La burocracia deja a la Casa de Campo sin tecnolog¨ªa contra el fuego
El ¨²ltimo grito tecnol¨®gico est¨¢ silenciado. Los rayos infrarrojos previstos dejan paso este verano a los infrarojos: la vigilancia visual y con prism¨¢ticos es el medio para prevenir los incendios en la Casa de Campo en la presente temporada. El nuevo sistema de detecci¨®n de fuegos mediante rayos infrarrojos, instalado hace un a?o, no se lleg¨® a estrenar: cuando estaba en periodo de prueba, en junio de 1995, la riada arras¨® la estaci¨®n de control, ubicada junto al lago. "El operador tuvo que salir a nado", recuerda un responsable de la instalaci¨®n.Tras las aguas, los Iodos burocr¨¢ticos. Un a?o y mucho papeleo despu¨¦s de la tromba destructora, est¨¢ en fabricaci¨®n un segundo sistema de detecci¨®n. Lo realiza, de nuevo, la f¨¢brica de artiller¨ªa de la Empresa Nacional Baz¨¢n. Una fuente de esta entidad asegura que el dispositivo, creado a partir de tecnolog¨ªa militar, quedar¨¢ instalado el pr¨®ximo oto?o en el mayor parque de Madrid. A partir de ese momento comenzar¨¢n las pruebas del sistema. El Ayuntamiento a¨²n no ha abonado los 30 millones de pesetas que cuesta.La reposici¨®n del equipo se ha demorado a causa de diversos tr¨¢mites burocr¨¢ticos, lamentan en el Ayuntamiento y en Baz¨¢n. El Consorcio de Compensaci¨®n de Seguros, entidad que abona los desperfectos con p¨®liza que hayan sufrido desastres naturales, se comprometi¨® hace un mes a pagar 14 millones de pesetas por los da?os en la instalaci¨®n, aseguran en la empresa nacional.
El nuevo equipo, dotado con rayos infrarrojos y c¨¢maras de v¨ªdeo, es capaz de detectar "un incendio de un metro cuadrado producido a 10 kil¨®metros de distancia", seg¨²n sus dise?adores. Los instrumentos de detecci¨®n se ubican en una torreta. Los datos se transmiten a la estaci¨®n de control.
Hasta que eso ocurra, este verano el Ayuntamiento tiene que mantener la vigilancia antiincendios como estaba: dos operarios encaramados a sendas torres, una en el cerro de Garabitas y otra pr¨®xima a Somosaguas. El control, a cargo de una empresa de seguridad que percibe 20 millones de pesetas por temporada, se realiza en turnos las 24 horas del d¨ªa. Tambi¨¦n se realizan tareas preventivas, como la siega, que ha debido duplicarse. "Hay zonas donde la hierba mide dos metros, por lo mucho que ha llovido", explica el encargado del parque, Miguel Sastre.
PASA A LA P?GINA 4
El parque sufre cada a?o al menos una docena de conatos de incendio
VIENE DE LA P?GINA 1El riesgo de incendio en la Casa de Campo es relativamente alto, tanto por la densidad vegetal como por la elevada afluencia de p¨²blico, que ronda las 100.000 en un d¨ªa de primavera o verano. En los a?os secos se registra una docena de conatos de fuego, que pasan a veinte en los a?os lluviosos, seg¨²n el Ayuntamiento.
Las negligencias son la primera causa de los siniestros, hasta ahora atajados sin graves da?os. El mayor parque de Madrid dispone de 138 kil¨®metros de cortafuegos, detalla Jos¨¦ Luis Fern¨¢ndez, t¨¦cnico del departamento de Parques y Jardines.
Coches, quioscos y neveras
El riesgo de incendio no es el ¨²nico problema medioambiental del parque. Hay quien est¨¢ empe?a do en convertir el mayor pulm¨®n de la capital en un vertedero. "Ayer mismo tiraron dos neveras y unas puertas en la zona pr¨®xima a Televisi¨®n", relataba a mediados de la semana pasada el encargado municipal del recinto, Miguel Sastre. Cada d¨ªa se retira una media de 15 metros c¨²bicos de basura, sin contar restos de siega y poda. A juicio de este hombre con casi tres d¨¦cadas de experiencia en el recinto, "la falta de civismo" de algunos" es el primer problema. Los sacos de escombro y colchones desahuciados son visitantes habituales.
Sin restar importancia a la cuesti¨®n, el jefe del departamento de parques y Jardines, Santiago Romero, destaca otra dificultad. "La prostituci¨®n, que va a m¨¢s, es el mayor problema de la Casa de Campo. Y no s¨®lo por la suciedad que genera", asegura. A su juicio provoca m¨¢s perjuicios que otro caballo de batalla, el tr¨¢fico. Ninguno de los dos est¨¢ erradicado.
El proyecto de mejora no contempla un viejo ruego de la oposici¨®n municipal y los ecologistas: cerrar el parque a los coches. En cuanto a la la circulaci¨®n que soportan los 25 kil¨®metros de carretera de la Casa de Campo, el Ayuntamiento calcula que en pleno invierno, 25.000 coches entran cada d¨ªa laborable en la Casa de Campo. Se quedan en ella 9.000 y el resto, la cruza. Los veh¨ªculos en domingo son 25.000. En un instante hay 1.200 veh¨ªculos, un d¨ªa cualquiera, como media.
A lo largo de su historia (lleva 65 a?os abierta al p¨²blico), la Casa de Campo ha sufrido agresiones y recortes del territorio de libre acceso. Pero de momento, el Gobierno municipal ha puesto freno a la llegada de m¨¢s ladrillos. Los ¨²nicos autorizados ser¨¢n los de 13 nuevos quioscos, siete de los cuales ya est¨¢n adjudicados. La reforma de los establecimientos, la mayor¨ªa situados junto al lago, incluye la desaparici¨®n de siete de los 20 que exist¨ªan hasta ahora.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.