Justicia para la paz en Bosnia
El comienzo del juicio contra el serbio de Bosnia Dusan -Dusko- Tadic ante el Tribunal de Cr¨ªmenes de Guerra de La Haya, el pasado martes, marca un paso importante en una larga y dolorosa b¨²squeda de justicia y reconciliaci¨®n en Bosnia. Despu¨¦s de 43 meses de guerra, caracterizados por la genocida limpieza ¨¦tnica, en la que unos 250.000 bosnios fueron asesinados y dos millones expulsados de sus hogares, en su mayor¨ªa por fuerzas serbias, es evidente que las perspectivas de una paz duradera en los Balcanes dependen en gran medida de que los responsables del genocidio comparezcan ante la justicia.Tadic est¨¢ lejos de figurar entre los m¨¢s buscados criminales de guerra de Bosnia. Pero su caso es importante porque las acusaciones presentadas contra ¨¦l son t¨ªpicas del esquema de violencia bestial cometida por los cientos de h¨¦roes de pueblo serbobosnios que participaron en el genocidio para limpiar sus pueblos (Prijedor, Zvornik, Foca, VIasenica, Brcko y docenas m¨¢s) de la poblaci¨®n mayoritaria musulmana y croata que viv¨ªa en ellos antes de la guerra. A Tadic se le acusa de los cr¨ªmenes m¨¢s salvajes de la zona de Prijedor. En ese pueblo, en la primavera y el verano de 1992, las fuerzas serbias expulsaron a la mayor¨ªa de los musulmanes y croatas de sus casas, mataron a miles de ellos y confinaron a otros miles m¨¢s en los campos de concentraci¨®n al estilo nazi de Omarska, Keraterm y Trnopolje. Toda la ¨¦lite intelectual musulmana del pueblo -desde el alcalde electo, Muhamed Cehajic, hasta muchos m¨¦dicos, abogados, empresarios y maestros destacados- fueron sistem¨¢ticamente torturados y asesinados en la campa?a que posteriormente fue descrita como elitocidio: una batida para exterminar a todos los posibles l¨ªderes de las comunidades musulmana y croata de la zona.
El auto de procesamiento de Tadic, basado en gran medida en el testimonio de antiguos internos del campo de concentraci¨®n de Omarska, una antigua mina de hierro entre Prijedor y Banjaluka, describe una serie de casos en los que el acusado acudi¨® al campo de concentraci¨®n con un grupo de serbios, se llev¨® a grupos de prisioneros tras el barrac¨®n llamado, ir¨®nicamente, La Casa Blanca, y los golpe¨® y tortur¨®, frecuentemente hasta la muerte. El auto cita casos de ejecuciones de civiles musulmanes de Kozarac, Jaskiei y Sivci, a algunos de los cuales el grupo de Tadic les orden¨® que se pusieran de cara a la pared y les dispararon, mientras que otros fueron asesinados delante de sus casas. Seg¨²n el auto de procesamiento, Tadic ni siquiera era guardia ni vigilante del campo. Acud¨ªa all¨ª para torturar y matar por diversi¨®n. Entre las 16 v¨ªctimas cuyos nombres figuran en la lista est¨¢n Fikret y Emir Harambasic, quienes fueron apaleados, torturados y asesinados a finales de junio de 1992. Fikret fue mutilado sexualmente por otros dos internos por orden del grupo encabezado por Tadic.
Su defensa presentar¨¢, entre otros documentos, un v¨ªdeo en el que Emir Harambasic aparece junto a Dusan Tadic en un jard¨ªn durante una fiesta, con lo que intentar¨¢ demostrar que era amigo ¨ªntimo de algunas de sus supuestas v¨ªctimas. El principal argumento de la defensa es la afirmaci¨®n de que Tadic nunca visit¨® el campo de Omarska. Teniendo en cuenta que Tadic era conocido en Kozarac como propietario de uncaf¨¦ y profesor de k¨¢rate, ?es realmente posible que tantos internos de Omarska procedentes de ese pueblo que van a testificar en el proceso puedan afirmar que estaba en el campo por una "confusi¨®n de identidad"?
Dejemos que sea el tribunal presidido por la juez estadounidense Gabrielle Kirk McDonald el que responda a esa pregunta a partir de las pruebas presentadas.
Pero el juicio de La Haya, a pesar de su car¨¢cter hist¨®rico por ser el primero realizado por un tribunal internacional de cr¨ªmenes de guerra desde los juicios de N¨¹remberg y Tokio tras. la II Guerra Mundial, s¨®lo deber¨ªa ser el primer paso simb¨®lico para someter a la justicia a aquellos que son mucho m¨¢s responsables que los torturadores y asesinos por diversi¨®n en los pueblos. En la semana anterior a este juicio, una serie de destacados diplom¨¢ticos y pol¨ªticos implicados en el proceso de paz para Bosnia han expresado su preocupaci¨®n por que todo el proceso pueda venirse abajo si los l¨ªderes pol¨ªticos y militares de los serbios de Bosnia, Radovan Karadzic y Ratko MIadic, no son detenidos y extraditados a La Haya.
Ambos han sido procesados dos veces por el Tribunal de Cr¨ªmenes de Guerra: por el asedio de Sarajevo, en el que murieron 10.610 personas, y por la matanza de miles de civiles despu¨¦s de la ca¨ªda en julio de 1995 de la zona segura de Srebrenica designada por la ONU. En lugar de ser retirados del poder y entregados para ser juzgados en La Haya, siguen siendo los personajes m¨¢s influyentes en el auto proclamado Gobierno serbobosnio de Pale. Karadzic y MIadic fueron los m¨¢ximos responsables de la presi¨®n -que incluy¨® el terror y el saqueo y quema masivos de edificios de pisos y otras instalaciones p¨²blicas- por la que decenas de miles de serbios de los barrios de Sarajevo que pasaron a control del Gobierno fueron obligados a huir hacia la Republika Srpska. Est¨¢n empleando la violencia para impedir a musulmanes y croatas regresar a sus hogares y pueblos de los que fueron expulsados en la campa?a genocida de limpieza ¨¦tnica. Adem¨¢s, se los considera el obst¨¢culo m¨¢s grave para celebrar elecciones libres y justas en Bosnia en septiembre. Por eso, el compromiso internacional por la paz y la justicia en Bosnia no puede medirse por el juicio contra los ejecutores del tipo de Tadic, sino por la voluntad de detener y castigar a los que dieron las ¨®rdenes del genocidio, sin excluir a aquellos que, desde los cargos m¨¢s elevados de la pol¨ªtica serbia y croata, aprobaron cr¨ªmenes genocidas en su esfuerzo por obtener el control de grandes partes del territorio bosnio.
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