"Hay que preservar la unidad del espa?ol porque corre peligro"
Meses antes de que fuese nombrado presidente del Instituto Cervantes, Santiago de Mora-Figueroa, marqu¨¦s de Tamar¨®n, escrib¨ªa en su libro sobre El peso de la lengua espa?ola en el mundo que si a esos centros de ense?anza del espa?ol en el extranjero se "les hubiese asignado una cent¨¦sima parte de lo que se gast¨® en 1.992 con ocasi¨®n de los diversos fastos geogr¨¢ficos y ol¨ªmpicos, la mejora de la imagen cultural de Espa?a hubiese sido m¨¢s honda y duradera que la obtenida en Sevilla y Barcelona. Con m¨¢s medios, alg¨²n d¨ªa podr¨¢ demostrar que la reputaci¨®n del espa?ol puede librarse de ese vago aire tercermundista".Mora-Figueroa, de 54 a?os, tom¨® ayer posesi¨®n de su cargo, en el que sustituye a Nicol¨¢s S¨¢nchez Albornoz, en presencia de los ministros de Asuntos Exteriores, Abel Matutes, y de Educaci¨®n y Cultura, Esperanza Aguirre. La ministra afirm¨® que el Gobierno considera el Cervantes como un instrumento prioritario en el trazado de su pol¨ªtica cultural e internacional y destac¨® la necesidad de una reorganizaci¨®n en su funcionamiento. Mora-Figueroa se refiri¨® a la ayuda econ¨®mica al centro por parte del sector privado. El nuevo presidente dirigir¨¢ el Cervantes en una etapa de austeridad que no le permititir¨¢, por ejemplo, completar su red de centros.
Aun as¨ª, este diplom¨¢tico gaditano que lleva ocho a?os en excedencia conf¨ªa en poder borrar un poco el "aire tercermundista" del espa?ol y, sobre todo, en preservar la unidad de la lengua de Cervantes, que considera amenazada.
Pregunta. El Gobierno ha ofrecido la presidencia del Cervantes primero al escritor Mario Vargas Llosa y despu¨¦s a un diplom¨¢tico. Los perfiles son tan diferentes que da la impresi¨®n que no tiene las ideas claras sobre qui¨¦n debe dirigirlo.
Respuesta. Los perfiles son distintos, pero las ideas que los sustentan son complementarias. ?l hubiese dado relumbr¨®n a la instituci¨®n. Yo intentar¨¦ desarrollar una labor m¨¢s profesional. Conf¨ªo en que, como prometi¨® tras declinar el ofrecimiento, nos eche una mano y que nuestros esfuerzos compaginados den buenos resultados.
P. En el libro que coordin¨® sobre el espa?ol se barajan ideas sobre su potenciaci¨®n. ?Podr¨¢ poner alguna en pr¨¢ctica en ¨¦poca de austeridad?
R. En los ¨²ltimos a?os se han hecho muchas cosas, como la integraci¨®n en el Cervantes de centros culturales de diversa procedencia hasta crear una red tupida, aunque incompleta especialmente en Asia, de m¨¢s de 30 centros en 22 pa¨ªses. Sobre eso es lo que hay que edificar. Contamos con un presupuesto de 4.460 millones de pesetas, que es peque?o si se compara con los de otras instituciones similares de pa¨ªses como Francia o Alemania. Cuando los medios escasean es cuando hay que poner m¨¢s cuidado en planificar el gasto para sacarle el m¨¢ximo provecho.
P. El Cervantes tiene planes de expansi¨®n en EE UU. ?Tiene sentido ayudar a difundir el espa?ol all¨ª donde se propaga solo?
R. No hay que desarrollar all¨ª la misma labor que en Alemania o Egipto. De las lenguas internacionales, el espa?ol es la m¨¢s unitaria, probablemente porque se habla en pa¨ªses contiguos. Nueve de cada diez hispanohablantes est¨¢n del otro lado del Atl¨¢ntico. No es serio decir que el espa?ol se habla en cinco continentes. S¨®lo en dos: Am¨¦rica y Europa. Por eso apenas han surgido tres pidgins [mezclas con otros idiomas]: el chabacano en Filipinas y otras dos en el Caribe y Pac¨ªfico. En EE UU el espa?ol avanza a grandes zancadas. Lo usan, sin embargo, personas con un nivel cultural no lo suficientemente s¨®lido como para que est¨¦ garantizado el mantenimiento de su unidad. Hay, por tanto, un riesgo de aparici¨®n de jergas que mezclen el espa?ol de M¨¦xico con el ingl¨¦s, el espa?ol de Cuba con el ingl¨¦s, etc¨¦tera. Los medios de comunicaci¨®n en espa?ol, pero de difusi¨®n multinacional, nos pueden ayudar a combatir este peligro. Espa?a debe tambi¨¦n luchar por que esto no se produzca. Ser¨ªa una triste gracia que se rompiera la unidad del espa?ol. Preserv¨¢ndola, podemos dar el orgullo a los hispanohablantes de pertenecer a una gran y digna cultura plurinacional y plurirracial purgada de vud¨²es caribe?os y panderetas andaluzas.
P. ?No ser¨ªa percibida esta intromisi¨®n en el mundo hispano como un reflejo neocolonial?
R. Hay que evitar a toda costa dar esa impresi¨®n. Hasta ahora, las autoridades espa?olas no han ca¨ªdo en la absurda tentaci¨®n de intentar galvanizarles con un mensaje seudoimperial. Han sido prudentes. Adem¨¢s, esa labor de preservaci¨®n de la unidad hay que desarrollarla conjuntamente con otros pa¨ªses de Am¨¦rica Latina.
P. Hay una gran homogeneidad de la cultura espa?ola o hispana. ?No convendr¨ªa aunar esfuerzos para difundirla juntos con los pa¨ªses emergentes de Latinoam¨¦rica?
R. S¨ª. "El espa?ol es demasiado importante para dejarlo en manos de los espa?oles", escribi¨® Guillermo Cabrera. Borges, Fuentes, Garc¨ªa M¨¢rquez o Cela pertenecen a la misma ¨¢rea cultural. Creo, adem¨¢s, que con el tiempo han desaparecido los recelos de algunos pa¨ªses iberoamericanos a colaborar con Espa?a en esta materia.
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