"El tabaco crea adicci¨®n, pero tambi¨¦n Internet, o comprar"
"La obsesi¨®n por reglamentar hasta los detalles m¨¢s m¨ªnimos de la vida de la gente puede conducir a la violaci¨®n de las libertades personales". Esta frase era el argumento principal del primer anuncio con el que la gran firma tabaquera estadounidense Philip Morris abri¨® su fuego de artiller¨ªa en contra de la corriente detractora del tabaco. Su responsable, David Greenberg, es un experto abogado estadounidense fichado por la firma como vicepresidente de asuntos corporativos para la Uni¨®n Europea.De paso por Madrid, en la sede espa?ola de la compa?¨ªa, Greenberg propone un debate p¨²blico y sin prejuicios sobre el tabaco y, en l¨ªnea con los lemas de su ¨²ltima campa?a, admite que hay un riesgo sanitario para el fumador pasivo, pero que los h¨¢bitos cotidianos suponen riesgos a¨²n mayores. Su estrategia, que pone de los nervios a asociaciones contra el c¨¢ncer y autoridades sanitarias en general, consiste en relativizar cualquier dato del tabaco.
La nicotina crea adicci¨®n, admite, pero tambi¨¦n la crea navegar en Internet o incluso hacer el amor. Adem¨¢s, asegura, la gente quiere cigarrillos con nicotina. Los comercializados sin ella no han tenido ning¨²n ¨¦xito. ?l, por cierto, no fuma.
Pregunta. ?No cree que la agresividad de sus campa?as publicitarias puede ser contraproducente y lograr el efecto contrario al que se busca de denunciar tantas prohiciones?
Respuesta. Siempre es positivo discutir los hechos reales y las evidencias cient¨ªficas relacionadas con temas p¨²blicos de importancia considerable y creo que en este asunto hay muchos malentendidos y que la atenci¨®n que suscita esta campa?a nos va a permitir establecer un di¨¢logo constructivo. Si hablamos de los riesgos que supone el tabaco, si estamos dispuestos a hablar de las evidencias cient¨ªficas aportadas por la Agencia norteamericana de Protecci¨®n Medioambiental, si estamos dispuestos a estudiar las pruebas obtenidas por nosotros y las que son contrarias, creo que podremos avanzar. Estamos dispuestos a estudiar temas que tienen que ver con la irritaci¨®n provocada por el humo.
P. Los datos parecen estar muy claros: 10 millones de personas morir¨¢n pronto cada a?o por culpa del tabaco y los fumadores pasivos son v¨ªctimas involuntarias del tabaquismo. Lo admiten todas las autoridades mundiales sanitarias. ?A qu¨¦ llama exactamente malentendidos?
R. El problema es que los datos se toman como hechos aislados. Lo ¨²nico que estamos haciendo nosotros es ampliar la perspectiva con datos de riesgo para la salud de otras actividades cotidianas. Datos tomados de las mejores revistas cient¨ªficas del mundo sobre el riesgo de consumir leche entera, agua clorada o galletas, por ejemplo. Viendo las tablas que ofrecemos en nuestros anuncios uno se da cuenta de cu¨¢ntas cosas cotidianas suponen un riesgo incluso superior al que sufre el fumador pasivo. Ah¨ª est¨¢ el malentendido. Hay un riesgo, s¨ª, pero el mismo jefe del equipo cient¨ªfico que aport¨® los datos sobre el peligro que viven los fumadores pasivos lo explic¨® as¨ª: "El humo del tabaco es un peque?o riesgo a?adido probablemente inferior al que est¨¢ uno expuesto en el tr¨¢fico de Washington". Son cosas que demuestran hasta qu¨¦ punto este debate es pol¨ªtico y no cient¨ªfico. Nos sentimos obligados a levantar nuestra voz en un debate p¨²blico.
P. Las autoridades sanitarias han dicho a este respecto que sus datos son buenos para vender m¨¢s cigarrillos, pero que no son ciertos.
R. El fumador pasivo tiene un riesgo mayor de 1, 19 de sufrir c¨¢ncer de pulm¨®n, seg¨²n los datos cient¨ªficos. Pero un riesgo relativo inferior a 2 o 3 no es significativo, y es rid¨ªculo no tener en cuenta otros factores de riesgo, como son para el c¨¢ncer de pulm¨®n el trabajo en una tintorer¨ªa, el trabajo administrativo o ser conductor de un cami¨®n, cuyos riesgos son mucho m¨¢s elevados. Pero de pronto s¨®lo se centran en las cifras del 1,19 para el humo del tabaco y se considera un riesgo serio para la salud.
P. Entonces, definitivamente, van a seguir por el mismo camino en su campana.
R. S¨ª. Tras las primeras campa?as criticando la excesiva normativa existente contra al tabaco y defendiendo la tolerancia hacia el fumador se nos critic¨® por el hecho de no tocar el tema sanitario. Por eso hemos realizado este tercer paso. El siguiente ser¨¢ responder a todos los que nos preguntan, por carta o v¨ªa Internet, acerca de los riesgos del tabaco. Incluso vamos a ofrecer los informes que nos son desfavorables. Queremos establecer un aut¨¦ntico di¨¢logo sobre este asunto.
P. Pero a ustedes se les acusa de haber ocultado datos sobre el poder de adicci¨®n que tiene la nicotina, por ejemplo.
R. El contenido de nicotina y alquitr¨¢n figura en cada cajetilla. Nosotros, adem¨¢s, ofrecemos una gama muy amplia de cigarrillos, iclu¨ªdos los que no tienen nicotina. Respecto a la adicci¨®n le dir¨¦ que alrededor de 40 millones de fumadores en Estados Unidos han dejado de fumar a lo largo del tiempo. Nueve de cada 10 lo ha hecho sin ning¨²n tratamiento especial. El tema de la adicci¨®n tambi¨¦n se ha politizado mucho. Seg¨²n estudios cient¨ªficos tambi¨¦n crea adicci¨®n ir de compras, navegar en Internet, el sexo, correr o el humo. Le recuerdo, por otra parte, que la cadena de televisi¨®n norteamericana ABC emiti¨® un reportaje sobre el supuesto ocultamiento de datos, que nosotros denunciamos ante los tribunales, por lo que tuvo que disculparse p¨²blicamente.
P. ?Se ha planteado reconvertir su actividad?
R. No, en absoluto. Tenemos negocios importantes tambi¨¦n en el sector alimenticio y cervecero, pero seguimos comprometidos con el tabaco y con, por ejemplo, 97 millones de fumadores europeos. Hist¨®ricamente hablando, las tabaqueras en pa¨ªses como Espa?a, Italia o China han sido empresas pertenecientes por tradici¨®n a los Gobiernos. La industria privada es una reci¨¦n llegada.
P. Antes dijo que ustedes fa brican cigarrillos sin nicotina. ?Qu¨¦ ¨¦xito han tenido?
R. Ninguno. A la gente no le gusta porque es dif¨ªcil lograr un buen sabor sin nicotina. Nuestros competidores, como sabe, han hecho un cigarrillo sin humo que ha sido tambi¨¦n un estrepitoso fracaso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.