Duopolio telef¨®nico
EL ANTERIOR Gobierno pretend¨ªa liberalizar las telecomunicaciones sobre la base de una Telef¨®nica espa?ola fuerte, capaz no s¨®lo de enfrentarse en el mercado interno a, los grandes operadores extranjeros, sino de desempe?ar un importante papel internacional. El Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar ha decidido tirar por otro camino: se lanza a la aventura de organizar un duopolio a toda carrera, potenciando como segundo operador de telefon¨ªa a una empresa tan modesta como Retevisi¨®n, que factura 32.500 millones al a?o frente a 1,37 billones de Telef¨®nica. Esta ¨²ltima tendr¨¢ que ceder a precio de coste sus redes a Retevisi¨®n, que hasta 1999 mantendr¨¢ el monopolio del transporte de se?ales hertzianas de televisi¨®n. Todo ello para intentar que dos operadores fuertes ocupen el mercado en Espa?a antes de que la liberalizaci¨®n completa del sector, propiciada por la Uni¨®n Europea para 1998 -con una posible moratoria de cinco a?os-, haga posible que cualquier operador ofrezca esos servicios, con las facilidades que ello puede suponer para que uno de los gigantes extranjeros de las telecomunicaciones se haga con el mercado espa?ol.
Ejemplos hay para todos los gustos, si bien cabe reconocer que el modelo elegido por el Gobierno espa?ol es poco frecuente en el ¨¢mbito de la Uni¨®n Europea.
Suecia o el Reino Unido han potenciado un duopolio de telecomunicaciones, frente a Alemania, Francia o Italia, que han decidido apoyar a su respectiva empresa p¨²blica, sin perjuicio de aceptar su privatizaci¨®n final. Adem¨¢s, el Reino Unido decidi¨® organizar un duopolio hace 12 a?os, cuando ni siquiera la Uni¨®n Europea se hab¨ªa planteado la liberalizaci¨®n del sector de las telecomunicaciones; por eso resulta llamativo ponerse ahora imitar la f¨®rmula, cuando queda muy poco tiempo para cumplir con los plazos de la UE. As¨ª se entiende que el Gobierno haya reconocido la imposibilidad de liberalizar en 1998 y que se haya mostrado ambiguo sobre la fecha en que piensa hacerlo.
Otra consecuencia pr¨¢ctica es el escaso desarrollo que ha tenido el cable en el Reino Unido. El Gobierno de Margaret Thatcher prohibi¨® a British Telecom entrar en el mercado de la televisi¨®n por cable con el argumento, de que era preciso favorecer la competencia, y as¨ª se ha llegado, 12 a?os despu¨¦s, a que s¨®lo un mill¨®n de hogares brit¨¢nicos dispongan de servicio de cable, mientras que Alemania, cableada de arriba abajo por su empresa p¨²blica, Deutsche Telekom, tiene hoy 15 millones de hogares conectados a la red. Para mayor confusi¨®n, a la Telef¨®nica espa?ola, que ha hecho una inversi¨®n considerable en cable, se le aplica una moratoria de 24 meses para poder dar este servicio all¨ª donde haya otro operador dispuesto a hacerlo, y en cambio, se potencia la creaci¨®n de otras redes que, de momento, ni siquiera existen. ?Qu¨¦ tendr¨¢ que hacer Telef¨®nica para rentabilizar su red: acaso convencer a todos los espa?oles de que se instalen videotel¨¦fonos?
Es cierto que la competencia desarrollada en el Reino Unido ha abaratado los precios del tel¨¦fono al consumidor; pero lo es igualmente que la Telef¨®nica espa?ola est¨¢ sometida a un r¨¦gimen de precios autorizado por el Gobierno, que tiene en su mano la posibilidad de determinar las tarifas. El Gobierno no ha explicado hasta ahora qu¨¦ ventajas obtendr¨¢ este pa¨ªs con esta decisi¨®n de frenar a Telef¨®nica para potenciar a Retevisi¨®n. Al cabo de unos a?os podemos encontrarnos con dos operadores peque?os, incapaces de competir frente a los gigantes externos. El decreto de liberalizaci¨®n de las telecomunicaciones tiene que ser convalidado por el Congreso de los Diputados, y eso tal vez d¨¦ oportunidad de saber si el Gobierno y sus aliados tienen razones de peso para adoptar este camino o si les han movido, esencialmente, cuestiones de poder.
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