"Recogeremos todas las cenizas del holocausto"
Pregunta. No esper¨¢bamos escontrarnos con una iniciativa tan grande e impresionante como su Fundaci¨®n Shoah en el marco de los Estudios Universal.Respuesta. Estoy m¨¢s orgulloso de ella que de ninguna otra cosa que haya hecho en mi vida.
P. El proyecto tambi¨¦n nos parece un poco alarmante por sus dimensiones. ?Todo lo que toca adquiere un formato r¨¦cord?
R. En vista de la inmensidad de la incomprensibilidad del Holocausto, cada vez que, lo pienso, me siento insignificante, desamparado y como destrozado. Un proyecto como el nuestro no tiene nada de jactancioso. Lo que podemos hacer m¨¢s de 50 a?os despu¨¦s de la guerra es recoger las cenizas del Holocausto y no se puede perder ni un solo ¨¢tomo.
P. Por la velocidad con la que ha puesto en marcha esta iniciativa, a trav¨¦s de un plan de tres a?os, podr¨ªa dar la impresi¨®n de que pretend¨ªa encontrar hasta al ¨²ltimo testigo ocular del mundo antes de que se muriese.
R. No importunamos a nadie, pero queremos estar preparados para todas las personas que se dirijan a nosotros. No tenemos tiempo que perder. Muchos de los supervivientes tienen 70 u 80 a?os. Tambi¨¦n contamos ya con cinco entrevistas a gente de 100 a?os.
P. Entonces, en el fondo, ?lo que quiere es que participen todos, absolutamente todos los supervivientes?
R. S¨ª, ¨¦sa es la idea. Para ser realistas, creemos que, como mucho, podemos conseguir que participe una tercera parte. Por eso, nos hemos planteado como objetivo hacer 50.000 entrevistas de aqu¨ª a finales de 1997.
P. Eso significa m¨¢s de 100.000 horas de material de v¨ªdeo. S¨ª alguien quiere ver todo eso, en jornadas laborales de ocho horas, necesitar¨ªa m¨¢s de 40 a?os.
R. Hay que pensarlo de otra manera; la humanidad no debe olvidar el Holocausto no s¨®lo despu¨¦s de 40 a?os, sino tampoco despu¨¦s de 400, ni de 4.000 y a eso es a lo que contribuimos. Todas las entrevistas son un pedazo de verdad.
P. ?Es la verdad una cuesti¨®n de cantidad?
R. Hace dos a?os, cuando conceb¨ª este proyecto, por supuesto hubo gente muy inteligente que me dijo: "?Eso es inviable! Habla con 5.000 supervivientes, con eso ya tienes una proporci¨®n muy representativa de todo el Holocausto". Pero yo dije: "No, esta historia es universal, no se le puede cortar ning¨²n pedazo. Este crimen se cometi¨® contra millones de individuos y, como en la pel¨ªcula Rashomon, todos los individuos tienen una visi¨®n subjetiva. No se puede escoger a 5.000 y privar a todos los dem¨¢s de la oportunidad de declarar.
P. ?Quiere decir que no se debe hacer ninguna selecci¨®n?
R. As¨ª es. ?sa es una decisi¨®n tomada por principios morales.
P. ?No eclipsa su iniciativa, debido a sus dimensiones y modernidad, tecnol¨®gica, todo lo que se ha hecho hasta ahora en el campo de la investigaci¨®n del Holocausto y de la recopilaci¨®n de testimonios de supervivientes?
R. Eso no debe ocurrir. Para eso, los cuatro centros de investigaci¨®n y museos m¨¢s importantes de EE UU, adem¨¢s del monumento conmemorativo Jad Waschem de Jerusal¨¦n, deben acoger hasta finales de 1997 las instalaciones de nuestras terminales, que permiten a todos los usuarios el acceso conjunto de nuestro material de entrevistas. Respecto al m¨¦todo, el m¨¢s importante para nuestro trabajo fue el archivo Fortunoff de la Universidad de Yale donde, a finales de los a?os 70, ya se empezaron a hacer y a archivar entrevistas de v¨ªdeo de supervivientes del Holocausto.
P. Sin embargo, entre los historiadores profesionales surgieron algunos resquemores. Aparentemente surgi¨® la impresi¨®n de que su fundaci¨®n atra¨ªa como un im¨¢n todas las donaciones o fondos de investigaci¨®n disponibles para el tema del Holocausto.R. Naturalmente, eso es absurdo, pero, por supuesto, surgi¨® una cierta envidia comprensible porque logr¨¦ obtener millones de patrocinadores en casos en los que nadie lo habr¨ªa considerado posible. Reconozco que, cuando los primeros c¨¢lculos realistas demostraron que este proyecto, con una duraci¨®n de tres a?os, costar¨ªa unos 60 millones de d¨®lares, cualquier instituto universitario habr¨ªa tenido que renunciar, mientras que yo pude decir: me lo debo a m¨ª mismo, lo quiero conseguir.
