Un sonido casi perfecto
A la ca¨ªda del sol, el grupo californiano Rancid entr¨® en calor a las primeras de cambio. Punk de la primera generaci¨®n y ska saltar¨ªn se unen en una combinaci¨®n que recuerda en su base a The Clash, uno de los nombres cl¨¢sicos de la original batida punk del 77. El p¨²blico respondi¨® con gusto a la oferta de un grupo que mostr¨® ganas y entusiasmo dentro de unos planteamientos simples pero muy efectivos.En el vecino escenario de El Lago, The Posies apenas pudo superar una frialdad achacable a un sonido debil¨ªsimo. Estos muchachos de Seattle cuentan con un buen repertorio de power pop con ribetes guitarreros, pero la escasez de potencial exterior desmereci¨® en mucho su puesta en escena. S¨®lo en el tramo final las circunstancias adversas se modificaron en parte y como despedida sirvi¨® el lanzamiento de guitarras al aire.
Rage Against the Machine eran la estrella de la primera noche de Festimad y la banda goz¨® de un sonido casi perfecto. Entre la afilada lengua de rap de Zack de la Rocha, empapada de mensajes revolucionarios, y la guitarra de Tom Morello, entregada tanto a riffs cortantes como a sonidos sorprendentes, los norteamericanos dieron de s¨ª lo que demandaba la expectaci¨®n previa. Su espectacular conglomerado de hardcore y rap funcion¨® sin m¨¢cula sobre las tablas.
A la hora de transmitir esta cr¨®nica, esperaban turno el triunfante rap de Cypress Hill y la ensalada musical de los mexicanos Tijuana No.
Los grupos nacionales que fueron paseando su m¨²sica durante la tarde tuvieron una aceptaci¨®n masiva: Hamlet, con su hardcore comprometido vio c¨®mo la gente masticaba su m¨²sica; los Pleasure Fuckers, con su sonido garajero y punk, pusieron la nota chula y castiza junto a los experimentados Los Enemigos, y Los Flechazos hicieron las delicias del p¨²blico, mayoritariamente sobre los 20 a?os.
Los irlandeses High Llamas fueron los ¨²nicos que ofrecieron canciones dulces y relajadas de entre todos los que actuaron. Los Mucky Pup, de New Jersey, con su hardcore corrosivo, fueron la revelaci¨®n a?adi¨¦ndole un punto picante a la radicalidad de la m¨²sica que pas¨® durante la tarde.
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