Tag¨¹e?a s¨ª sab¨ªa matem¨¢ticas
Ha llegado a mis manos el libro de Fernando D¨ªaz-Plaja Anecdotario de la guerra civil espa?ola. Entre las an¨¦cdotas, supuestamente graciosas, cuenta una protagonizada por Tag¨¹e?a, seg¨²n ¨¦l, con la que parece querer demostrar que en las filas republicanas hasta los intelectuales eran semianalfabetos. Generosamente trata de disculpar a Tag¨¹e?a aduciendo que era estudiante de medicina y principiante en eso de mandar. En los dos supuestos se equivoca. A los 20 a?os Tag¨¹e?a termin¨® la lincenciatura de Ciencias F¨ªsico-Matem¨¢ticas (por cierto, con honores) y en 1936, cuando empez¨® la guerra, con 23 a?os ya hab¨ªa hecho el doctorado y aprobado el cursillo para catedr¨¢tico de F¨ªsica. Y no se estaba estrenando en el mando. Los milicianos que se fueron con ¨¦l a luchar a la sierra eran todos de las milicias socialistas organizadas para defender las casas del pueblo y los locales de la FUE de los asaltos de los falangistas, y que ¨¦l mandaba desde tres a?os antes.Analfabetos abundaban en los dos bandos. Cuando se proclam¨® la Rep¨²blica, el 60% de los espa?oles eran analfabetos y una buena parte de los letrados no hab¨ªan le¨ªdo mucho m¨¢s que el catecismo de Ripalda. La Rep¨²blica cre¨® en dos a?os m¨¢s escuelas que el r¨¦gimen anterior en dos siglos. Los j¨®venes universitarios de entonces colaboramos con todo entusiasmo en las campa?as de alfabetizaci¨®n. La Universidad Popular, las Misiones Pedag¨®gicas y La Barraca fueron parte de este trabajo, labor que seguimos haciendo en plena guerra, a veces entre batalla y batalla. Si ahora cierro los ojos todav¨ªa puedo ver la cara sonriente de un joven campesino que, jubiloso, me vino a contar que ya pod¨ªa leer el peri¨®dico... unas horas antes de que lo mataran.
Para los que vivimos y sufrimos la guerra, todav¨ªa no lleg¨® el "tiempo de re¨ªr", record¨¢ndola fr¨ªvolamente.- viuda de Manuel Tag¨¹e?a (jefe de Cuerpo de Ej¨¦rcito durante la Rep¨²blica).
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