La cola de los garbanzos

Victorino Rul¨ªn, de 26 a?os, vivi¨® ayer una de las jornadas m¨¢s delicadas de su vida profesional. Era el responsable de las 12.000 raciones de cocido que se sirvieron en la plaza Mayor. Este almuerzo pone fin a las fiestas de San Isidro, y desde hace nueve a?os se prepara a favor de la organizaci¨®n Aldeas Infantiles. Este cocinero, de la Agrupaci¨®n de Abastecimiento del Ej¨¦rcito de Tierra, se estrenaba ayer como jefe de cocina de este banquete ante m¨¢s de mil kilos de ingredientes que deb¨ªan quedar transformados en un cocido a las dos de la tarde.Su antecesor desde hace ocho a?os en este cargo, Isidro S¨¢nchez, acaba de jubilarse. Y a Rul¨ªn, el sustituto, se le notaba nervioso. Iba de olla en olla decidiendo cu¨¢ndo hab¨ªa que echar el siguiente ingrediente y probando el caldo. "?El secreto de un cocido as¨ª? No hay misterio: un poquito de mano y tener buen apoyo", comentaba.

El apoyo eran 75 soldados que, desde las siete de la ma?ana, hab¨ªan empezado a montar las 14 cocinas en las que se guisar¨ªan 535 kilos de garbanzos, 175 de carne, 265 de patatas, 135 de zanahorias, 200 de repollo, 100 de gallina y la misma cantidad de morcilla y tambi¨¦n de chorizo. De tocino hab¨ªa 65 kilos, y 30 kilos de sal.

El aroma de lo que se coc¨ªa en la plaza Mayor empezaba a extenderse mientras cientos de personas iban tornando posici¨®n en alguna de las 12 colas. Pasadas las dos de la tarde habla el alcalde, Jos¨¦ Mar¨ªa ?lvarez del Manzano. Hay discurso tambi¨¦n del presidente de Aldeas Infantiles, pero la atenci¨®n de la gente est¨¢ en las ollas, con capacidad para 500 raciones, que est¨¢n a punto de abrirse. Suena un petardazo y comienza el desfile de personas con un cuenco humeante en la mano y caras de satisfacci¨®n. Ahora se trata de conseguir un apoyo para el plato con el cocido m¨¢s popular de Madrid: complicad¨ªsimo, pero no importa: la mayor¨ªa lo saborea de pie, tan ricamente.