La noche de los perros ladradores
Fue el delirio. Taxistas tocando el claxon por las calles del West End, hinchas con la bandera inglesa cantando como posesos hasta la madrugada, risas, carreras. Era como si los londinenses de a pie hubieran resucitado todos a una del letargo habitual. Y eso inclu¨ªa a los perros. Arrastrados por el entusiasmo general ante el triunfo aplastante de la selecci¨®n nacional sobre Holanda, los perros ingleses -acaso los m¨¢s civilizados del mundo ladraron como posesos la noche del pasado martes. La explicaci¨®n de esta conducta irregular -el perro ingl¨¦s no ladra, ni husmea al desconocido, consciente de su superioridad insular- podr¨¢n darla m¨¢s adelante los estudiosos del fen¨®meno, pero el hecho, constatado por los habitantes del centro de la capital brit¨¢nica es insoslayable. Con raz¨®n los tabloides -y hasta la prensa seria brit¨¢nica- se entregaronayer a una org¨ªa de elogios al equipo de casa. "England 4 Ever", dec¨ªa la portada de The Sun, jugando con el 4 ("Four") de los goles marcados por el conjunto de Venables a Holanda, y la palabra "for": "Inglaterra para siempre". "Hemos aplastado a los holandeses. Que nos traigan ahora a los espa?oles", precisaba otro sumario del peri¨®dico."Cualquier cosa es posible ahora", advert¨ªa The Evening Standard a cinco columnas, se?alando que Inglaterra puede aspirar con toda justicia a repetir su triunfo de la Copa del Mundo de 1966. La reflexi¨®n del hincha de a pie era la siguiente: ?no hemos marcado cuatro goles a una de las selecciones favoritas?, luego ?por qu¨¦ no vamos a derrotar a la espa?ola famosa tan s¨®lo por su capacidad de sufrimiento?
El mism¨ªsimo primer ministro, John Major, env¨ªo a los chicos de Venables un mensaje alentador. "Volved a jugar como lo hab¨¦is hecho ante Holanda y estoy seguro de que ganar¨¦is otra vez el s¨¢bado y en adelante". Un fervor compartido por el pa¨ªs entero. "Los destrozos del avi¨®n de Cathay Pacific [avi¨®n donde la selecci¨®n organiz¨® una gran juerga cuando regresaba de un viaje a China], resultan ahora meras trivilidades", dec¨ªa una encendida cr¨®nica deportiva en uno de los diarios londineses de m¨¢s tirada. Esa era la t¨®nica general. Las cr¨ªticas de las primeras semanas han sido sustituidas por grandes ovaciones en los titulares de todos los peri¨®dicos, sin distinci¨®n de ideolog¨ªas. "Inglaterra en marcha", "Hemos vuelto", "Inglaterra sigue la fiesta", "Regresan las memorias de 1966"...
Eso s¨ª, con los perros sumados al coro de alabanzas, nadie durmi¨® esa noche, excepto, seg¨²n sus propias palabras, Venables, el entrenador ingl¨¦s.
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