Impacto ambiental
Pasando esta ma?ana de primavera por la carretera que lleva desde Guadarrarna a El Escorial, y viendo los prados r¨²sticos entre los que discurre, los cientos de encinas, fresnos y robles centenarios que la jalonan, todav¨ªa me es m¨¢s dif¨ªcil creer la noticia que acabo de o¨ªr: la Comunidad de Madrid se va a gastar m¨¢s de 5.000 millones de pesetas en transformar el tramo de esta carretera que va desde la salida de la autopista A-6 hasta El Escorial, en una autov¨ªa de 10 kil¨®metros, con dos carriles en cada sentido. El impacto ambiental y paisaj¨ªstico de tal autov¨ªa ser¨¢ enorme -e irreversible-, por muchas medidas correctoras que se hagan y aunque en su realizaci¨®n se ponga todo el cuidado del mundo.Esta obra es, por otro lado, absolutamente innecesaria y desproporcionada, porque en el mejor de los casos ahorrar¨¢ un par ?le minutos de viaje y el aumento en la seguridad que implicar¨¢ podr¨ªa tambi¨¦n conseguirse eliminando y corrigiendo los cambios de rasante de la actual carretera.
Para justificar esta barbaridad se argumenta con la pr¨®xima construcci¨®n, en El Escorial, de una sala de conciertos en donde se llevar¨¢n a cabo, anualmente, importantes conciertos y festivales de m¨²sica cl¨¢sica, aludi¨¦ndose seguidamente a los aspectos de seguridad y rapidez.
Es grotesco que se emplee la m¨²sica para tratar de justificar la destrucci¨®n que se va a ocasionar, a no ser, claro est¨¢, que se haya previsto hacer los trabajos (le explanaci¨®n, arrasando la zona y los cientos de ¨¢rboles bajo los acordes de la Walkyria de Wagner, en una versi¨®n serrana (le "Apocalypse Now", s¨®lo que sustituyendo los helic¨®pteros por bulldozers.
En la sierra de Guadarrama hace ya demasiado tiempo, que sobra asfalto, especulaci¨®n, cemento, mal gusto, masificaci¨®n, intereses particulares torticeros demag¨®gicamente defendidos como de bien p¨²blico' ca?ones (le nieve que no han servido para liada y planes enga?osamente llamados de ecodesarrollo; y falta buen hacer, ¨¢rboles, paisaje tierra, buen gusto, limpieza, racionalidad y sentido com¨²n, y la defensa verdadera de los intereses generales. Salvo honrosas excepciones, la ¨²nica receta que se aplica de forma autom¨¢tica en nuestra sierra es m¨¢s asfalto, m¨¢s cemento y m¨¢s hormig¨®n, es decir, crecimiento sin l¨ªmites, siguiendo modelos urbanos de desarrollo caducos e irracionales que se est¨¢n cargando la zona y convirti¨¦ndola en un suburbio de la capital, para regocijo de especuladores y nuevos ricos.
No levanten al final de esta autov¨ªa ni pongan como excusa para su construcci¨®n una sala de conciertos, ni el inter¨¦s general, sino lo ¨²nico que verdaderamente justifica esta obra, un enorme, hortera y caro monumento al derroche, al mal gusto y a la sinraz¨®n.-
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