s¨®lo por los c¨®mplices de la violencia etarra, sino tambi¨¦n por los adversarios pol¨ªticos del partido socialista. Los da?os de esta manipulaci¨®n sin escr¨²pulos son inmensos, est¨¢n a la vista y tardar¨¢n largo tiempo en subsanarse. Nada tiene que ver esta afirmaci¨®n con exoneraciones de cuantos crearon esta trama criminal y ejecutaron cada uno de los atentados, que deben ser juzgados y condenados en la medida en que pueda probarse su culpabilidad.

M¨®ner habr¨¢ decepcionado sin duda a algunos, como se adivina en ciertas reacciones. Porque para muchos lo principal en el caso GAL no ha sido jam¨¢s establecer verdades y dictar justicia. Pero, m¨¢s all¨¢ de los deseos o las frustraciones individuales, ser¨ªa bueno que de una vez por todas, igual que las elecciones del 3 de marzo han dictado sentencia pol¨ªtica -conla derrota de Gonz¨¢lez frente a Aznar-, los jueces dictaran tambi¨¦n la suya cuanto antes, porque s¨®lo as¨ª podr¨¢ pasarse de una vez esta hoja negra de nuestra historia reciente.