G¨®mez de Lia?o encarcela a Elgorriaga y procesa a Vera por encubrimiento del 'caso Lasa Zabala'
El juez Javier G¨®mez de Lia?o, instructor del caso Lasa-Zabala, decidi¨® ayer encarcelar al ex gobernador de Guip¨²zcoa Julen Elgorriaga, de 48 a?os, al que desde hace semanas manten¨ªa bajo estricta vigilancia policial y control telef¨®nico. Es la quinta persona encarcelada en este sumario.El magistrado lo proces¨® como autor del secuestro, en 1983, de los presuntos etarras Jos¨¦ Antonio Lasa y Jos¨¦ Ignacio Zabala, cooperador necesario en las presuntas torturas y autor "por comisi¨®n por omisi¨®n" de dos asesinatos. Tambi¨¦n proces¨® por encubrimiento a Rafael Vera, ex secretario de Estado para la Seguridad. Elgorriaga, que acudi¨® al juzgado con las maletas preparadas para ir a la c¨¢rcel, ingres¨® en la prisi¨®n de soto del Real.
El caso Lasa-Zabala ya ha llevado a la c¨¢rcel al general de la Guardia Civil Enrique Rodr¨ªguez Galindo, el teniente Pedro G¨®mez Nieto, y Enrique Dorado y Felipe Bayo, ambos expulsados del instituto armado. En un auto de 26 folios, el magistrado impuso fianzas por responsabilidad civil de 100 millones a Elgorrriga y de 15 millones a Vera. Ambos calificaron de inciertas las imputaciones.La prisi¨®n incondicional del ex gobernador y ex delegado del Gobierno en el Pa¨ªs Vasco fue solicitada por el fiscal del caso, Jes¨²s Santos, y la abogada de la acci¨®n popular Nines Alvarez, que alegaron la posibilidad de que pudiese alterar pruebas o eludir a la Justicia. El juez accedi¨® de inmediato, pese a la oposici¨®n de las defensas. Las acusaciones declinaron pedir la prisi¨®n de Vera y tampoco pidieron medidas cautelares porque ya est¨¢ sometido a ellas.
G¨®mez de Lia?o considera que, "por su firmeza y rotundidad, merec¨ªan ser cre¨ªdas" las versiones del polic¨ªa ?ngel L¨®pez Carrillo, el contrabandista Pedro Luis Migu¨¦liz, Txofo, y otros cuatro polic¨ªas y testigos protegidos, que recuerdan que Elgorriaga visit¨® a detenidos de ETA en los cuarteles de Zumalac¨¢rregui e Intxaurrondo. En cambio, rechaza los testimonios exculpatorios de los oficiales de la Guardia Civil Fidel del Hoyo, C¨¢ndido Acedo y ?ngel Vaquero, "porque han salido de unas bocas y de unos esp¨ªritus dominados por el inter¨¦s".
Sobrenombres acertados
El juez da tambi¨¦n "mucha relevancia" a la "tozuda negativa" de los guardias civiles a reconocer que quienes desempe?aron misiones antiterroristas "eran conocidos por sus correspondientes apodos". G¨®mez de Lia?o considera "verificado" que Dorado era conocido como Kike; Pedro G¨®mez Nieto, como El Alem¨¢n, "por ser rubio, con ojos azules y pelo ca¨ªdo"; Jos¨¦ Dom¨ªnguez, como El Goli, "por su estatura y gordura", y Jos¨¦ Romero, como El Moro, "por su bigote ancho y grande". El juez asegura que ha podido confirmar personalmente "el acierto de estos sobrenombres".
G¨®mez de Lia?o asegura que no presenta "grandes complicaciones" calificar el comportamiento de Elgorriaga en la causa: "Crea, desencadena y hasta incrementa el peligro que existe para las vidas de Lasa y Zabala". En cuanto al secuestro, dice que "nada m¨¢s y nada menos que el gobernador civil de Guip¨²zcoa facilita el lugar donde las detenciones se van a llevar a cabo", y que, seg¨²n el juez, fue el palacio de la Cumbre, en San Sebasti¨¢n.
Elgorriaga, a?ade el auto, estuvo de acuerdo con el plan, de modo que "entre ¨¦l y los dem¨¢s -de momento, Felipe Bayo, Enrique Dorado, etc¨¦tera-, existe un v¨ªnculo de solidaridad penal que le hace part¨ªcipe en igual grado de responsabilidad.
