?Qu¨¦dense en casa!

Transcurrido un mes desde los hechos, y habiendo esperado infructuosamente una respuesta por parte de la empresa Multicines La Vaguada, tomamos la iniciativa de dar a conocer el siguiente bochorno.Acudir al cine con los ni?os siempre es un tanto excitante, pero si uno de ellos, de 7 a?os, por discapacidad, debe trasladarse en silla de ruedas, puedes, llegar a maravillarte de tanta excitaci¨®n.

Pues bien, yendo al cine, y habiendo sorteado con la habilidad y buen ¨¢nimo acostumbrados las habituales barreras arquitect¨®nicas, nos sale al paso un individuo bastante antip¨¢tico. Nos dice con tono en¨¦rgico que de silla de ruedas en el cine, nada de nada... Perplejos, le explicamos que la silla se puede plegar y que hiciera el favor de indicamos d¨®nde colocarla para que no estorbara. Con creciente impaciencia nos conmina a que nos llevemos de all¨ª la silla y, si queremos, la metamos en el maletero del coche en el parking. -"Mala suerte, resulta que no trajimos coche, pruebe otra".- "?Pues, qu¨¦dense en su casa!" Cre¨ª haber o¨ªdo mal, pero no. Ah¨ª estaba un tal se?or Lozano repitiendo para que todos lo oy¨¦ramos bien que gente como nosotros deber¨ªa quedarse en casa...

Total que, haciendo uso de una serena, firme y pac¨ªfica determinaci¨®n (sugeridas por Ghandi para con los abusos de autoridad), conseguimos no obstante entrar y ver la pel¨ªcula. Pero no crean que la pudimos disfrutar mucho: los ni?os, preocupados, preguntaban si ese se?or nos iba a hacer algo. La mayor estaba ofendida, y el peque?o humillado y avergonzado.

Afortunadamente, dur¨® poco. Tomando despu¨¦s un helado les explicamos que no s¨®lo hay discapacidades del aparato locomotor, hay otras bastante peores como la discapacidad para tratar con personas, la discapacidad para con la tolerancia y, sobre todo, la discapacidad para comprender que si en algo somos todos iguales, es en que a todos por igual nos duele la insolidaridad y el desprecio-.