Estevill admite que dict¨® autos de prisi¨®n bas¨¢ndose en datos extraprocesales
Luis Pascual Estevill, vocal del Consejo General del Poder Judicial y ex juez, compareci¨® ayer como inculpado ante el Tribunal Supremo en juicio oral por el presunto delito de prevaricaci¨®n continuada. Estevill reconoci¨® haber dictado autos de prisi¨®n por motivos extraprocesales y conocer informaciones antes de que fueran aportadas al juzgado. El fiscal pide 6 a?os de inhabilitaci¨®n contra ¨¦l. El principal testigo de cargo declar¨® que el ex juez le ha amenazado y que le tiene animadversi¨®n. La vista fue suspendida por una amenaza de bomba.
Los hechos por los que Estevill se sienta en el banquillo se remontan a septiembre de 1994, y guardan relaci¨®n con una querella por estafa y alzamiento de bienes presentada por Banesto. Seg¨²n las acusaciones, Estevill convirti¨® en imputados a dos personas que aparec¨ªan en la querella como testigos, y encarcel¨® a una de ellas ya otras cuatro contra las que el fiscal no hab¨ªa apreciado indicios de delito."Volver¨ªa a hacer lo mismo, si me, encontrase en el caso", explic¨® Luis Pascual Estevill, sentado en el banquillo de los acusados, cuando llevaba m¨¢s de tres horas sometido al bombardeo de las preguntas del fiscal, Jos¨¦ M. Luz¨®n, y de los abogados de la acusaci¨®n particular. El ex juez neg¨® que ordenase las prisiones por enemistad hacia los querellantes o por venganza. Antes sin embargo, reconoci¨® importantes lapsus judiciales en el ejercicio profesional como juez del cuarto turno que llevaron al fiscal Luz¨®n a advertirle en pleno interrogatorio que sus argumentos para dictar autos de prisi¨®n contra los querellantes "no justifican la prisi¨®n, seg¨²n la doctrina constitucional".
Estevill, irritado y tenso, se aferr¨® a que ten¨ªa "el ¨ªntimo convencimiento de que se trataba de delincuentes", a juzgar por los documentos que acompa?aban la querella de Banesto. Indic¨® que "por referencias de prensa", el grupo de Pedro Olabarr¨ªa, con Lorenzo Rosal y Enrique Marug¨¢n, se dedicaba a enterrar empresas. Reconoci¨® a preguntas de la acusaci¨®n que como instructor de la querella, siendo juez sustituto del juzgado n¨²mero 10 de Barcelona, su auto de prisi¨®n contra los querellantes inclu¨ªa informaci¨®n que Banesto aport¨® al juzgado una semana despu¨¦s de que emitiera el escrito que mecanografi¨® personalmente "despu¨¦s de un profundo estudio". Del interrogatorio se deduce que el ex juez tuvo conocimiento de que el grupo Olabarr¨ªa se dedica a "desfalcar" entidades bancarias creando empresas que luego suspend¨ªan pagos y enviaban al extranjero el dinero que recib¨ªan v¨ªa cr¨¦ditos bancarios. La querella en cuesti¨®n fue sobrese¨ªda. por la Audiencia de Barcelona, y las personas a las que encarcel¨® Estevill quedaron en libertad sin cargo alguno.En otro punto de sus declaraciones Estevill afirm¨® que no le dieron cuenta de los recursos que contra la admisi¨®n de la querella de Banesto y los autos de prisi¨®n le fueron presentados y que obran en autos. Igualmente, afirm¨® que a pesar de que los querellantes rebajaron sustancialmente la cifra supuestamente estafada, ¨¦l mantuvo la reclamaci¨®n e imputaciones judiciales por unos 750 millones de pesetas.
El defensor de Estevill, Manuel Cobo del Rosal centr¨® su defensa en denostar a Enrique Marug¨¢n y Lorenzo Rosal por una vieja sentencia (de 1987) contra ellos por delitos monetarios, "por la que pagamos la pena que se nos impuso de 4,8 millones de pesetas en multas y varios d¨ªas de arresto", razonaron los acusadores de Pascual Estevill.
La gran pol¨¦mica del primer d¨ªa del juicio gir¨® en tomo al conocimiento o no de Estevill del principal testigo de cargo, Enrique Marug¨¢n. El ex juez admite que quiz¨¢ se lo presentasen, pero niega que lo conozca. Tiene, eso s¨ª, el ¨ªntimo convencimiento de que urdi¨® la trama que, dijo, evaporaba dinero de Banesto. Marug¨¢n, por contra, le acusa de tener animadversi¨®n contra ¨¦l por haber sido el asesor que llev¨® al grupo textil Bertrand Ser¨ªa a prescindir de los servicios de Estevill, cuando era abogado mercantilista.
Marug¨¢n cit¨® una cena con Estevill en la que ¨¦ste le propuso "repartir al 50% honorarios y comisiones" a costa de la familia Bertr¨¢n, en 1978. Desde entonces, Estevill se interes¨® por Marug¨¢n en contactos en Dublin con los hijos de ambos que estudiaban all¨ª y "por animadversi¨®n" le cambi¨® la condici¨®n de testigo por la de imputado en la querella. Una hija de Marug¨¢n declar¨® que en el juzgado de Estevill no le admitieron documentos que justificaban la ausencia de. Espa?a de su padre, que hab¨ªa sido citado por Estevill. Otro testigo, Eduardo Puignou, declar¨® que en el juzgado le dijeron que no quer¨ªan de Marug¨¢n "ni papelitos ni notitas".
Una sorpresa cultural
Pascual Estevill, autor de libros como el que lleva el parad¨®jico t¨ªtulo de El pago, es un gran conversador "afable y simp¨¢tico", seg¨²n reconoci¨® su principal testigo de cargo, Enrique Marug¨¢n. El vocal del CGPJ presume de sus conocimientos en medicina, filosof¨ªa y las m¨¢s recovecas formas del derecho: desde el riego y su regulaci¨®n en tiempo de los, romanos hasta la prisi¨®n provisional. Sobre este punto lleg¨® a dar conferencias pagadas por la Generalitat de Catalu?a.Muchos de los que le conocen, como su anterior defensor, Miguel Bajo, quedaron impactados por su renacentista saber. Sin embargo, Estevill habl¨® ayer titubeante de polic¨ªas "inscritos" a las ¨®rdenes del juzgado, dijo que hizo las cosas "creyendo que..." y coment¨® que Eusebio Bertr¨¢n viv¨ªa en su inmueble "cuando era vivo". El juez Ram¨®n Masi¨¢, el titular al que sustituy¨® en vacaciones, viv¨ªa, dijo, un "dislate judicial".
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