Amenaza Major

LA AMENAZA esgrimida por el primer ministro brit¨¢nico, John Major, de paralizar en la Uni¨®n Europea toda decisi¨®n que requiera unanimidad se explica en clave de pol¨ªtica interna brit¨¢nica. Pero es grave en t¨¦rminos europeos y parece remitir a tiempos que parec¨ªan superados. Major exige que la UE levante parcialmente el embargo a la exportaci¨®n de productos vacunos que se implant¨® a ra¨ªz de los casos de encefalopat¨ªa espongiforme bovina o vacas locas.Londres fue el primero que hizo sonar la alarma ante los casos de vacas locas que podr¨ªan haber provocado la muerte de varias personas. Posteriormente introdujo dudas en sus propias conclusiones cient¨ªficas, pero el da?o ya estaba hecho. No s¨®lo para los productores de carne vacuna en el Reino Unido, que han visto prohibidas sus exportaciones, sino para todo el continente, donde se ha reducido de forma marcada el consumo de carne de vaca y productos derivados.

Major busca un gesto simb¨®lico de la UE para que se levante la prohibici¨®n de exportaci¨®n de unos pocos productos, pero el comit¨¦ veterinario de la UE lo ha rechazado mayoritariamente. Alemania, presionada por sus potentes organizaciones ecol¨®gicas y de consumidores, adem¨¢s de pa¨ªses como Espa?a y Portugal -que han sufrido en sus propias carnes rigores similares-, se han opuesto al levantamiento del embargo. Aunque la Comisi¨®n Europea encontrara argucias jur¨ªdicas para satisfacer a un socio poderoso como es el Reino Unido, los ciudadanos europeos tienen el derecho de exigir de Bruselas estrictas garant¨ªas sanitarias, m¨¢s all¨¢ de las insuficientes medidas que se han empezado a aplicar en el Reino Unido.

La amenaza de Major viene forzada por su propia posici¨®n pol¨ªtica. Su mayor¨ªa en el Parlamento es ya de un solo esca?o, mientras los euroesc¨¦pticos est¨¢n ganando terreno en el partido conservador. El caso de las vacas locas tiene graves consecuencias econ¨®micas para el Reino Unido y Major sabe que puede convertirse en su tumba pol¨ªtica. El l¨ªder de la oposici¨®n laborista, Tony Blair, acertaba en su diagn¨®stico cuando arremeti¨® contra el Gobierno de Major, y no contra Bruselas, por ser "el responsable de la desastrosa situaci¨®n" que afecta al mercado del vacuno. Adem¨¢s, si el Reino Unido se hubiera comportado en los ¨²ltimos a?os como un buen europeo, contar¨ªa hoy con mayores simpat¨ªas hacia su caso.

En su amenaza, Major no ha llegado a plantear una quiebra de la legalidad. Se ha limitado a advertir que, aparte de llevar el caso ante el Tribunal de Luxemburgo, plantear¨¢ su tema en cada ocasi¨®n que se presente, est¨¦ o no en la agenda de las reuniones comunitarias, y, sobre todo, que paralizar¨¢ aquellas decisiones de la Uni¨®n que se toman por unanimidad. Tal actitud afectar¨ªa a la Conferencia Intergubenamental en curso para la reforma del Tratado de Maastricht, pero tambi¨¦n a otros importantes proyectos que hay sobre la mesa, como la Iniciativa para el Empleo lanzada por Jacques Santer, la puesta en marcha de Europol -la agencia de coordinaci¨®n policial europea- o nuevos pasos hacia la Uni¨®n Monetaria que se han de decidir el 21 de junio en la cumbre de Florencia. Un consejo de agricultura revisar¨¢ la situaci¨®n a principios del pr¨®ximo mes, pero es harto probable que Major incremente el nivel de su amenaza si pasa el tiempo sin que se desbloquee el contencioso. Su escasa fe en Europa le facilita cualquier suerte de chantaje.