Idilio continuado

"Cu¨¢ndo llevo una canci¨®n de gira, y la hago una y otra vez, al final acabo sinti¨¦ndome c¨®modo con ella. Es entonces cuando empieza a ser buena de verdad. Estoy tan concentrado que ni siquiera pienso, simplemente la hago. Es como el zen". As¨ª explica Tony Bennett su idilio con algunos cl¨¢sicos del cancionero norteamericano, riurosamente seleccionados de entre centenares de candidatos. L¨¢stima que s¨®lo se hubiera cumplido un a?o y un d¨ªa desde su estreno con el p¨²blico madrile?o y las coincidencias de repertorio menudearan m¨¢s de lo deseable.Bennett debe ir pensando en a?adir otras ciudades a San Francisco para dejar su coraz¨®n en prenda. El p¨²blico del Monumental aplaudi¨® el principio y el final de las canciones, sonri¨® ante los pasitos de baile de su ¨ªdolo, ri¨® abiertamente sus chistes y vitore¨® sus cautelosos alardes de voz. Sab¨ªa que premiaba a uno de los ¨²ltimos representantes de la hidalgu¨ªa vocal, capaz de prescindir del micr¨®fono y vaciarse en una orgullosa nota de pecho cuando est¨¢ a punto de cumplir los 70 a?os. El neoyorkino se esforz¨® en demostrar que todav¨ªa conserva una voz profunda y seductora, con un punto de terrosidad eficac¨ªsimo y un sentido del drama moderado que, como el de su maestra Ella Fitzgerald, nunca pierde la esperanza. As¨ª lo proclam¨® de entrada con un delicado The best is yet to come.

Su ¨²ltimo disco

Los mullidos arreglos del pianita Ralph Sharon, un dechado de elegancia, mantuvieron a media luz el escenario hasta la melod¨ªa ¨¦pica de Stranger in paradise. Bennett s¨®lo lanz¨® una breve mirada a su ¨²ltimo disco, Here's to the ladies, dedicado a 18 grandes cantantes femeninas. El resto del concierto lo dedic¨® a pro poner su aquilatada versi¨®n de piezas familiares. No hubo sorpresas; tampoco nadie las ped¨ªa. El p¨²blico disfrut¨® con el reconocimiento de cada estribillo, y se rindi¨® ante el gusto de Bennett para elegir materiales de calidad expl¨ªcita, pero con, secretos suficientes com*o para plantear dificultades al m¨¢s experimentado.Despu¨¦s de superarlas sin pesta?ear, Bennett cedi¨® protagonismo a sus brillantes compa?eros con la m¨²sica de Duke Ellington como gui¨®n. Las propinas finales revalidaron la idea de que ahora m¨¢s que nunca es un cantante que prefiere pasear por el lado soleado de la calle.