Autodefensa com¨²n

ESPA?A HA conseguido al fin sacar adelante un proyecto debatido en Bruselas durante a?os: negar al terrorismo cualquier consideraci¨®n de delito pol¨ªtico en el conjunto de la Uni¨®n Europea. Los Quince se comprometen a entregar a todo ciudadano de otro Estado miembro al que la justicia acuse de haber participado en actos terroristas. Pertenecer a banda armada o colaborar en sus acciones delictivas no ser¨¢ ya asimilable a un delito pol¨ªtico y no dar¨¢ pie a la aplicaci¨®n del derecho de asilo. Desde el momento en que entre en vigor el nuevo convenio europeo de extradici¨®n no podr¨¢n repetirse casos como el de los dos presuntos colaboradores de ETA cuya extradici¨®n a Espa?a deneg¨® el Consejo de Estado belga a principios de a?o.Este episodio revel¨® que algunos problemas, m¨¢s de legislaci¨®n que judiciales, dificultaban la colaboraci¨®n efectiva de los socios de la UE en la lucha contra las diversas formas de terrorismo y crimen organizado. Para Espa?a, este acuerdo -pol¨ªticamente labrado en el Consejo Europeo de Florencia y cerrado ayer por el Comit¨¦ de Representantes Permanentes de los Quince (Coreper)- constituye un arma indispensable en la lucha contra el terrorismo de ETA. El fruto lo recoge el Gobierno del PP, pero su maduraci¨®n ha sido una obra laboriosa de sus antecesores socialistas y su beneficiario real es Espa?a. Ha requerido tiempo, tes¨®n diplom¨¢tico y no poca sutileza jur¨ªdica. Los criterios hasta ahora vigentes en la legislaci¨®n europea al respecto eran un anacronismo.

Ni correspond¨ªan al desarrollo de la integraci¨®n europea ni a la evoluci¨®n de la criminalidad moderna. Era una cuesti¨®n de principios y de coherencia sustituirlos por otros acordes con las exigencias de una uni¨®n pol¨ªtica que debe tener entre sus prioridades la solidaridad frente a sus enemigos. El terrorismo es un problema que afecta a todos y que requiere respuestas comunes. As¨ª lo han visto los Quince, y han superado conceptos sobre el derecho de. asilo y el delito pol¨ªtico que no eran aplicables a los grupos terroristas que a¨²n perviven en la Europa de las democracias.

Espa?a ha contado con el apoyo del Parlamento Europeo, que siempre ha abogado por la unificaci¨®n de las legislaciones frente al terrorismo y por la igualdad de trato en lo que se refiere a su tipificaci¨®n delictiva y al r¨¦gimen de penas. Algunos pa¨ªses, como Francia, han dado pasos decisivos en este terreno facilitando una colaboraci¨®n antiterrorista con Espa?a que puede ser decisiva para la erradicaci¨®n de esta lacra. Otros han sido m¨¢s reticentes, pero este acuerdo revela que est¨¢n cambiando.

Es imprescindible que las normas comunes europeas y las particulares de los Estados miembros de la UE no contengan dudas sobre el tratamiento que debe darse a una cuesti¨®n capital como es la autodefensa de las democracias. Impedir que individuos o grupos que recurren a la violencia para imponer sus ideas pongan en grave riesgo la convivencia democr¨¢tica en la UE es una tarea com¨²n. As¨ª debe afrontarse.