Impasible el adem¨¢n

Dusan Tadic no parece amilanado por la idea de que le pueda caer encima una condena a cadena perpetua, la m¨¢xima pena que seg¨²n sus estatutos puede dictar el tribunal. Durante las largas horas que duraron las sesiones de ayer, Tadic permaneci¨® impasible mientras escuchaba las acusaciones de los horrores que se le imputan.

Tan s¨®lo cuando hizo su entrada, poco despu¨¦s de las diez de la ma?ana, enfundado en un traje oscuro con corbata, salud¨® con la mano a alguien que reconoci¨® entre los asistentes al juicio. El resto del d¨ªa permaneci¨® impert¨¦rrito, inexpresivo. Se permiti¨® alguna licencia hacia dos mujeres serbias, residentes en Holanda, que asist¨ªan a la vista y que lo han visitado de forma regular durante estos dos a?os de c¨¢rcel. Junto a ellas, y separados de la sala donde se celebraba el juicio por un cristal blindado, se sentaban unos 150 diplom¨¢ticos, invitados oficiales y alg¨²n que otro periodista.

Tadic, instalado de frente a los tres jueces que constituyen la C¨¢mara de Primera Instancia, tomaba alguna nota apartando de lado los auriculares por los que se pod¨ªa escuchar el desarrollo del juicio en tres idiomas: franc¨¦s, ingl¨¦s y bosnio-croata-serbio, seg¨²n un escrito del tribunal que hac¨ªa alusi¨®n a las peque?as diferencias ling¨¹¨ªsticas en lo que fueron las fronteras de Yugoslavia. S¨ª se le escap¨® alg¨²n suspiro durante la alocuci¨®n de la acusaci¨®n.

Con su actitud, Tadic no hac¨ªa sino confirmar el mismo aplomo y seguridad que mostr¨® en las sorprendentes declaraciones que desde su celda conced¨ªa a la televisi¨®n holandesa tan s¨®lo unas horas antes de que comenzara el juicio. "Desgraciadamente, el fiscal ha mantenido ciegamente los cargos contra m¨ª. No ha podido verificarse ni una sola informaci¨®n sobre m¨ª en estos dos a?os", a?adi¨®. "Si el tribunal acepta las declaraciones de los testigos v¨ªa sat¨¦lite [finalmente aceptadas] estoy seguro de que saldr¨¦ en libertad".