Enhorabuena, se?or Pritzker
Cuando Rafael Moneo llegue ma?ana a su despacho en la Graduate School of Design de la Universidad de Harvard, encontrar¨¢ la mesa sepultada bajo mensajes de felicitaci¨®n. Los plac¨¦menes, sin embargo, deber¨ªan dirigirse m¨¢s bien a Jay A. Pritzker, presidente de la Fundaci¨®n Hyatt y representante de la familia que da su nombre al importante premio norteamericano. La concesi¨®n del galard¨®n al arquitecto navarro es, desde luego, un gran honor para nuestro compatriota, primer espa?ol que recibe -desde su fundaci¨®n en 1979- este Nobel oficioso de la arquitectura; pero el tiempo mostrar¨¢ que la inclusi¨®n de Moneo en la lista de los distinguidos con el Pritzker beneficia m¨¢s a¨²n al prestigio y reconocimiento del propio premio, que en las ¨²ltimas convocatorias hab¨ªa manifestado ciertos signos de desconcierto.Algo similar sucedi¨® hace una d¨¦cada, cuando Moneo fue nombrado decano en Harvard. La primera reacci¨®n fue de regocijo ante el ¨¦xito del espa?ol, que obten¨ªa la m¨¢s alta posici¨®n acad¨¦mica en una instituci¨®n m¨ªtica, marcada por la huella de Watler Gropius, el gran pedagogo de la arquitectura moderna, y Josep Lluis Sert, el ilustre exiliado que fue nuestro mejor arquitecto racionalista. El desarrollo de los acontecimientos, sin embargo, har¨ªa patente que la elecci¨®n de Moneo fue, sobre todo, una extraordinaria fortuna para Harvard, que ha tenido el privilegio de contar con el talento y la visi¨®n de uno de los pocos arquitectos contempor¨¢neos dotados a la vez con inteligencia cr¨ªtica e integridad art¨ªstica.
Rafael Moneo, en efecto, posee una rara combinaci¨®n de formaci¨®n acad¨¦mica e intuici¨®n creativa que lo hace a la vez intelectual y artista: una amalgama tan infrecuente que ni siquiera se alcanza con igual contundencia en los arquitectos que m¨¢s admira. Aldo Rossi y Robert Venturi, por ejemplo, cambiaron con sus escritos el rumbo de la arquitectura, pero ninguno de sus edificios ha llegado a ser tan influyente como sus textos; Frank Gehry y ?lvaro Siza, por su parte, han transformado con sus obras nuestra percepci¨®n del espacio arquitect¨®nico, y pese a ello ninguno de los dos ha tenido una proyecci¨®n intelectual significativa. Galardonados los cuatro con el Pritzker y arquitectos de enorme trascendencia, todos carecen empero de esa mixtura singular que permite a Moneo intervenir con igual autoridad en el terreno de las ideas y en el de las formas.
Tanto por sus evidentes m¨¦ritos personales como por el muy relevante perfil de la arquitectura espa?ola reciente -de la cual Rafael Moneo es el m¨¢s notorio representante-, el Pritzker para el autor del Museo de Arte Romano de M¨¦rida era esperado hace a?os, y de hecho constituy¨® una decepci¨®n que en 1992 el jurado prefiriera a otro arquitecto ib¨¦rico, el maestro de Oporto Alvaro Siza. Desde esa fecha, el nombre de Moneo ha figurado en los pron¨®sticos de cada convocatoria, y era s¨®lo cuesti¨®n de tiempo el que recibiera una distinci¨®n que le era debida, y que ahora se le otorga simult¨¢neamente a la Medalla de Oro de la Uni¨®n Internacional de Arquitectos, un premio profesional de muy diferente trayectoria, por m¨¢s que tambi¨¦n coincidiera con el Pritzker en la ¨²ltima ocasi¨®n en que ambos se entregaron.
Al reconciliar en su persona dos tradiciones tan distintas, este intelectual que construye manifiesta la naturaleza un¨¢nime de la admiraci¨®n que suscita. Dentro de 10 d¨ªas entrar¨¢ en su a?o sexag¨¦simo colmado de honores y reconocimiento, y es inevitable pensar que insensiblemente se ha mudado de esfera, circulando ya por los senderos de la historia. Pero la inquietud y la curiosidad de Rafael Moneo le impedir¨¢n remansarse en ese parnaso pl¨¢cido; si sobrevivi¨® a la consagraci¨®n intelectual de Harvard, sobrevivir¨¢ igualmente a la consagraci¨®n art¨ªstica del Pritzker, escribiendo los textos y construyendo los edificios que nos debe. Tras los primeros meses estivales, en septiembre se re¨²ne el jurado que debe otorgar el proyecto del Museo del Prado, y no ser¨ªa extra?o que tambi¨¦n entonces tengamos que felicitar a sus miembros como hoy lo hacemos al se?or Pritzker.
Babelia
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