El Bar?a recobra la confianza
De la Pe?a, con un gol y dos asistencias, se convierte en el verdugo del Sporting
El Barcelona se cubri¨® de gloria en Gij¨®n. Impulsado an¨ªmicamente por el nuevo par¨®n del Atl¨¦tico, el grupo de Cruyff recuper¨® la confianza, el f¨²tbol y el gol en 45 minutos dignos del dreamteam de tiempos recientes. El primer tiempo fue de museo, una fiesta azulgrana, con De la Pe?a animando a todos los invitados. El calvo convenci¨® a Cruyff de que sus virtudes tapan poco a poco a sus defectos. Al Sporting, all¨ª en medio, le qued¨® poco menos que servir de palmero en el recital barcelonista. Despu¨¦s de tantas desgracias seguidas, el Barcelona de ayer demostr¨® que la Liga est¨¢ viva.Desde el principio se comprob¨® que entre las competencias retiradas a Cruyff por la directiva no estaba la de confeccionar a su antojo las alineaciones. La genialidad de ayer consisti¨® en inventarse a Sergi como pivote, mientras Nadal repasaba en el banquillo la jugarreta de Caminero hace una semana. A partir de ah¨ª, casi nadie fue lo que parece en el Bar?a: Roger hizo de Sergi, ?scar de Bakero, De la Pe?a de Roger y Bakero cubri¨® la plaza habitualmente reservada para Amor. S¨®lo el ataque era reconocible, incluso con Figo y Hagi en su espacio natural.
Los goles no tardaron en hacer bueno el experimento. A ello contribuy¨® el Sporting con un desbarajuste acunado en la pizarra de Novoa. En este caso bastaron un par de retoques para desmontar el andamiaje que hab¨ªa permitido al Sporting huir de la quema. Como ocurriera hace dos meses, cuando el Atl¨¦tico visit¨® El Molin¨®n, el entrenador se li¨® la manta a la cabeza y toc¨® lo que funcionaba bien. Es decir, lo estrope¨®. Quiso poner un polic¨ªa a cada atacante, aun a costa de abrir como una naranja una defensa que funcionaba correctamente. El m¨¢s beneficiado fue Hagi, que encontr¨® en Mu?iz a un marcador de cintura de acero, acostumbrado al cuerpo a cuerpo con tanques.
Por si fuese poco, Novoa descubri¨® la p¨®lvora entregando a Bango la batuta que ced¨ªa el sancionado Avelino. Hugo P¨¦rez rumiaba su desesperaci¨®n en la banqueta. De esta forma, el Sporting se quedaba sin las dos premisas del f¨²tbol: armas para aguantar al rival y capacidad para darle r¨¦plica. El Sporting fue desde el minuto 2 un mu?eco que permit¨ªa al Barcelona sentirse como un l¨ªder, jugar como un l¨ªder, ganar como un l¨ªder.
Convertido el partido en un escaparate para el lucimiento de los peloteros, De la Pe?a no desaprovech¨® la ocasi¨®n de subirse un escal¨®n por encima del resto. En el callej¨®n del 10, pero con movilidad para volver loco a cualquier rival, el 23 se divirti¨® como un colegial. De la Pe?a toc¨®, amag¨®, se desmarc¨®, dio asistencias y abri¨® el camino de una c¨®moda victoria. Se podr¨ªa decir que en el primer tiempo lo hizo todo bien, es decir, sac¨® las virtudes que le atribuye Cruyff y ninguno de los defectos.
Con el partido resuelto, y el rival asustado, el Barcelona convirti¨® el terreno en el escenario de un gran rondo. Los azulgrana se pasaban y repasaban el bal¨®n, sin preocuparse siquiera de Lediakhov, completamente aislado de un equipo que no sab¨ªa ni por donde andaba. ?scar y De la Pe?a pudieron alcanzar la manita de goles en el primer tiempo, lo que en absoluto hubiera distorsionado el juego.
Evidentemente, la segunda parte sobraba. La gente se qued¨® en la grada s¨®lo para amortizar su entrada, pero consciente de que aquello no ten¨ªa remedio. Lo m¨¢s que se lleg¨® fue a un juego equilibrado. L¨®gico, el Barcelona afloj¨® para esperar otras cuatro finales, mientras que Novoa tir¨® de Hugo P¨¦rez. El centrocampista argentino se dej¨® notar en el centro del campo porque puso orden y empuje. Lediakhov se lo agradeci¨®. El ruso hizo en el minuto 71 la jugada del partido, regateando desde el centro del campo. Pero no hubo culminaci¨®n, igual que en otras llegadas que cargaron de raz¨®n a Cruyff sobre Julio Salinas, ayer m¨¢s peleado que nunca con el gol y con Busquets, que le sac¨® hasta remates a bocajarro.
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