Cabrera Infante recupera el "fulgor de La Habana" en 'Ella cantaba boleros'

Guillermo Cabrera Infante (La Habana, 1929) escribi¨® en 1964 Tres tristes tigres, la novela que lo lanz¨® a la fama. En 1979, despu¨¦s de otros t¨ªtulos, public¨® La Habana para un infante difunto. De esas dos novelas vuelven ahora, con historias aut¨®nomas, dos personajes convertidos en novelas unidas bajo el t¨ªtulo de Ella cantaba boleros (Alfaguara). El autor recupera con ella el "fulgor" de la vida nocturna de La Habana de los a?os cincuenta.

Una de las primeras cosas que certifica la lectura de Ella cantaba boleros es la pertenenecia palpable de Cabrera Infante a cierta geograf¨ªa literaria, a La Habana de principios de los a?os cincuenta. "Yo dir¨ªa mejor a cierta topograf¨ªa literaria", afirma. "He ido reduciendo el ¨¢mbito narrativo, es decir, el espacio donde se mueve la narraci¨®n. Por ejemplo, en mi pr¨®ximo libro la narraci¨®n se circunscribe a un barrio de La Habana. Los personajes son un muchacho y una muchacha en fuga, que no salen nunca de El Vedado. Es un laberinto, m¨¢s que un espacio cerrado"."No me interesa para nada hablar de otro mundo que no sea La Habana", insiste Cabrera. "Inclusive no me interesa hablar de ciertos barrios de La Habana. Cuando lleg¨²e a La Habana, en 1941, me qued¨¦ deslumbrado porque cuando se pon¨ªa el sol el d¨ªa se continuaba en una noche el¨¦ctrica. Recuerdo aquel fulgor de La Habana mejor que la primera mujer que vi desnuda".

Cabrera Infante decidi¨® construir dos novelas autonomas en torno a los personajes de aquellas novelas anteriores, por recomendaci¨®n de Mario Vargas Llosa y Javier Mar¨ªas. Dice que "literatura bailable", podr¨ªa ser el anuncio publicitario para esta novela y Delito por bailar el chachach¨¢: "Libros para bailar". "Yo escribo con el o¨ªdo m¨¢s que con la vista. Lo que me preocupa de una frase es que suene bien". Juegos de palabras que suenan, pero que tambi¨¦n cuentan con el sentido del humor. "El humor es muy importante en la psicolog¨ªa cubana. Se burla de las cosas m¨¢s serias y es lo mejor del car¨¢cter cubano".

Todo, contado en primera persona. "A m¨ª me gusta mucho la narraci¨®n en primera persona porque el lector siempre se cree lo que se le cuenta. Al narrador en primera persona se le permite que cuente unas cosas, pero no otras, porque puede no saberlo todo, a lo que est¨¢ obligado el narrador en tercera persona, que es como Dios".