Modelo militar
El Atl¨¦tico rompe el binomio Madrid-Bar?a con un f¨²tbol frontal y en¨¦rgico
A la vista de su f¨²tbol, se dir¨ªa que el Atl¨¦tico ha tomado la Bastilla y ha puesto fin al reinado bic¨¦falo Madrid-Bar?a, monarcas absolutos del campeonato espa?ol durante los ¨²ltimos diez a?os. La campa?a del Atl¨¦tico, porque tambi¨¦n a la vista de su f¨²tbol hay que hablar en t¨¦rminos militares, se ha forjado en una larga escapada, o si se quiere en una marcha triunfal, por abundar en los mismos t¨¦rminos.Porque ¨¦se ha sido el Atl¨¦tico: un equipo de combate, marcial en su juego, un modelo frontal que se ha revelado extraordinariamente eficaz en una temporada de largu¨ªsimo aliento, frente a adversarios indecisos o que han sido v¨ªctimas de una languidez depresiva o que se han desangrado en peleas intestinas. El Atl¨¦tico, no. Ha sido el triunfo de un equipo robusto.
Todo comenz¨® con Antic, buen gestor de crisis y hombre que tra¨ªa algunas cuentas pendientes a la capital. Antic tuvo el m¨¦rito de rebelarse contra la reciente historia del Atl¨¦tico, escenario de incontables desatinos, de imprudencias memorables y desgarros extraordinarios, de la falta de sensatez y perspectiva que caracterizaba a la era Gil. Luchar contra esa din¨¢mica de destrucci¨®n parec¨ªa una empresa cicl¨®pea, pero lleg¨® Antic y mand¨® a parar.
El Atl¨¦tico comenz¨® a ganar la Liga cuando comenz¨® a ganar cr¨¦dito. Es decir, cuando Antic comprendi¨® que en el f¨²tbol espa?ol la pretemporada es temporada, que los resultados del torneo de La Galleta valen tanto como el resultado de cualquier partido de Liga. Ah¨ª, en VIadikavkaz, en el Carranza, en todos los torneos de verano, el Atl¨¦tico gan¨® prestigio, uni¨® filas y se puso a las ¨®rdenes del entrenador que les llevaba firmes y victoriosos por todas las ferias de agosto. Cuando comenz¨® la Liga, hab¨ªa equipo.
El equipo, para Antic, es un universo casi familiar. Por eso el Atl¨¦tico ha funcionado con poca gente, como en los viejos tiempos, cuando las alineaciones eran memorables. ?sta del Atl¨¦tico sale a la carrera: Molina, Geli, Santi, Soloz¨¢bal, Toni, Caminero, Vizca¨ªno, Simeone, Pantic, Kiko y Penev. Un men¨² corto para una temporada extenuante. En principio, la contradicci¨®n apuntaba contra Antic, pero la receta ha funcionado. Libre de la distracci¨®n y la fatiga europea, protegido de las lesiones, el Atl¨¦tico puso distancia en la panera mitad de la Liga, cuando su gente estaba fuerte y los rivales no encontraban respuesta a la vitalidad de su f¨²tbol. "Ni un pase atr¨¢s, ni una duda en el campo", era la orden. Funcion¨® de tal manera que el Atl¨¦tico alcanz¨® la cima de la clasificaci¨®n, se gan¨® el respeto general, la autoestima de los jugadores y el silencio de Gil. Las condiciones para aventurarse en la pugna por el t¨ªtulo estaban puestas.
El segundo tramo del campeonato se hizo sobre la administraci¨®n de la ventaja y alrededor de algunos factores futbol¨ªsticos. En primer lugar, el Atl¨¦tico ha funcionado sobre mecanismos muy evidentes: 4-4-2, presi¨®n, achique defensivo y gran interpretaci¨®n de Molina como portero-libre. Todo eso significaba jugar lejos de la porter¨ªa propia y cerca de la contraria. Por lo tanto, los recorridos eran cortos y las llegadas de los centrocampistas se hac¨ªan masivas. Hubo otra cosa muy del gusto de Antic, los tiros libres y los saques de esquina, una parafernalia que finalmente ha dependido de la habilidad de Pantic. En cuanto al juego, ha sido m¨¢s encastado que delicado, aunque ha habido tiempo para las apariciones de Kiko, Pantic y Caminero. Ellos levantaron la bandera en los tiempos dif¨ªciles, cuando la llama del f¨²tbol se apagaba y el equipo padec¨ªa en el Manzanares. Porque ¨¦sa es otra: el Atl¨¦tico, a fuerza de ser peculiar, ha roto el viejo axioma que dice que el t¨ªtulo se gana en casa y se administra, fuera. Al rev¨¦s: el Atl¨¦tico ha tenido que enganchar fuera todos los trenes que se le han escapado en el Calder¨®n.
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