Jap¨®n y Hong Kong piden a EE UU y China que eviten la guerra comercial
Comenz¨® ayer la cuenta atr¨¢s para el estallido de la guerra comercial entre Estados Unidos y China. A falta de 30 d¨ªas, para que entren en vigor sus respectivas sanciones, las posiciones de ambas potencias siguen radicalizadas. Washington no est¨¢ dispuesto a ceder en sus exigencias y Pek¨ªn, que ha amenazado con represalias, rechaza la imposici¨®n de sanciones unilaterales aunque mantiene la puerta abierta a nuevas negociaciones. Jap¨®n y Hong Kong, mientras, hicieron ayer un llamamiento a la calma para evitar un conflicto de graves consecuencias para la regi¨®n.
Jap¨®n, que ha sufrido amenazas similares por parte de EE UU en diversos conflictos comerciales, pidi¨® ayer a los dos pa¨ªses en conflicto que conserven la calma y eviten una escalada de sanciones comerciales que acabar¨ªa perjudicando a la econom¨ªa global. Analistas financieros se?alaron, no obstante, que una guerra chino-americana podr¨ªa, en ¨²ltima instancia, beneficiar a las exportaciones niponas a China.Tanto EE UU como China anunciaron el pasado mi¨¦rcoles la imposici¨®n mutua de sanciones comerciales. Washington exige a Pek¨ªn que acabe con la pirater¨ªa de la propiedad intelectual y amenaza con imponer aranceles prohibitivos (del 100%) a productos chinos por valor de 3.000 millones de d¨®lares (375.000 millones de pesetas), cifra similar a la que dicen perder los exportadores estadounidenses por la irregulares pr¨¢cticas comerciales chinas. Los bienes afectados son, principalmente, textiles y aparatos electr¨®nicos. Pek¨ªn ha amenazado con tomar represalias parecidas. Antes de que ¨¦stas entren en vigor, ambas partes !e han. dado un plazo de un mes para reducir sus diferencias y lograr un acuerdo. El plazo les sirve tambi¨¦n para consensuar con sus industrias dom¨¦sticas, las que importan productos chinos, una lista de sanciones que no perjudique en exceso su producci¨®n.
Pek¨ªn expres¨® ayer de nuevo su deseo de retomar las negociaciones con Washington, pero s¨®lo si la Administraci¨®n de Bill Clinton retira la amenaza de sanciones. "S¨®lo si EE UU entiende que la negociaci¨®n debe enmarcarse en un ¨¢mbito m¨¢s amplio de sus relaciones con China y discute en igualdad de condiciones, se podr¨¢ lograr alg¨²n acuerdo", se?al¨® ayer el Ministerio chino de Asuntos Exteriores.
Tokio comparte el rechazo de Pek¨ªn al m¨¦todo usado por Washington, es decir, no aprueba la amenaza estadounidense de imponer de sanciones unilaterales, aunque no cree que ¨¦stas violen. las reglas multilaterales de la Organizaci¨®n Mundial de Comercio puesto que China no es a¨²n miembro de la citada instituci¨®n. Jap¨®n, por su parte, est¨¢ tambi¨¦n inmersa en un conflicto con EE UU y la Uni¨®n Europea por la pirater¨ªa que hacen algunas de sus industrias a los derechos de la propiedad intelectual.
Hong Kong teme tambi¨¦n las consecuencias que pueda tener en su econom¨ªa una guerra entre sus dos principales socios comerciales. "Si estalla un conflicto comercial entre EE UU y China no auguro nada bueno para Hong Kong", declar¨® ayer el ministro de Comercio e Industria de la todav¨ªa colonia brit¨¢nica. M¨¢s de la mitad de los productos que export¨® en 1995 Hong Kong (por valor de 143.600 millones de d¨®lares) se fabrican en China y un tercio de los mismos se dirigen a EE UU.
Los empresarios chinos, mientras, conf¨ªan en que se alcance un acuerdo antes del 17 de junio. "China sigue siendo el principal exportador de productos textiles a Estados Unidos y la industria china no est¨¢ preparada para este tipo de sanciones", se?al¨® la C¨¢mara de Comercio para la Exportaci¨®n e Importaci¨®n de Textiles.
Mientras, otros pa¨ªses asi¨¢ticos, como Tailandia, Australia y Filipinas, entienden que el conflicto entre los dos gigantes puede representar una oportunidad para su comercio con EE UU.
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