Doce familias desalojadas de la Mica acampan desde hace una semana en un pinar

De la chabola a la tienda de campa?a. Doce de las 31 familias a las que el Ayuntamiento de Madrid derrib¨® su chabola en el Cerro de la Mica (Latina) hace mes y medio por no estar incluidas en el censo de realojamiento llevan una semana acampadas en el pinar de las Pique?as, en el l¨ªmite con Legan¨¦s. All¨ª se trasladaron el jueves, con el benepl¨¢cito municipal, tras semanas de protesta en la plaza de la Villa. Duermen en tiendas de campa?a del Ej¨¦rcito y se lavan y consiguen la luz de un edificio abandonado que, como el terreno, pertenece a los Hermanos de San Juan de Dios. La ¨²nica soluci¨®n institucional a su problema es una ayuda de dos meses para un alquiler que ellos dicen no poder pagar.

"Dec¨ªan que en la Mica viv¨ªamos en infraviviendas y nos las tiraron, ?y qu¨¦ son estas canadienses que nos cede el mismo consistorio?", plantean los expulsados. Medio centenar de ni?os y adultos, entre ellos, dos embarazadas de ocho meses, duermen en colchonetas sobre un suelo de tierra que ellos mismos han alisado, y disponen de una sola ducha y un retrete para todos. A las horas de m¨¢s sol, la temperatura en el interior de las tiendas asciende a niveles inaguantables, y para cocinar disponen de dos neveras y dos cocinas. Hacer la compra o acercarse a la civilizaci¨®n supone un recorrido de veinte minutos a buen paso.Las 12 familias, seis payas y seis gitanas, se trasladaron a este campamento forzoso, ubicado al final del camino de Pique?as, junto a un colegio de discapacitados de los Hermanos de San Juan de Dios, el pasado jueves.

Dormir al raso

El Ayuntamiento de Madrid se hab¨ªa comprometido a facilitarles las tiendas de campa?a para entonces, pero las lonas no llegaron hasta hace dos d¨ªas. As¨ª que decidieron dormir al raso. "El ¨²nico edificio, de donde sacamos el agua y la luz, estaba abandonado y lleno de bichos", aseguran.Su traslado a este pinar desde la plaza de la Villa, donde permanec¨ªan encastillados desde su desalojo, se fragu¨® en una visita que varios representantes parroquiales de Latina realizaron ante el concejal de este distrito, Antonio Moreno, para mediar por ellos. Aurelia Mart¨ªn, una religiosa de la parroquia de la Crucifixi¨®n del Se?or, junto al Cerro de la Mica, explica: "El mismo concejal plante¨® que si logr¨¢bamos el permiso de los Hermanos de San Juan de Dios para acampar en Pique?as, ¨¦l consegu¨ªa unas tiendas de campa?a. No es ninguna soluci¨®n, pero en la plaza de la Villa ya no les dejaban ni sentarse y no tienen otro lugar donde ir. Se trata de que tengan un alojamiento temporal mientras intentamos que Ayuntamiento y Comunidad den una salida al problema", asegura Mart¨ªn.

Todas estas familias, entre las que hay dos con contratos de guardas jurados y vendedores ambulantes, tienen puestas sus esperanzas en el sorteo de pisos sociales que el Instituto de la Vivienda de Madrid (Ivima), de la Comunidad, realizar¨¢ antes de finalizar el mes. Dos de ellas tienen informes municipales favorables para su realojamiento inmediato a trav¨¦s del 5% de viviendas del Ivima destinadas a situaciones de urgente necesidad. El problema es que todas aseguran estar en una situaci¨®n similar.

"No es que no tengamos ingresos, es que no podemos pagar las 60.000 o 70.000 pesetas mensuales de un piso privado de alquiler", afirman. "Por eso viv¨ªamos en la chabola que nos tir¨® el Ayuntamiento diciendo que era una infravivienda y que no pod¨ªamos vivir en ella", a?aden. Sus casetas no eran barracas de cart¨®n, sino casuchas muy precarias del estilo de las que rodeaban Vallecas en los a?os setenta.