De Mostar a Pale
LA TRANQUILIDAD relativa con que se han celebrado las elecciones municipales en Mostar es un peque?o pero significativo paso en el proceso de pacificaci¨®n de Bosnia-Herzegovina. Si las comunidades bosnias -a pesar de sus reticencias- han podido acudir a las urnas en esa ciudad, ha sido merced a una fuerte presencia militar internacional. Es un avance hacia la normalidad. Como deber¨ªa serlo la supuesta retirada de Radovan Karadzic del primer plano de la escena pol¨ªtica serbobosnia, si no fuera porque el abandono de la presidencia de la Rep¨²blica Sprska parece m¨¢s formal que real en un criminal de guerra maestro en el ejercicio del doble juego.El Grupo de los Siete, m¨¢s Rusia, hab¨ªa amenazado veladamente desde Ly¨®n con volver a imponer sanciones econ¨®micas a la Serbia de Milosevic si Karadzic no desaparec¨ªa de la escena. Este mensaje habr¨¢ pesado en Belgrado y en Pale. Mas Karadzic da de nuevo la impresi¨®n, de combinar una obligada sumisi¨®n a la presi¨®n internacional con un intento de preservar su poder en la entidad serbobosnia, aunque sea desde la sombra. Su renuncia a la presidencia resulta tan poco convincente como los primeros pasos que dio en esa direcci¨®n unas semanas atr¨¢s. De acuerdo con la versi¨®n difundida por Pale, Karadzic tan s¨®lo ha "cedido temporalmente sus atribuciones" a la vicepresidenta, Biljana Plavsic, tan ultranacionalista como ¨¦l. La comunidad internacional, y en particular el mediador Carl Bildt, han terminado por conocer los trucos de Karadzic. Norteamericanos y europeos no pueden dar por terminado su pulso con el adalid serbobosnio de la limpieza ¨¦tnica hasta que ¨¦ste no se siente en el banquillo de los acusados del Tribunal de La Haya, donde ya ha comenzado el juicio por cr¨ªmenes contra la humanidad que se les sigue a ¨¦l y al caudillo militar serbobosnio, el general Ratko MIadic.
En cuanto a las elecciones municipales de Mostar, han sido los primeros comicios con credibilidad en los ¨²ltimos cuatro a?os en Bosnia-Herzegovina. La participaci¨®n (55%) y la ausencia de incidentes han permitido al administrador de la Uni¨®n Europea, el valenciano P¨¦rez Casado, darlos por v¨¢lidos. Pero a nadie se le escapa que s¨®lo la firme actitud de P¨¦rez Casado y la vigilancia de los soldados espa?oles y franceses -que, entre otras cosas, escoltaban a los autobuses con electores croatas y musulmanes que franqueaban la l¨ªnea de partici¨®n en la ciudad- han hecho posible esta cita con las urnas.
A trancas y barrancas, Bosnia-Herzegovina avanza hacia las elecciones en todo el territorio el pr¨®ximo 14 de septiembre. Si es necesario reforzar el proceso de normalizaci¨®n de esa rep¨²blica ex yugoslava mediante la celebraci¨®n de unos comicios previstos en los acuerdos de Dayton, su urgencia responde a razones tanto propiamente bosnias como exteriores. Clinton desea a toda costa mantener esa fecha de septiembre a fin de poder comenzar a retirar sus soldados en v¨ªsperas de las elecciones presidenciales norteamericanas del pr¨®ximo oto?o, aunque todo el mundo sabe que, de alguna manera, habr¨¢ que renovar el mandato internacional. Y de momento siguen faltando muchas de las condiciones exigibles para que las elecciones de septiembre sean plenamente democr¨¢ticas, desde el regreso de los refugiados a la captura de los criminales de guerra, pasando por recuperaci¨®n de un cierto nivel de confianza entre las comunidades y la reconstrucci¨®n f¨ªsica y econ¨®mica de Bosnia. La comunidad internacional tiene a¨²n mucho que hacer.
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