Sobre las torturas, considera que Elgorriaga visit¨® a Lasa y Zabala en La Cumbre, "ve c¨®mo son objeto de torturas y lo consiente". "No est¨¢ demostrado que Elgorriaga ejecutara el hecho t¨ªpico del tormento, pero si que su actividad fue imprescindible para la consumaci¨®n del prop¨®sito delictivo de los verdaderos autores de los sufrimientos padecidos por Lasa y Zabala".
El juez le procesa tambi¨¦n por los dos asesinatos al considerar que no hizo "algo a lo que estaba obligado". "Siendo Elgorriaga la m¨¢xima autoridad d¨¦ la provincia y al haberse constituido en la posici¨®n de garante de las vidas de los dos chicos, concretada en una muy espec¨ªfica obligaci¨®n legal y moral de actuar para poner fin al riesgo previamente creado, su omisi¨®n equivale a la comisi¨®n en t¨¦rminos tan precisos y n¨ªtidos como esta forma de participaci¨®n delictiva", afirma.
A Rafael Vera le imputa el encubrimiento de los delitos con la ¨²nica base de las declaraciones del ex pr¨®fugo Luis Rold¨¢n, a quien "cada cual es muy libre", dice G¨®mez de Lia?o, de concederle "la credibilidad que tenga por conveniente". El juez a?ade que la baja, mediana o alta categor¨ªa moral de un declarante ni avala ni anula obligatoriamente el valor de lo que se declara".
El juez arremete contra Vera y dice que, si se admitiese su tesis de, que jam¨¢s pueden decir verdad los acusados de grandes delitos, "en ese caso la memoria no podr¨ªa ser tan sectaria como para olvidarse del propio Vera". G¨®mez de Lia?o recuerda "la impensable descompostura" de Vera, "que hasta lleg¨® a insultar a Luis Rold¨¢n, si bien luego hizo sana reparaci¨®n al pedir disculpas", y concluye que "Rold¨¢n est¨¢ en mejor disposici¨®n de decir verdad".
El juez acuerda el procesamiento de Vera, pero no de Rold¨¢n, a pesar de que en su propio auto asegura que lo que cont¨® Rold¨¢n "dista mucho de beneficiarle" y que ¨¦l mismo "no descarta que actuase pasivamente ante los desafueros que denuncia".
"Sus ideas se convertir¨¢n en pesadillas
El juez Javier G¨®mez de Lia?o traza en su resoluci¨®n un porvenir apocal¨ªptico para los testigos de descargo de los guardias civiles procesados que hayan incurrido en falso testimonio, de los que afirma que ya se ocupar¨¢ m¨¢s adelante.Previamente, el juez imparte una de sus cl¨¢sicas lecciones de moral, valor reiteradamente mencionado en sus escritos: "Es posible que faltar a la verdad sea un riesgo permanente. Ahora bien, hacerlo bajo juramento o promesa ante un tribunal de justicia y de forma sistem¨¢tica es todo un atentado a la dignidad propia y ajena"
Agrega que como no se puede mentir durante todo el tiempo, al final el enga?o se acaba notando, y quienes m¨¢s perder¨¢n ser¨¢n aqu¨¦llos cuyas ideas se convertir¨¢n en pesadillas y tendr¨¢n que solicitar pr¨¦stamos de credibilidad. Todo esto para decir que noconsidera oportuno "por ahora", actuar para que los responsables de supuestos delitos de falso testimonio "se encaren a rendir cuentas de sus conductas".
G¨®mez de Lia?o hace estas meditaciones despu¨¦s de analizar los testimonios del coronel de la Guardia Civil C¨¢ndido Acedo, el capit¨¢n Fidel del Hoyo y el comandante Angel Vaquero, de quienes "el propio instructor", dice G¨®mez de Lia?o, "todav¨ªa no ha dejado de desconfiar y dudar sobre las voluntades e incluso facultades".
En otro apartado, se?ala que tiene pendiente de "confirmaci¨®n definitiva" el asunto de la bolsa Bayo-Olivar-Dav¨®. Dicho asunto se refiere a una bolsa con pruebas del caso que presuntamente le habr¨ªa entregado Felipe Bayo a Olivar para que la ocultase. Este la enterr¨®. Dav¨® se la habr¨ªa reclamado y Olivar le hizo entrega de todo su contenido.
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