Aire privado
Los economistas neoliberales m¨¢s audaces, la llamada escuela de Las Vegas, disc¨ªpulos radicales de Von Hayek, postulan ya la privatizaci¨®n del aire. El ne¨®n de los casinos y la m¨²sica excitante de las tragaperras estimula mucho la imaginaci¨®n. Y no hay hoy gente m¨¢s so?adora en el mundo que la vanguardia del capital.No es nada descabellado y yo de ti no me reir¨ªa. Han fijado los ojos en los cuatro elementos originarios. La tierra, el fuego, el agua y el aire. La tierra est¨¢ m¨¢s amarrada que nunca y la ¨²ltima andanada local es la modificaci¨®n de la Ley de Costas. Despu¨¦s de la privatizaci¨®n del fuego (Repsol-Butano) y de las aguas municipales ya s¨®lo les queda el aire. En absoluto es inviable y ofrece grandes posibilidades para los esp¨ªritus emprendedores, como bien demostr¨® el teniente coronel Perote con la privatizaci¨®n de las escuchas. El aire es como un liviano Potos¨ª. Hay palabras que son como lingotes con alas, de golondrina. S¨®lo tienes que apostarte, pillarlas al vuelo y vender los pellejos. Pero no hablamos de pioneros a burro por el Far West del aire, sino de una explotaci¨®n sistem¨¢tica.
Hace mucho tiempo que se privatiz¨® el cielo. Las iglesias funcionaron como tours operator y hubo guerras y todo por ocupar los mejores valles del m¨¢s all¨¢. Entre nuestras cabezas y el cielo, pensaron los gur¨²s del tragaperras, hay la tira de hect¨¢reas de aire, ?por qu¨¦ no sacarlas al mercado? Con la privatizaci¨®n, argumentan, mejorar¨ªa la oferta y la calidad del aire. Se otorgar¨ªan t¨ªtulos de propiedad. Habr¨ªa airetenientes, con grandes cortijos de aire y peque?os accionistas a¨¦reos con un trozo de aire para silbar. El aire cotizar¨ªa en Bolsa. Habr¨ªa la Compa?¨ªa del Aire de Frixia con un aire exquisito como el agua de Vichy. Lo tomar¨ªas embotellado los d¨ªas de fiesta. Y para diario, un aire popular de hipermercado reciclado por las compa?¨ªas de tabacos. Qu¨¦ divertida es la escuela de Las Vegas.
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