P. Es decir, que para sacar adelante esto hay que ser tan famoso como Steven Spielberg.
R. Eso est¨¢ muy bien, pero no basta. Recuerde que La lista de Schindler tampoco fue un proyecto, que todos recibieran aqu¨ª con entusiasmo. En los peri¨®dicos se puede leer continuamente lo poderoso e influyente que soy, pero eso tiene sus l¨ªmites en el hecho de que en la Shoah Foundation nadie va a ganar un solo d¨®lar. Naturalmente, pagamos a nuestros empleados igual que en otro empleo comparable, pero los cientos de entrevistadores y de c¨¢maras son voluntarios que no podr¨ªamos pagar, y sin ellos no existir¨ªa lo que ya tenemos. Puede usted preguntarse qu¨¦ es lo que me cualifica para esta empresa. No me cualifica nada salvo la vocaci¨®n, la pasi¨®n que siento por ello. Me cualifica mi visi¨®n: la visi¨®n narrativa de imaginar que 50.000 personas me conf¨ªan la historia de su vida, y la visi¨®n tecnol¨®gica de pensar que esas 50.000 narraciones se pueden realmente unir en una especie de memoria colectiva. Nunca se ha emprendido algo comparable, ni como tarea de documentaci¨®n ni como tarea inform¨¢tica. ?se es el reto.
P. ?Cu¨¢l de los dos aspectos del asunto le fascina m¨¢s?
R. Me resulta imposible separarlos. Ninguno de los aspectos ser¨ªa nada sin el otro. Los programadores inform¨¢ticos son tan importantes como los historiadores. S¨®lo la tecnolog¨ªa hace que la memoria hable.
P. ?Participa usted d¨ªa a d¨ªa en el trabajo de la fundaci¨®n?
R. Quiero poder decir que siempre estoy disponible cuando se me necesita, y es lo que intento. Con ayuda de los estudios Universal he conseguido que la fundaci¨®n pudiera construir su cuartel general justo al lado de mi productora, y en mi despacho tengo un monitor -igual que los directores de proyecto ah¨ª enfrente- que muestra d¨ªa a d¨ªa en 16 ventanitas las entrevistas que acaban de llegar y que est¨¢n pasando por la copiadora para ser reproducidas. Frecuentemente, aunque s¨®lo sean cinco o diez minutos, cojo una de las entrevistas y la escucho. Resulta doloroso; puede que sea mi forma de mantener siempre la herida abierta.
P. ?Qu¨¦ hay de las v¨ªctimas que se, convirtieron en criminales y traidores, como por ejemplo las que actuaron como confidentes en el gueto o como kapos [internos que realizaban diversas tareas de colaboraci¨®n con las autoridades de un campo de concentraci¨®n]. ?Habr¨ªa un lugar en su archivo para sus testimonios?
R. Nuestra fundaci¨®n lleva en su nombre el t¨¦rmino hebreo para la aniquilaci¨®n, pero nuestro proyecto no s¨®lo es jud¨ªo; naturalmente, tambi¨¦n queremos documentar el destino que sufrieron los gitanos, los homosexuales y otros perseguidos. Tambi¨¦n queremos escuchar la historia de personas que arriesgaron su vida para salvar a los perseguidos. Pero, a diferencia de lo que hizo por ejemplo Claude Lanzmann en su pel¨ªcula Shoah, no queremos emplear nuestros medios para documentar las explicaciones o justificaciones de vigilantes de campos de concentraci¨®n. Pero un kapo ser¨ªa un caso especial. Si viniera alguien que fue kapo y confesara abiertamente, me parecer¨ªa extraordinario.
P. ?Cree que el antisemitismo est¨¢ aumentando actualmente en EE UU?
R. S¨ª, est¨¢ saliendo a la luz. Durante mucho tiempo permaneci¨® latente: en la vida diaria se expresaba en el habitual desprecio silencioso y en el hecho de que los jud¨ªos no lograban ingresar en los clubes de golf m¨¢s prestigiosos. Con la curva ascendente de la violencia, el clima social se ha modificado. El antisemitismo ha pasado de la violencia ret¨®rica a la violencia real. Pero no quiero exagerar; naturalmente, no se avecina una noche de los cristales rotos.
P. ?Se ve atizada la tensi¨®n por el nuevo antisemitismo negro, como el que practica Louis Farrakhan?
R. No s¨¦. Supongo que no es m¨¢s peligroso que una figura como Pat Buchanan, situada al otro lado del espectro. Naturalmente, tambi¨¦n nos preocupa la aparici¨®n de los rapados neonazis en Alemania. Pero deber¨ªamos saber que los neonazis estadounidenses son menos llamativos, pero est¨¢n mejor organizados y financiados: ellos apoyan a grupos de ese tipo en toda Europa.
P. Si se consideran todas sus actividades, uno se pregunta cu¨¢ndo volver¨¢ a rodar una pel¨ªcula. Es usted uno de los tres fundadores de los nuevos estudios Dreamworks, que pretenden estar entre los principales de Hollywood de aqu¨ª al final del milenio.R. Nunca habr¨ªa asumido el reto de Drearnworks si no hubiera sabido que mis socios Jeffrey Katzenberg y Da vid Geffen son imbatibles en lo que se refiere a los negocios, la gesti¨®n y la eficiencia. Me dejan libre para la parte creativa.
P. Pretende usted producir para Dreamworks 24 largometrajes de aqu¨ª al 2000. ?C¨®mo va a lograrlo?
R. ?No tengo que escribir el gui¨®n, ni rodarlos! Si tuviera que sacar todo eso de la nada, me volver¨ªa loco. Pero la gente de mi productora Amblin, que ahora pasa a formar parte de Dreamworks, rebosa energ¨ªa productiva.
P. Esto est¨¢ muy bien. Pero ?no cree que el mundo esperar¨¢ de usted algo que no sea una nueva versi¨®n de Parque Jur¨¢sico?.
R. Tenga paciencia hasta que termine las dos pel¨ªculas que iniciar¨¦ inmediatamente despu¨¦s.
Copytight Der Spiegel
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