Adi¨®s, Manila
El cierre de la veterana cafeter¨ªa de Callao deja a 40 trabajadores sin empleo
Con nocturnidad y, seg¨²n los damnificados, tambi¨¦n con alevos¨ªa. La cafeter¨ªa Manila de la plaza de Callao, una de las m¨¢s cl¨¢sicas de Madrid, muri¨® en la madrugada del jueves con un trasiego de papeles, cerraduras nuevas y cartas de despido. Deja hu¨¦rfanos de trabajo a una cuarentena de ciudadanos (casi la mitad con m¨¢s de 20 a?os de antig¨¹edad) y de tortitas con nata a una clientela fiel. El origen del cierre est¨¢ en el fallecimiento de su due?o y creador, Luis Zamorano Fraile. Sus herederos han repudiado la herencia y comunicado a los asalariados la extinci¨®n de sus contratos de trabajo. Sin embargo, tanto los empleados como el socio anuncian su intenci¨®n de recurrir la decisi¨®n ante los tribunales.La ciudad pierde uno de sus establecimientos m¨¢s emblem¨¢ticos. El Manila de Gran V¨ªa, 41, con vuelta a Callao, no abri¨® ayer sus puertas a las ocho de la ma?ana, tal como ocurr¨ªa desde hace casi medio siglo. Los trabajadores del turno de ma?ana se toparon con un amargo desayuno: el establecimiento, cerrado.
El encargado, Francisco de la Rosa, fue el primero en saberlo. Seg¨²n relata, uno de los siete hijos de Zamorano le telefone¨® a las dos de la madrugada del jueves para pedirle que acudiera al establecimiento con objeto de ver unos documentos. "Llegu¨¦ al cabo de media hora, y vi a los compa?eros de la noche, que se hab¨ªan quedado despu¨¦s de cerrar porque ve¨ªan algo raro. Hab¨ªa furgonetas y vigilantes jurados. Los hijos me pidieron que bajara a la oficina y todos los papeles estaban en cajas, listos para transportarlos". De la Rosa a?ade que vio c¨®mo los herederos entregaban la llave del local al administrador del casero. Manila hab¨ªa muerto.
El encargado, como los dem¨¢s trabajadores, recibi¨® a primera hora de ayer una misiva urgente con encabezamiento telegr¨¢fico: "Los herederos de Francisco Zamorano han repudiado la herencia. Extinguido contrato de trabajo". El escrito iba acompa?ado de un cheque correspondiente a una mensualidad y a la parte proporcional de vacaciones de este a?o. El texto recordaba la muerte de Zamorano Fraile, el pasado 1 de abril, y la decisi¨®n de los herederos de repudiar "incondicionalmente" la herencia y no continuar con el negocio. La extinci¨®n de los contratos se justificaba con el Estatuto de los Trabajadores: en su art¨ªculo 49 reconoce como causade extinci¨®n de contrato la muerte del empresario y fija como indemnizaci¨®n un mes de salario en total.
Por ¨²ltimo, los herederos agradec¨ªan "los servicios prestados", una iron¨ªa, seg¨²n los trabajadores, que llevan sin cobrar desde el 1 de marzo. Una decena de ellos permanec¨ªan ayer encerrados en el local, cuyos escaparates estaban tapados con tablones.
El cierre del Manila de Gran V¨ªa pone el broche a una larga crisis, que incluy¨® la subasta en 1994 de otros cinco locales de la cadena. Los trabajadores calculan la deuda del establecimiento en 115 millones de pesetas, pero creen que "es un negocio rentable". Este peri¨®dico intent¨® ayer, sin ¨¦xito, conocer la versi¨®n de los herederos.
El cierre traer¨¢ cola. El sindicato Comisiones Obreras interpondr¨¢ demanda por los despidos. Tambi¨¦n volver¨¢ a los tribunales Francisco R¨ªos Seoane, un accionista que intent¨® reflotar una cadena que ayer perdi¨® su ¨²ltimo eslab¨®n.
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