ETA sale perdiendo
LOS ?LTIMOS siete d¨ªas no han pasado en balde. El retomo de ETA a la actividad terrorista -en su terminolog¨ªa se trata del Ievantamiento de la suspensi¨®n de las acciones armadas"- es algo que a nadie ha sorprendido, pero se produce en un entorno distinto al de una semana atr¨¢s. Es obvio que esta minitregua pretend¨ªa profundizar las divisiones existentes entre los partidos democr¨¢ticos a la hora de consensuar una estrategia antiterrorista. Lejos de eso, la Mesa de Ajuria Enea, que agrupa a todas las fuerzas vascas con la excepci¨®n de Herri Batasuna, consigui¨® el martes sentar las bases de una pol¨ªtica com¨²n frente al fen¨®meno terrorista. Una respuesta que no obedece a una circunstancia concreta, sino que se erige en todo un programa de actuaci¨®n hacia el futuro. Este documento, impensable semanas atr¨¢s, se suma al frente com¨²n conseguido en la Uni¨®n Europea para combatir el fen¨®meno terrorista con instrumentos homologables entre los Quince.La tregua de ETA nac¨ªa viciada de origen desde el momento en que se pretend¨ªa hacerla compatible con el secuestro del funcionario de prisiones Jos¨¦ Antonio Ortega Lara. Pero tampoco se puede negar que este breve cese de la violencia hab¨ªa despertado algunas expectativas, a la vista est¨¢ que exageradas, en una poblaci¨®n como la vasca, que lleva ya m¨¢s de 25 a?os sometida al chantaje de esta organizaci¨®n terrorista. Con su comunicado de ayer, ETA cerr¨® este ef¨ªmero par¨¦ntesis. Sin embargo, ni el Gobierno ni los partidos deber¨ªan reprocharse el esfuerzo de generosidad realizado a lo largo de la pasada semana en la medida en que sus movimientos han estado supeditados al cumplimiento de dos prensas elementales: el cese de la violencia -incluyendo, por susupuesto, la liberaci¨®n de Ortega- y el sometimiento a las reglas democr¨¢ticas.
Cierto que ETA ha conseguido erigirse en el centro de la atenci¨®n durante estos d¨ªas, pero la respuesta ejemplar de la Mesa de Ajuria Enea al aceptar el reto lanzado por los terroristas ha terminado por poner en clamorosa evidencia la falacia de la pretendida disposici¨®n al di¨¢logo de la banda terrorista. Y, lo que es m¨¢s importante, ETA ha puesto en marcha sin quererlo una nueva din¨¢mica. A¨²n es pronto para juzgarla. Pero los partidos democr¨¢ticos, que anteriormente estaban divididos sobre la manera de acabar con el terrorismo, cuentan hoy con una cohesi¨®n reforzada por el envite de ETA. El compromiso formal de "cumplir y hacer cumplir" en todos los ¨¢mbitos un hipot¨¦tico consenso entre todas las fuerzas representativas que de "razonable satisfacci¨®n" a las plurales opciones pol¨ªticas de la sociedad vasca dibuja el escenario democr¨¢tico final de un hipot¨¦tico di¨¢logo con quienes viven, de hecho, enganchados a la violencia, siempre que ¨¦stos suspendan completa y prolongadamente sus acciones criminales.
Hablar de portazo de la Mesa de Ajuria Enea, como ha hecho el diario Eg¨ªn y han repetido los dirigentes de HB, refleja hasta qu¨¦ punto el problema para ese mundo no es tanto el contenido de la pretendida negociaci¨®n pol¨ªtica con el Gobierno, sino la propia imposici¨®n de la negociaci¨®n. Hoy sabemos que detr¨¢s de la tregua de ETA no hab¨ªa la m¨¢s m¨ªnima sinceridad ni voluntad de di¨¢logo, sino una rastrera maniobra de la que conviene tomar buena nota para evitar que en el futuro los terroristas puedan jugar con la buena fe y el anhelo de paz de todos los ciudadanos.
El Gobierno y la Mesa de Ajuria Enea han pasado la prueba y ETA ha quedado en evidencia. S¨®lo una pol¨ªtica antiterrorista sostenida y coherente, inteligente y -llegado el caso- audaz, capaz de dar la batalla -con tregua o sin tregua de por medio-, puede acercar la paz a Euskadi. La ruptura de la unidad de? adversario sigue siendo el primer objetivo seg¨²n el manual t¨¢ctico de ETA. Mientras el terrorismo mate para sacar provecho de la muerte, la unidad de los dem¨®cratas seguir¨¢ siendo un bien preciado, el mayor activo de la sociedad frente a la amenaza. Siete d¨ªas despu¨¦s de la tregua anunciada y ayer retirada por ETA, esta unidad es m¨¢s fuerte que antes. Por lo tanto, ETA ha salido perdiendo.
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